Enrico Fermi nació en Roma, Italia, el 29 de septiembre de 1901. Hijo de Alberto Fermi e Ida Gattis, en 1918, ganó una beca de la Scuola Normale Superiore de Pisa, Italia, donde pasó cuatro años estudiando para obtener su doctorado en física en 1922, con el profesor Luigi Puccianti (1875-1952).
Fermi recibe el premio Nobel del Rey de Suecia |
En 1927, Fermi fue elegido profesor de Física Teórica en la Universidad de Roma, puesto que mantuvo hasta 1938.
A partir de ese año, Fermi fue sin duda el mayor experto en neutrones, y continuó su trabajo sobre este tema a su llegada a los Estados Unidos, donde pronto fue nombrado profesor de Física en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Para no sufrir el hostigamiento político de la Italia fascista, ya que su esposa era judía, Fermi y su familia emigraron a Estados Unidos, donde fue profesor de física en la Universidad de Columbia.
Fermi realizó contribuciones trascendentes al desarrollo teórico de la mecánica cuántica y la mecánica estadística; y en el laboratorio fue uno de los padres de la física atómica, quizá el más asombroso. En 1938 recibió el Nobel, pero eso es casi una nimiedad. Veamos la historia de cómo Fermi hizo ciencia de punta al mismo tiempo que desplegaba su infinita confianza y destreza.
Cuando Fermi llegó a Nueva York en 1939, ya era una superestrella internacional de la ciencia, y estando las cosas como estaban, de inmediato fue reclutado para trabajar en el Proyecto Manhattan, donde le pidieron construir el primer reactor de fisión nuclear. ¿Cuál fue su respuesta?
En 1939, no era como si Fermi no supiera lo que estaba pidiendo, o arriesgando; algo se sabía ya desde que Marie Curie usaba elementos radiactivos como hacer una ensalada, 20 años antes. Y además éste era el Proyecto Manhattan: lo que querían de forma inequívoca era una bomba atómica. Arthur Compton (1892-1962), el director principal del proyecto, aprobó la petición de Fermi en un impresionante despliegue de su confianza en él como ingeniero y sin consultar a Robert Hutchins, presidente de la universidad pues, dijo,
Fermi realizó contribuciones trascendentes al desarrollo teórico de la mecánica cuántica y la mecánica estadística; y en el laboratorio fue uno de los padres de la física atómica, quizá el más asombroso. En 1938 recibió el Nobel, pero eso es casi una nimiedad. Veamos la historia de cómo Fermi hizo ciencia de punta al mismo tiempo que desplegaba su infinita confianza y destreza.
Cuando Fermi llegó a Nueva York en 1939, ya era una superestrella internacional de la ciencia, y estando las cosas como estaban, de inmediato fue reclutado para trabajar en el Proyecto Manhattan, donde le pidieron construir el primer reactor de fisión nuclear. ¿Cuál fue su respuesta?
“Claro que sí. Sólo permítanme usar la cancha de frontón de la Universidad de Chicago, para construir ahí el reactor”.La Universidad de Chicago estaba en pleno centro de la ciudad.
En 1939, no era como si Fermi no supiera lo que estaba pidiendo, o arriesgando; algo se sabía ya desde que Marie Curie usaba elementos radiactivos como hacer una ensalada, 20 años antes. Y además éste era el Proyecto Manhattan: lo que querían de forma inequívoca era una bomba atómica. Arthur Compton (1892-1962), el director principal del proyecto, aprobó la petición de Fermi en un impresionante despliegue de su confianza en él como ingeniero y sin consultar a Robert Hutchins, presidente de la universidad pues, dijo,
“No voy a consultar a un abogado para un asunto de física nuclear”.Tres años después, en diciembre 2 de 1942, Fermi encendió la “Pila #1” y llevó las seis toneladas de uranio que contenía a punto crítico, iniciando la primera reacción nuclear en cadena de la historia.
Para 1942, trabajó en la Universidad de Chicago, donde, tras las investigaciones llevadas a cabo con diversos colaboradores, hizo funcionar el 2 de diciembre una pila de uranio y grafito, el primer reactor nuclear. Posteriormente, desempeñó un papel importante en la solución de los problemas relacionados con el desarrollo de la primera bomba atómica. Fue uno de los líderes del equipo de físicos en el “Proyecto Manhattan” para el desarrollo de la energía nuclear y la bomba atómica. Más tarde se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por razones éticas.
Fermi, en la Universidad de Chicago |
La figura de Fermi destaca en la historia de la Física no sólo por sus dotes de investigador, sino también por sus elevadas cualidades de maestro. El Premio Enrico Fermi otorgado en su memoria es concedido anualmente a quien más haya contribuido al desarrollo, uso o control de la energía atómica.
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