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lunes, 30 de noviembre de 2015

30 de noviembre de 1939 - Comienza la "Guerra de Invierno"

Corre el año de 1939. Hace menos de un mes que Polonia ha sido derrotada y ocupada por los alemanes y los rusos. Los finlandeses no han olvidado todavía la reciente dominación rusa... y los soviéticos no han digerido del todo la reciente independencia de Finlandia, pese a que ellos mismos la habían concedido el 6 de diciembre de 1917.

El 5 de octubre, los soviéticos exigieron a los estados bálticos y Finlandia el derecho de establecer bases militares en sus territorios. Además, exigieron a Finlandia la revisión de la frontera entre ambos países en el istmo de Carelia, concediendo a Rusia 30 kilómetros más al norte .Continuaron exigiendo el uso militar de la península de Hanko y la cesión de varias islas en el golfo de Finlandia y la parte finlandesa de la península de Rybachi, en el norte de Finlandia, cerca de la ciudad rusa de Múrmansk.

Estonia, Letonia y Lituania tenían pocas oportunidades para negarse a las exigencias soviéticas, así que se vieron obligados a aceptarlas. Pero eso no impidió que las tres repúblicas fueran ocupadas por el ejército rojo y anexionadas a la URSS. Más de 100.000 de los ciudadanos de estas tres pequeñas repúblicas fueron asesinadas por el ejército rojo, que también trataron de limpiar étnicamente la zona, deportando a Siberia a otros cientos de miles más.

Finlandia se negó a aceptar las exigencias soviéticas mientras esperaba en vano la ayuda de la Sociedad de Naciones, y comenzó a preparar la resistencia al previsible ataque soviético.

Los soviéticos veían con aprensión que Leningrado era muy vulnerable, a sólo 35 km. de la frontera con Finlandia, desde cuyo territorio, teóricamente, podría incluso ser bombardeada. Para evitarlo, la URSS pretendía alejar la ciudad de la frontera y en 1938 había propuesto ya a Helsinki una permuta de territorios que hiciese retroceder la frontera con el vecino, y su ayuda en caso de agresión alemana. 

Finlandia había dicho que no a la permuta y que no apoyaría a Alemania contra la URSS. El ofrecimiento se repite en octubre de 1939: la URSS propone un tratado de asistencia mutua, el arriendo de la base naval de Hanko, la parte occidental de la península de los Pescadores, en el Ártico, algunas islas, como la de Suursaari, en el golfo de Finlandia, retrasar la frontera de Carelia hacia Viipuri, y la demolición de las fortificaciones de ambos países a lo largo de ella. En concreto, los soviéticos ofrecen 5.529 km. de su Carelia oriental a cambio de 2.761 km. de la parte finlandesa del istmo de Carelia.

El presidente finlandés Paasikivi y el presidente del Consejo de Defensa Nacional, mariscal Mannerheim, eran partidarios de ceder, pues en realidad, no era tanto, y además se evitarían problemas en el futuro y quizá una guerra (que, si se perdía, podía acarrear pérdidas mayores). La opinión pública era contraria -y estaba en su derecho-, porque Carelia era una de las zonas más ricas y pobladas y no se deseaba perder la línea defensiva natural del istmo. Por otro lado, se decía, el gobierno que accediese a la cesión cometería un suicidio político (asimismo, Alemania podía llegar a hacer demandas parecidas).

Los finlandeses pensaban en otoño de 1939 que, pese a sus negativas a acceder a las exigencias soviéticas, las relaciones iban a mejorar, y eso creían las potencias occidentales: en todo caso, estimaba Mannerheim, en caso de guerra se produciría una intervención estadounidense o británica.

En esto, un incidente fronterizo precipito las cosas El 26 de noviembre el bombardeo artillero de Mainila (Carelia), que ambas partes se atribuyeron (es posible que proviniese de Finlandia), fue aprovechado por la URSS para exigir la retirada de las tropas finlandesas a 25 kilómetros de la frontera, Helsinki negó las acusaciones, pero se avenía a una retirada mutua de tropas. El 28 Molotov rechazo las explicaciones y considero, con alguna razón, que retirar las tropas soviéticas de la frontera equivaldría a situarlas en los suburbios de Leningrado. Con todo, Moscú buscaba ya el pretexto para la intervención y acabo exigiendo la retirada unilateral, y al no hacerlo así los finlandeses, denuncio el Pacto de No-Agresión y el 29 rompió relaciones. Cuando los finlandeses se avinieron a retirar sus tropas ya era tarde Ese mismo día los soviéticos habían realizado una incursión en la zona de Petsamo y el 30 iniciaron el ataque general, con bombardeos sobre Helsinki.

