El kraken (palabra proveniente del termino escandinavo "krake", que designa a un animal enfermizo o deforme) es una criatura marítima de
la mitología finlandesa y escandinava comúnmente descrita como un octópodo de
grandes proporciones, bestia peligrosa que habita en todos los mares, siendo de
su especial agrado los del Norte, y que encontramos a menudo en las crónicas de
los navegantes de antaño. Según se dice, su enorme tamaño y sus fuertes
tentáculos le permitían alcanzar y enroscarse fácilmente en la punta de los
mástiles y el casco de los barcos, para hacer naufragar a la tripulación, la
cual era moría ahogada o era devorada por el animal. Los “supervivientes”
contaban el relato del monstruo de los mares y dieron nacimiento a esta leyenda.
El nombre de Kraken suele asociarse popularmente a la
especie de calamar gigante "Architeuthis Dux" (más denominado calamar
gigante del Atlántico), animal de aspecto parecido a una pota común, pero del
que se han encontrado ejemplares hembras muertos de aproximadamente 15 m de
longitud hasta la punta de los tentáculos. Se tiene constancia de una hembra
varada en una playa neozelandesa, en el año 1887, que medía unos 18 m post
mortem y más de 250 kg de peso .Con un diámetro de hasta 25 cm, el Architeuthis
dux es considerado el animal con los ojos más grandes, aunque se cree que el
calamar colosal podría tenerlos aún más grande. Estos calamares son el bocado
predilecto de los cachalotes, los cuales descienden hasta la zona abisal (más
de 1.000 m) para hacerse con su carne, dando así origen a titánicas peleas
submarinas.
Las primeras historias acerca del Kraken, datan del siglo
XII, en Noruega, refiriéndose a una criatura del tamaño de una isla. En 1752,
cuando el obispo de Bergen, Erik Ludvigsen Pontoppidan, escribió su Historia
natural de Noruega, describió al Kraken como una "isla flotante" de
una y media milla. También escribió:
"Parece estos son los brazos de la criatura (El Kraken), y, está dicho que si agarraran al hombre de guerra más grande, lo arrastrarían hasta el fondo".Según él, los pescadores noruego a menudo corrían el riesgo de atrapar los peces sobre el kraken, cuando la pesca era tan buena. Si un pescador tenía una buena pesca, uno le decía al otro, “Debes haber pescado sobre el Kraken”. Este también alegó que el monstruo a veces es confundido con una isla, y que en algunos mapas se incluían islas solo en algunas ocasiones, y esto indicaba que era un Kraken.
Desde finales del siglo XVIII, el Kraken se ha representado
en diferentes formas, principalmente como criaturas enormes muy parecidas a
pulpos, y a menudo se ha afirmado que el “Kraken de Pontopiddan podría haberse
tratado de la observación por parte de los marineros un calamar gigante".
En 1802, el francés Pierre Dénys de Montfort, (1766–1820 fue
un naturalista francés, especializado en la malacología) reconoce la existencia
de dos tipos de octópodos gigantes en Naturelle Génerale et Particuliére des
Mollusques, una enciclopedia descriptiva de los moluscos. Este afirma que el
primer tipo, el “pulpo kraken” ha sido descrito por los marineros noruegos y
balleneros de Américo, así como antiguos escritores como Plinio el Viejo. Y sobre la otra el pulpo colosal, se informó acerca de un ataque a un buque
velero de Saint-Malo, frente a las costas de Angola.
Montfort luego se atrevió a hacer más afirmaciones. Él
propuso que diez barcos de guerra británicos que misteriosamente desaparecieron
una noche en 1782 debieron ser atacados y hundidos por pulpos gigantes.
Desafortunadamente para Montfort, los británicos saben qué le pasó a las naves,
resultando en una desgraciada revelación para Montfort. La carrera de Pierre
Dénys de Montfort nunca se recobró y murió hambriento y pobre en París
alrededor de 1820 (Sjögren, 1980). En defensa de Pierre Dénys de Montfort, cabe
señalar que muchas de sus fuentes, para el “pulpo kraken” probablemente
describen al verdadero calamar gigante, cuya existencia se probó en 1857.
En 1830, muy posiblemente influido por el trabajo de Pierre
Denys de Montfort, Alfred Tennyson publicó su popular poema El Kraken. El
poema, en sus tres últimas líneas, también tiene similitudes con la leyenda del
Leviatán, un monstruo marino, que subiría a la superficie en el final de los
días.
La descripción de Tennyson aparentemente influyó en Julio
Verne que imaginó al famoso calamar gigante en Veinte mil leguas de viaje
submarino en 1870. Verne también hace numerosas referencias al Kraken y al
obispo Pontoppidan en la novela.
