En Lima se firma el Tratado de Ancón, que restablece la paz entre Chile y el Perú; finaliza la participación peruana en la Guerra del Pacífico que cede a Chile Tarapacá, hoy Departamento de Iquique. Esto dara origen a una guerra civil entre el signante peruano Iglesias y Andrés Avelino Cáceres.
La Guerra del Pacífico inciada en 1879 tuvo consecuencias diferentes entre los beligerantes, los países cedieron territorios definitiva y temporalmente, así como se hicieron de nuevos recursos naturales.
El costo del conflicto en vidas humanas fue alto, sobre todo en lo que se refiere a pérdidas de vidas civiles. Si bien, no existe una cifra históricamente aceptada del número de víctimas del conflicto, este oscila entre los 14.000 y 23.000 muertos, entre civiles y militares, a lo largo de la guerra.
La guerra provocó todo un reordenamiento de las fronteras entre Chile, Perú y Bolivia. El principal cambio territorial producido por la guerra fue la anexión por parte de Chile de vastos territorios del sur del Perú y del occidente boliviano.
Por medio del Tratado de Ancón de 1883, Chile logró el dominio sobre el Tarapacá y ocupar las provincias de Provincia de Tacna y Arica por diez años, después de lo cual se organizaría un plebiscito (que nunca se realizó) para determinar la nacionalidad de estas y otras concesiones. Finalmente Tacna volvería a control peruano y Arica quedaría definitivamente bajo dominio chileno. Entre 1885 y 1925, Chile ocupó además la Provincia de Tarata.
Por otra parte, gracias al Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia se pondría fin a la tregua de 1884 y reconoce el dominio perpetuo de Chile sobre los territorios bolivianos costeros.
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