El plan de Stalin para conquistar Finlandia era sumamente sencillo, la táctica rusa de siempre. Se basaba en colocar enormes cantidades de soldados, tanques y aviones en la frontera, y lanzarlos todos en tropel. Los generales rusos que habían sobrevivido a las purgas stalinistas aseguraron a Stalin que la tarea les llevaría un par de semanas a lo sumo. Tras las purgas, todos los oficiales rusos le decían a Stalin lo que quería oir, por si acaso

El 30 de noviembre 140.000 soviéticos atacan las líneas enemigas en el istmo, con 1.500 carros de combate. Los 13.000 finlandeses de las guarniciones de frontera son cogidos por sorpresa y se retiran, dejando un vacío ante los atacantes. Cuando estos chocan con 70.000 finlandeses, tras 20 kilómetros de avance, han perdido empuje y entusiasmo, y se detienen, pero el avance les permite ocupar algunas localidades. Una de ellas, Terijoki, sirve de capital de una República Popular de Finlandia creada de la nada por los soviéticos, con la colaboración de Otto Kuusinen, un dirigente comunista finlandés exiliado en la URSS, que se convierte en presidente. Esta república no será reconocida por ningún país ni por el pueblo de Finlandia. El 14 de diciembre, la Sociedad de Naciones condenara a la URSS por la agresión y la expulsará del organismo.

Los ejércitos enfrentados son muy distintos entre sí en tamaño, concepciones y características. El finlandés es obra del héroe nacional Mannerheim, presidente del Consejo de Defensa Nacional desde 1931, que emprende varias reformas sobre la base del servicio militar obligatorio en 1922 y las Unidades de Defensa reserva activa-. Mannerheim adopto el criterio de movilización territorial, que permitía enviar unidades ya completas al frente, con rapidez, y que convertía a las fuerzas armadas en una mezcla de ejército tradicional y ejército guerrillero.

Esquiadores finlandeses. Especialistas en guerra de guerrillas: aparecer, golpear, desaparecer
Mientras en el istmo los soviéticos están empantanándose, en el Norte ocupan Petsamo, pero una división soviética que se dirige hacia el sur es detenida por un batallón de cazadores, y dos que tratan de penetrar hacia el golfo de Botnia retroceden ante un solo regimiento de la reserva... En enero este frente se estabiliza, pero los finlandeses atacan constantemente a los sorprendidos enemigos y lanzan incursiones y efectúan sabotajes en territorio soviético.

El 5 de enero los soviéticos se retiran, tras haber sufrido más de 13.000 bajas (aquí también varias retiradas desordenadas se convierten en verdaderas huidas), repartidas entre las dos divisiones soviéticas, la 44 y la 163, que son casi destruidas. El botín finlandés en material y prisioneros es abundante. En su avance, los finlandeses han llegado a penetrar incluso en territorio soviético.

Los soviéticos han sido derrotados en toda la línea. Han intentado repetir el éxito del Blitzkrieg alemán en Polonia. Su plan era brillante, excepto por dos detalles fundamentales: 
  1. Stalin no tenía a su disposición al ejército alemán y 
  2. Finlandia no era Polonia. 
La agresión del gigante soviético a la pequeña Finlandia ha levantado oleadas de protesta en todo el mundo y especialmente en Europa, y ha atemorizado a los países bálticos escandinavos. Los europeos, desorientados en un primer momento, reaccionan pronto, mucho más pronto que ante la agresión de Polonia y mucho más intensamente. Los esfuerzos europeos para ayudar a los finlandeses son enormemente mayores que los desplegados para defender a Polonia. Estados Unidos, neutral en 1939, es el principal apoyo de Finlandia y el mayor enemigo ideológico de la URSS. Aquí se crea un Comité de Ayuda a Finlandia, presidido por Hoover, que va a canalizar la ayuda del presidente Roosevelt y la privada 

Fueron muchos los planes para atacar a la URSS. Hubo presiones de los aliados sobre Hitler (este es un campo que no ha sido tocado por los historiadores, para desviarlo hacia la URSS, pues era la ocasión para Occidente de acabar con los bolcheviques, como deseaban los británicos. 