El parque estatal Berlin-Ichthyosaur en Nevada, Estados
Unidos, es un lugar muy querido por varios paleontólogos, pues en sus rocas se
esconde grandes secretos del pasado. Como todo otro desierto, este alguna vez
estuvo cubierto por el océano y las criaturas que habitaron en él han dejado huella
en forma de fósiles esperando ser descubiertos y analizados. Es un lugar donde
pueden encontrarse restos de ictiosaurios de la especie Shonisaurus popularis,
que medían unos 14 metros. Estos fueron la contraparte del Triásico al actual
cachalote devorador de calamares gigantes. Sin embargo, estos fósiles de Nevada
tienen una larga historia de investigadores que quedaron desconcertados con sus
hallazgos, como el mayor experto en este yacimiento: Charles Lewis Camp, de la
UC en Berkeley.
“Camp quedó desconcertado por estos fósiles en la década de 1950″, dijo . “En sus artículos insiste refiriéndose a lo peculiar que es este sitio. Estamos de acuerdo, es peculiar”.
Su interpretación era que los fósiles probablemente
representaban la muerte tras un varamiento accidental o por una floración de
plancton tóxico. Pero nadie había sido capaz de demostrar que los animales
murieron en aguas poco profundas. De hecho el trabajo más reciente sobre las
rocas alrededor de los fósiles sugieren que fue un ambiente de aguas profundas,
lo que hace aún más misterioso que los cadáveres estuvieran bien ordenados.
Esta pregunta –la muerte en el océano superficial o
profundo– es lo que atrajo a Mark McMenamin (investigador estadounidense del Colegio Mount Holyoke, en Massachusetts), quien en 2011 sorprendió a la comunidad científica al declarar haber encontrado la explicación a la enigmática distribución de los huesos: el kraken.
“Yo era consciente de que cada vez que hay controversia
acerca de la profundidad, es probable que haya algo interesante”, dijo
McMenamin. Y cuando comenzó a buscar los fósiles, McMenamin quedó impactado por
su rareza. “Quedó muy claro que algo muy extraño estaba sucediendo allí”, dijo
McMenamin. “Fue una configuración muy extraña de los huesos.”
En primer lugar, los diferentes grados de grabado en los
huesos sugiere que los shonisauros no fueron muertos y enterrados al mismo
tiempo. También parecía que los huesos habían sido deliberadamente
reorganizados. Esto le hizo pensar acerca de un depredador marino moderno que
es conocido por su capacidad para la manipulación inteligente de restos de
presas.
“Los pulpos modernos lo hacen”, dijo McMenamin. ¿Y si
hubiera una especie antigua, muy grande, de pulpo, como el Kraken de la
mitología?. “Creo que estas cosas fueron capturados por el kraken y sus restos
depositados tras ser devorados”.
En el yacimiento de fósiles, algunos de los discos
vertebrales del shonisaurus están dispuestos en curiosos patrones lineales con
una regularidad casi geométrica, explicó McMenamin. La propuesta es la de un
kraken del Triásico, que podría haber sido el invertebrado más inteligente que
nunca haya existido, que sabía disponer los discos vertebrales en patrones de
doble línea, con piezas individuales de anidación de una manera parecida a como
si fueran parte de un rompecabezas.
Aún más espeluznante: Las vértebras dispuestas se asemejan a
los patrones de un tentáculo de cefalópodo. En otras palabras, el disco
vertebral puede representar los primeros autorretratos conocidos.
Pero, ¿podría un pulpo realmente haber cazado estos enormes
reptiles nadadores depredadores? Nadie hubiera creído un cuento hasta que el
personal del Acuario de Seattle recurrió a una cámara de vídeo para averiguar
lo que estaba matando a los tiburones en una de sus grandes tanques. Se
sorprendieron al descubrir que el asesino era un gran pulpo que había en el
mismo tanque. El video de uno de estos ataques está disponible en YouTube.
“Creemos que este cefalópodo en el Triásico estaba haciendo
lo mismo”, dijo McMenamin. Entre las evidencias de los ataques del kraken están
la existencia de muchas costillas rotas en los fósiles de shonisaurus y el cuello
torcido de los ictiosaurios.
Por supuesto, es el crimen perfecto, porque los pulpos del
Triásico eran en su mayoría de cuerpo blando y no se fosilizaron bien. Sólo sus
picos, o partes de la boca, son duras y las posibilidades de los que se
conserven cerca son muy bajos. Esto significa que las pruebas del asesino
Kraken son circunstanciales, lo que puede dejar a algunos científicos bastante
escépticos.
