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viernes, 6 de marzo de 2015

Recuerda El Álamo!

El 2 de octubre de 1835 estalló la Revolución Texana o Guerra de Independencia de Texas para separarse de México con la batalla de Gonzales.

En los años previos, la llegada de cada vez más colonos procedentes de Estados Unidos había producido grandes tensiones entre mexicanos y estadounidenses, que subieron varios grados cuando México aprobó las Siete Leyes de 1836 poniendo fin a un sistema federal e imponiendo en todo su territorio la estructura de una República Central.  Queriendo restaurar el poder de las clases privilegiadas, las nuevas leyes establecen un Poder Supremo Conservador con autoridad y prerrogativas superior a los tres poderes clásicos del régimen republicano, incluso, este Supremo Poder solo respondía de sus actos ante Dios.

El origen del problema de Texas se remonta a épocas del virreinato de Nueva España. En el año 1819, un hombre de negocios estadounidense llamado Moses Austin visita Texas y crear un proyecto para atraer a estadounidenses a aquella región española para desarrollar dicho territorio. En 1820, obtiene la concesión española para dicho proyecto y se permite que 300 familias anglosajonas se establezcan en la región. Pero con la independencia de México, el nuevo gobierno mexicano desconoce el acuerdo y el hijo de Moses Austin - Stephen Austin - logra mediante negociaciones algunas concesiones bajo algunos requisitos:
  • Conversión al catolicismo
  • Obtener la nacionalidad mexicana y remplazar los nombres ingleses por su equivalente en español
A cambio a cada colono se le otorgó 4.000 acres. La población creció y en 1829 se contaban 18.000 personas.

En 1827, el presidente de Estados Unidos ofreció un millón de dólares por Texas y dos años más tarde eleva el monto a 5 millones. En ambas ocasiones México rechaza la oferta.

Dado que cada vez más inmigrantes ilegales cruzaban hacia México provenientes de Estados Unidos el gobierno mexicano estableció una ley que prohibía el asentamiento de nuevo colonos y la creación de nuevas colonias. Además, estableció nuevos impuestos a las colonias.

Otros motivos de descontento de los texanos fueron:
  • Estaban muy disconformes con que la gran mayoría de los soldados que estaban destinados a la provincia fuesen criminales que habían elegido el servicio antes que ser apresados.
  • La capital del estado se localizaba en Monclova, a 800 km de la provincia de Texas.
  • No existía libertad de culto.
  • La prohibición de la esclavitud.
  • El encarcelamiento de Austin (sospechado de haber incitado un levantamiento).
  • El asesinato de un colono en manos de un soldado mexicano y las medidas represivas de Santa Anna hicieron que la provincia de Texas se levante en armas

El Álamo es la batalla más famosa de la Revolución Texana, cuando las tropas comandadas por el mexicano Santa Anna aniquilaron a todos menos dos de los defensores de la misión.

El 23 de febrero de 1836, aproximadamente cien tejanos se encontraban acuartelados bajo el mando de William Travis y James Bowie en la misión de El Álamo, en lo que hoy es la ciudad de San Antonio, Texas.

Ese día, el general López de Santa Anna, inició el sitio de la misión al mando de aproximadamente 1,400 soldados. La idea era iniciar la campaña para retomar Texas para México..

Antonio López de Santa Anna
En los próximos días, ambos bandos se enzarzaron en luchas de poca monta. Mientras, desde el interior de la misión se enviaban mensajes a otros texanos pidiendo refuerzos y avituallamiento, si bien el llamado tuvo poco éxito pero sirvió para sumar el número de texanos a un número todavía hoy no determinado pero que se cree que podía rondar entre los 180 y los 250.

Trece días más tarde del inicio del sitio, en concreto el día 6 de marzo, los mexicanos lanzaron tres ataques, consiguiendo su objetivo en el último de ellos. Todos los texanos fallecieron excepto menos de una decena, de los cuales todos fueron ejecutados menos dos.

Por el lado mexicano las bajas rondaron las 500-600, la mayoría soldados obligados a sumarse al Ejército.

La guerra finalizó con la Batalla de San Jacinto que tuvo lugar el 21 de abril de 1836 en lo que hoy es el condado texano de Harris. En la batalla, las fuerzas del general Sam Houston, al grito de "Recuerda El Álamo!" derrotaron de un modo absoluto y sin lugar a dudas al ejército mexicano liderado por el presidente de México, el general Antonio López de Santa Anna.

A consecuencia de ello, México reconoció su derrota mediante el Tratado de Velasco y la retirada al sur del Río Grande. Por su parte, Texas iniciaría su corta vida como república independiente, hasta que en 1845 se incorporó a los Estados Unidos. Por su parte Santa Anna fue retenido como prisionero y no se le permitió regresar a México sino hasta el año siguiente, tras visitar en Washington al presidente Andrew Jackson.

En los años siguientes México invadió territorio texano. El fin de de la Guerra Estadounidense-Mexicana se produjo como consecuencia del tratado de Guadalupe-Hidalgo de 1848. A consecuencia de ello, México perdió gran parte de su territorio a favor de su vecino del Norte y pone fin a sus reclamaciones sobre Texas.
 
Una escena de la batalla de El Álamo. Vemos a Davy Crockett empuñando su arma por la culata una vez que se quedó sin pólvora golpeando a los soldados mexicanos que acaban con los últimos defensores de El Álamo, una imagen controvertida pero popularizada por la leyenda que rodea esta batalla. Los mexicanos utilizaban un tipo de mosquete llamado Brown  Bess que habían conseguido gracias a los arsenales españoles, con escasa precisión si se disparaban a más de cien metros de distancia pero mortales a escasa distancia por el grueso calibre de su munición. Eran pesados, más de cuatro kilos, y un soldado experto podía disparar entre dos y tres veces por minuto, aunque en pleno combate era muy difícil que se superara una vez por minuto. El combate cuerpo a cuerpo se resolvía con la bayoneta 

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