De este intento occidental se sabe apenas lo que explico el ministro alemán Speer. Hitler no tenía intención de ayudar a los finlandeses, pese a que los alemanes eran solidarios con Finlandia, porque, por el momento, le era más conveniente su pacto con la URSS, que les iba a permitir conquistar el oeste sin problemas en el este. La única preocupación de Hitler eran las consecuencias estratégicas y el riesgo de ser atacado por detrás. Esta será una de las razones de sus ataques a Dinamarca y a Noruega.

La ofensiva soviética se desencadena el 1 de febrero en el frente del istmo, donde se hallan el VII y el XIII Ejércitos soviéticos: ataques de infantería apoyada por carros y aviones y bombardeos artilleros muy intensos hacen que para el día 5 los finlandeses comiencen a vacilar. El 6 la ofensiva es general y el VII ejercito abre una brecha en Lahde, en dirección a Viipuri, el día 13. Los contraataques finlandeses son cada vez más débiles. El 15 los soviéticos arrollan las posiciones enemigas en Lahde; el 21 ocupan la isla de Koivisto, al sur de Viipuri. Los finlandeses son incapaces ya de detener la avalancha enemiga. El 26, el primer ministro Risto Ryti pide el cese de las hostilidades. 

Mannerheim es partidario de detener la guerra ahora que todavía no han sido derrotados, y muchos militares comparten ya su opinión. El día 4 los finlandeses pierden varias islas del golfo y sufren un ataque general: algunas unidades finlandesas se desbandan, presas del pánico, que contagia a otras unidades, mientras los miles de refugiados aumentan el desconcierto. Si bien Viipuri resiste heroicamente, el 12 se estipula el alto el fuego, firmado por Ryti.
Ocupación soviética 
El fin de Finlandia y el fracaso de los planes de cruzada precipitaran la caída del gobierno francés de Deladier, sustituido por Reynaud, más claramente anti alemán. Cuando Hitler ataque a Noruega en abril, todo lo de Finlandia se olvidara. Pensamos menos en luchar contra el hitlerismo que en golpear a la URSS, reconocerá de Gaulle.

Finlandia había perdido casi el 10 por 100 del territorio. Había sufrido 24.923 muertos y 43.557 heridos. Unas 200.000 personas refluyeron a Finlandia de las zonas anexionadas por la URSS Las pérdidas materiales fueron elevadas. En cuanto al armamento, perdieron 61 aviones y gran número de carros. 

Mucho mayores fueron las perdidas enemigas: 48.745 muertos y 158.000 heridos; 1.600 carros capturados o destruidos, más 725 aviones (otros 200 probables), y algunos barcos.

En fin de cuentas, Finlandia no había perdido la independencia Pero algunos se preguntaban con Mannerheim, que se había convertido por segunda vez en héroe nacional, si no habría sido mejor ceder, pues los soviéticos en el Tratado de paz de 1940, se habían conformado con no mucho más de lo que habían pedido pacíficamente en 1939, y se habrían evitado muertes y destrucciones 

La Guerra de Invierno facilitó cumplida información a Hitler sobre la debilidad del ejército soviético. Lo llevó a la conclusión de que, en esas condiciones, sus planes de ataque a la URSS no debían posponerse hasta 1945, sino que, por el contrario, deberían llevarse a cabo a la mayor brevedad. En el ataque participara Finlandia, deseosa de recuperar lo perdido, lo que hará en 1941, para perderlo de nuevo en 1944. 

En agosto de ese año, Mannerheim sucedió a Ryti como Presidente de Finlandia y un mes después de ocupar el cargo, concluyó la guerra con unas duras condiciones impuestas por los soviéticos, si bien fueron menores que las impuestas a otros países limítrofes de la Unión Soviética, que llegarían incluso a perder su independencia (como los países bálticos). Finlandia conservó su soberanía, su democracia parlamentaria y su economía de mercado, siendo sus pérdidas territoriales bastante limitadas, aunque las reparaciones de guerra fueron elevadas. 