La teoría de McMenamin no tuvo la aceptación esperada. En el
siglo XV el filósofo Guilermo de Ockham (1288-1347) estableció un principio que
desde entonces ha regido el pensamiento científico: la explicación más
sencilla, suele ser la correcta, conocido como “Navaja de Ockham” ó “Principio
de parsimonia”. En este caso suponer la existencia de una criatura mítica para
explicar un fenómeno natural resulta excesivo e innecesario. El profesor David
Fastovsky, paleontólogo de la universidad de Rhode Island señaló “todo puede ser
explicado por medios mucho menos exóticos”.
Fuera de la propuesta de McMenamin, no existen pruebas para
demostrar la posible existencia de un cefalópodo triásico, y los argumentos planteados
muestran incongruencias que vuelven la tesis aún más inverosímil.
Uno de los mayores argumento utilizados por McMenamin para
justificar la existencia del kraken es que los pulpos actuales también forman
muladares. Si bien es cierto, estos consisten en un simple montón de escombros
apilados, sin patrones geométricos. Afirmar que el kraken acomodó las vértebras
en un mosaico decorativo es sugerir que la bestia estaba dotada de una
inteligencia bastante superior a la que presentan sus parientes modernos, una
declaración carente de sustento.
La evidencia más importante a favor del kraken es su
supuesto pico fosilizado, también es debatible. La muestra es demasiado pequeña
y fragmentada para calcular el tamaño del cefalópodo al que supuestamente
perteneció. Antes de considerarlo como el “pico del kraken”, sería prudente que
científicos especializados en el campo e independientes analizaran el fósil
para comprobar que efectivamente provino de un calamar, y aún si fuera el caso,
no resolvería la mayor incongruencia de la tesis de McMenamin: a diferencia de
los pulpos, los calamares no crean muladares, asi que, este, siendo un calamar,
no pudo haber sido el “artista” creador del mosaico de vértebras.
Por lo tanto, si bien hay un poco de verdad detrás del mito
de este fantástico ser, su existencia
nunca ha sido comprobada, a pesar de los esfuerzos que se han venido realizando
en el tiempo. Al romper el principio de parsimonia, el criterio que rige la
actividad científica, no se puede tomar con seriedad el trabajo de McMenamin. Parece
ser que el investigador cayó en la curiosidad que suscita la bestia legendaria
para provocar que su trabajo recibiera cierta publicidad.
Queda pues como conclusión que el monstruo no existe más que
en la imaginación humana, al igual que muchos otros mitos antiguos plasmados en
papel por mentes brillantes e ingeniosas de sus tiempos, pero al fin volcadas
al uso de la fantasía y la imaginación
Y de postre...
En Furia de Titanes (2010, dirigida por Louis Leterrier), una película estadounidense de fantasía, adaptación de una película de 1981 de mismo título, El argumento de ambas se basa en el mito griego de Perseo… ¿griego?, pues sí, los desarrolladores de la historia, decidieron “pedir prestado” su ser mitológico a los noruegos, El Kraken no forma parte de la mitología griega (aunque en ambas versiones se habla de este monstruo). En la historia real de Perseo, la bestia que los dioses enviaron a destruir la ciudad fue un Ceto (un pez gigante, como una ballena). Lo peor de esto es que el
kraken se asemeja a un monstruo para nada parecido a un pulpo, todo sea por la
taquilla :/
En la segunda
parte de “Piratas del Caribe: El cofre de la muerte (del hombre muerto o como
se llame en su ubicación geográfica)” también podemos ver al Kraken, aunque al
menos aquí si le respetaron su forma de pulpo gigante, pero le pertenece al
famosísimo Davy Jones, capitán del Holandés Errante (del cuál hablamos hace
poco en esta página) y es el encargado de darle su merecido a los enemigos de
este.
Bajo los truenos de la superficie,
En las grietas del mar abismal,
El Kraken duerme su antiguo sueño sin sueños.
Pálidos reflejos se agitan alrededor
De su oscura forma;
Vastas esponjas de milenario crecimiento y altura
Se inflan sobre él, y en lo profundo de la luz enfermiza,
Pulpos innumerables y desmedidos baten
Con brazos gigantescos
La verdosa inmovilidad,
Desde secretas celdas y grutas maravillosas.
Yace ahí desde siglos, y yacerá,
Cebándose dormido de inmensos gusanos marinos
Hasta que el fuego del Juicio Final consuma la hondura.
Entonces, para ser visto una sola vez por hombres y por ángeles,
Rugiendo surgirá y morirá en la superficie.
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