Mannerheim dimitió de sus funciones presidenciales el 4 de marzo de 1946 por razones de salud y falleció el 28 de enero de 1951, a los 83 años de edad. Fue enterrado en el cementerio de Hietaniemi de Helsinki en un funeral de estado con honores militares, siendo reverenciado hoy día como uno de los más grandes héroes de Finlandia.


El día de su cumpleaños, el 4 de junio, es celebrado en Finlandia como el día de la bandera por las Fuerzas de Defensa de Finlandia, acto que se celebra desde 1942 en que fuera nombrado Mariscal de Finlandia en su 75 cumpleaños. El día de la bandera es celebrado con un desfile nacional, y con distinciones y promociones para los miembros de las Fuerzas de Defensa.



30 de Noviembre de 1874 - Nace Winston Churchill


"La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa.
En la guerra nos pueden matar una vez; en política, muchas veces".
WInston Churchill

Winston Churchill Jerome nació en el Palacio de Blenheim, en Oxfordshire (Inglaterra). Sus padres fueron Lord Randolph Churchill (duque inglés) y Jennie Jerome (millonaria estadounidense). Estudió en el Headmaster's House de Harrow School y siguió la carrera militar en la Real Academia de Sandhurst.

En 1895 fue destacado a la India y en 1899 combatió en Sudáfrica. Paralelamente trabajó como cronista y corresponsal de guerra. En 1900 obtuvo un escaño en el Parlamento por el Partido Conservador. En 1908 se casó con Clementine Hozier, con quien tuvo 5 hijos.

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1919) fue Primer Lord del Almirantazgo y Ministro de Municiones. En el periodo de Entreguerras (1919-1939) escribió artículos periodísticos y varios libros históricos y biográficos. En la década de 1930 advirtió de la peligrosidad del dictador alemán Adolf Hitler y exigió el rearme de Gran Bretaña.

Al estallar la Segunda Guerra Mundial en 1939, Churchill volvió al cargo de Primer Lord del Almirantazgo y al año siguiente fue nombrado Primer Ministro, convirtiéndose en uno de los mayores protagonistas de las Fuerzas Aliadas. Su inteligencia y liderazgo fueron fundamentales para derrotar a los alemanes nazis en 1945.

Volvió a ser Primer Ministro entre 1951 y 1955. Entonces se esmeró en reforzar los vínculos con las potencias capitalistas y de mantener la mayor cantidad de colonias posibles para Gran Bretaña. En 1953 recibió el Premio Nobel de Literatura por "su dominio de la descripción histórica y biográfica, así como su brillante oratoria en defensa de los valores humanos".

Sus últimos años los dedicó a la vida parlamentaria, los viajes y la literatura, hasta que el 15 de enero de 1965 sufrió un ataque cardiaco que le provocó una trombosis cerebral. Falleció en Londres el 24 de enero de 1965.

Pero…

El “británico más destacado del milenio”, según sus compatriotas, ¿fue sólo el héroe de la resistencia contra Hitler? ¿No hay zonas de sombra en su personalidad? Por sorprendente que resulte, Winston Churchill, sin duda un político de primera magnitud, destacó también por su falta de escrúpulos cuando andaba por medio una razón de Estado que lo justificara. Por eso no le hacía ascos a los métodos terroristas, si las circunstancias los requerían. 

Pocos dirigentes de la Segunda Guerra Mundial pueden comparársele en dureza y pragmatismo. No se dejaba arrastrar, como otros, por cuestiones sentimentales. Por ejemplo… ¿Armas químicas, sí o no? Él no tenía dudas al respecto: había que utilizarlas. No veía diferencia entre matar a un hombre con un proyectil o con un gas venenoso.

Durante la Primera Guerra Mundial, Churchill, primer lord del Almirantazgo, tenía claro que la flota de su país debía bloquear al enemigo para hacerle pasar hambre. El resto del trabajo lo harían los aliados franceses, con su poderoso ejército de tierra. En palabras del historiador Geoffrey Regan, la política del gobierno británico “apuntaba directamente contra los civiles de los Imperios Centrales”.

El propio Churchill no tuvo inconveniente en reconocer que su objetivo no era otro que la muerte por inanición de los hombres, mujeres y niños de Alemania hasta que por fin se vieran obligados a capitular. Parecía pasar por alto que su despiadada estrategia constituía un crimen de guerra. Así lo establecía la Convención de La Haya de 1907 al hablar del bloqueo naval, siempre que estuviera destinado, como sucedía en este caso, a privar de alimentos a los civiles, no a los ejércitos enemigos.

¿Era el bloqueo un arma de destrucción masiva? De hecho, así lo entendió Alemania, que reaccionó con la guerra submarina. En Londres, mientras tanto, no existían remordimientos de conciencia. Se tomaban medidas crueles, cierto, pero estaban justificadas. Porque Gran Bretaña era una democracia y el Segundo Imperio alemán no. Es más, procurar la completa destrucción de la población enemiga equivalía a luchar por la paz. A personajes en apariencia respetables, como el fundador del scoutismo, lord Baden-Powell, no les parecía mal que los teutones sucumbieran ante las privaciones. Se dice que con el fin de atraer a Estados unidos a la guerra, envió al transatlántico "Lusitania" a una trampa (ver más)


La situación, en efecto, era terrible tanto en Alemania como en el Imperio Austro-húngaro. Una tremenda escasez se desató en estos países durante el invierno de 1916-1917, tras la pérdida de la cosecha de patatas. La dieta promedio alcanzaba sólo las 1.000 calorías, frente a las 3.400 de los comienzos de la guerra. La tasa de mortalidad, por tanto, se disparó, sobre todo entre las mujeres, al privarse éstas de lo más elemental en beneficio de unos hijos que de todas formas morían desnutridos. En esas circunstancias trágicas, las clases trabajadoras no tenían más remedio que basar su alimentación en los nabos, el único producto que sobraba.

De entre los niños que pasaron hambre entonces surgirían muchos futuros dirigentes nazis. Así lo sostiene Paul Vincent en The Politics of Hunger.

Por otra parte, en otros frentes de la contienda, Churchill procedió con la misma carencia de criterios humanitarios. De hecho, se le recuerda fundamentalmente por su responsabilidad en el desastre de los Dardanelos (1915-1916). Aunque, eso sí, se olvida que su propósito original no era otro que provocar una carnicería. Una atroz matanza entre la población civil del Imperio otomano gracias a los pavorosos disparos de trece buques. Al frente de ellos, el Queen Elizabeth, con proyectiles de la altura de una persona. Al final, todo quedó en una campaña chapucera. Este fracaso le valió el sobrenombre de "El carnicero de Gallípoli", con un saldo de aproximadamente 300.000 bajas británicas, francesas, australianas y neozelandesas. Esta derrota tuvo como consecuencia la degradación de Churchill, que pasó a ocupar un ministerio sin cartera al que renunciaría posteriormente para reintegrarse al ejército. Sin embargo, siguió dedicándose a la política.


Mapa de operaciones en Gallipoli

Artillería británica en Gallipoli
Años después, durante la Segunda Guerra Mundial, el mandatario británico recurriría a procedimientos igualmente implacables. Intentó hundir la moral alemana a través de violentos bombardeos sobre Dresde, Leipzig y otras ciudades, en los que fueron civiles, no soldados, las víctimas. En el caso de Dresde (febrero de 1945), una de las maravillas arquitectónicas europeas, el alto mando británico justificó su destrucción con falacias. A los aviadores encargados de masacrarla, sus jefes les contaron mentiras diversas acerca de su importancia industrial. También se dijo que allí estaba, ni más ni menos, el cuartel general de las tropas nazis. O el de la Gestapo. Nada de eso era cierto, pero sí era verdad que en la ciudad se encontraban 19 hospitales. Entre los muertos, además, se encontraban los prisioneros de guerra aliados. (ver más)

Dresden luego del bombardeo de febrero de 1945
Churchill permitió la carnicería porque estaba dispuesto a hacer cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, con tal de vencer.

El temor a que el enemigo desencadenaba un ataque biológico contra Londres, le sirvió para justificar una de sus iniciativas más feroces. Nació así la denominada “Operación Vegetariana”. Consistiría en arrojar sobre seis ciudades alemanas cinco millones de pastillas de pienso contaminadas con carbunclo. Primero contaminaría los rebaños, después a los seres humanos, provocando una mortandad desmedida. La versión oficial británica pretendería que no hubo más objetivo que el ganado: si la carne se sometía a cocción, enseguida quedaría esterilizaba. En realidad, utilizar el carbunclo de una manera controlada era totalmente imposible.

Los ensayos que se realizaron, en la isla escocesa de Gruinard permitían los más negros augurios. Su territorio quedó inhabitable hasta su descontaminación, en 1990. Eso da una idea del efecto devastador que podría haber tenido la Operación Vegetariana.
Gruinard Island
Esta isla es propiedad del gobierno bajo experimentación. 
El suelo está contaminado con ántrax y es peligroso.
Prohibido el desembarco. Por orden 1986
El plan, por suerte, nunca pasó del estadio de proyecto. La victoria aliada hizo inútiles unas armas biológicas que acabaron por destruirse. Pero quedó demostrado el talante del inquilino de Downing Street. Desde su punto de vista, dejarse llevar por criterios humanitarios suponía una debilidad imperdonable frente a un enemigo despiadado. ¿Por qué los nazis debían tener la ventaja de no seguir ninguna regla mientras los británicos obedecían los códigos caballerescos? Eso implicaba, según Churchill, limitar la eficacia del aparato bélico en unos momentos más que difíciles.

El historiador alemán de izquierdas Jörg Friedrich considera que Churchill fue un criminal de guerra, debido a su política de ataques aéreos que puso como objetivo principal el asesinato de civiles, es decir, ataques terroristas. Explica en su libro "El fuego: Alemania bajo bombardeo 1940-45" que el gobierno británico se puso como meta desde el principio el destruir tantas ciudades alemanas y matar tantos civiles como fuera posible. Y agrega que la muerte de los civiles no era un daño colateral, sino más bien, el objetivo del ataque. Sostiene que Churchill estaba a favor de la estrategia de bombardear centros civiles poblados desde 20 años antes de que Hitler ordenara atacar Londres.

Según el periódico británico The Daily Telegraph, abogó también por gasear a los enemigos, a los que se refería a veces como "hunos" o "tribus incivilizadas". Declaro: "Estoy fuertemente a favor del uso de gas venenoso contra tribus incivilizadas" ya que mediante esta arma era posible "esparcir un vívido terror". Sin embargo, la Convención de Ginebra de 1925 prohibió esa práctica en base a la matanza indiscriminada de civiles y militares producida en la Primera Guerra Mundial, lo cual impedía su utilización contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial. En un memorándum Churchill criticó a los que se oponían al uso de esta arma diciendo: "No puedo comprender esta sensiblería acerca del uso del gas".

Aunque finalmente los Aliados ganaron la guerra, Churchill perdió las elecciones de 1945 ante el laborista Clement Attlee. Tenía bastantes enemigos en su país. Su desacuerdo con ideas como mejorar el sistema de salud y la educación pública, produjo descontento entre sectores de la población, particularmente entre aquellos que habían luchado en la guerra. Tan pronto como terminó ésta, fue derrotado por Attlee, candidato del Partido Laborista. Algunos historiadores opinan que los británicos creían que no era el mejor hombre para liderarlos en la paz.

Monumento de Winston Churchill, Copenhague

Y para llevar de postre…
Randolph Churchill (1911-1968)

El único hijo de Winston Churchill es un trágico ejemplo de como un hijo era completamente incapaz de llegar a un acuerdo con el legado de su padre y fue finalmente ser destruido por ella. Como un niño que estaba totalmente mimado por el cariño de sus padres, creció como un individuo temerario, argumentativo y obstinado. Le faltaba el encanto de su padre y de sus capacidades para inspirar lealtad. Él era sin embargo muy bien parecido y no tuvo problemas para atraer a las mujeres. Durante toda su vida siguió siendo un mujeriego compulsivo, destruyendo sus dos matrimonios. Políticamente ambicioso desde una edad temprana, él anunció que iba a ser primer ministro un día, incluso antes de que su padre haya alcanzado esa oficina. Pero sus esfuerzos iniciales para ganar un escaño en el Parlamento fueron inútiles. Perdió dos intentos de elecciones antes de ser finalmente preseleccionados en un asiento donde él no era oposición y por lo tanto entro a el Parlamento como miembro representante de Preston en 1940. Él fue generalmente rechazado por sus colegas diputados y sin embargo no fue considerado para un puesto más alto. El duro golpe vino cuando él no fue considerado como un miembro del gabinete de guerra de su padre. Frustrado, se ofreció como voluntario para el servicio militar y sirvió valientemente como un comando, se cayó detrás de las líneas enemigas en Libia y Yugoslavia a pesar de los recelos de su padre, que temían su captura sería utilizada como propaganda por los nazis. Después de la guerra él perdió su asiento en la derrota electoral de 1945 de los conservadores y nunca fue capaz de recuperar el acceso al Parlamento a pesar de muchos intentos. Cuando sus ambiciones políticas terminaron, se dedicó a escribir para dejar su marca. A pesar de sus crecientes problemas con el alcohol y el fracaso de sus matrimonios, se convirtió en un exitoso autor y periodista. Poco antes de la muerte de su padre en 1965, se le concedió el derecho a la biografía del autor de Winston, que estaba seguro de que sería el punto culminante de su legado literario. Sin embargo su mala salud le impidió completar el trabajo, y sólo dos volúmenes se terminaron cuando murió solo en su apartamento en 1968


domingo, 29 de noviembre de 2015

29 de noviembre de 1916 - Se declara oficialmente la ocupación del territorio dominicano por fuerzas navales de los Estados Unidos de América

En los primeros años del siglo XX fue evidente en los conflictos internos de la Rep. Dominicana la participación del capital extranjero que se iba haciendo preponderante en la economía. Los inversionistas incentivaban, promovían o mediaban en las luchas buscando beneficiarse de la situación de crisis política que se vivía. Unas veces exigían a los gobernantes y los grupos paz para la reproducción de sus capitales y otras la promulgación de leyes y decretos que favorecieran la producción y la obtención de mayores beneficios para sus empresas.

El mecanismo de dominación más peligroso para la existencia del Estado dominicano, fue la Convención Dominico-americana de 1907. Esta Convención consolidó el control de los norteamericanos sobre la sociedad dominicana, quedando el país bajo un virtual protectorado. 

El gobierno de los Estados Unidos presionó al dominicano para reducir el ejército dominicano y para que este colocara las finanzas del país en manos de un representante americano, como forma de garantizar el pago de los empréstitos contraídos.  En 1915 presionaron para obtener el control de las finanzas y el establecimiento de una guardia civil organizada y dirigida por oficiales norteamericanos. 

La negativa de quien ejercía la presidencia en 1915, el caudillo Juan Isidro Jimenes, provocó, en el marco de un conflicto con sectores militares de su propio gobierno, la presión para la renuncia de este, dando paso a su sustitución por la de Francisco Henríquez y Carvajal. La salida de Jimenes agravó la crisis. El Receptor de Aduanas comunicó al presidente Henríquez y Carvajal, la decisión de Washington de no entregar más recursos económicos, como establecía la Convención de 1907, hasta tanto no se llegara a un acuerdo sobre la interpretación del artículo tercero de la referida convención. Entonces se le exigió al gobierno:
  • El establecimiento de un Consejero Financiero.
  • El control de todos los ingresos y egresos, incluyendo los contemplados en la Convención de 1907.
  • La completa supresión del ejército y de la guardia republicana.
  • La creación de una policía comandada por oficiales americanos.
  • La reducción del presupuesto nacional, y
  • La revisión de los impuestos que tendían a afectar a los capitalistas extranjeros.
Los Estados Unidos, al comprobar la negativa del presidente Henríquez y Carvajal a cumplir las referidas exigencias, decidió ejecutar los planes diseñados para solucionar, de acuerdo a sus intereses, la prolongada crisis que vivía República Dominicana: la ocupación militar del país y la imposición de un Gobierno Militar

En 1916 comienza el desembarco de marinos norteamericanos. El 16 de mayo tomaron Santo Domingo, y a finales de julio los principales puestos militares del país estaban en sus manos. El 29 de noviembre de 1916 el Capitán H. S. Knapp publicó la proclama oficial de la ocupación.


A fin de sustituir a las antiguas fuerzas armadas agrupadas en la Marina de Guerra y en la Guardia Republicana, los interventores instauraron en 1917 la Guardia Nacional, organismo de represión cuya finalidad era combatir de manera eficiente cualquier intento de sedición. Los dominicanos que integraron sus filas eran casi todos de extracción humilde o desempleados, y fueron entrenados según los reglamentos de la Infantería de Marina de los Estados Unidos, de la que terminaron convirtiéndose en una especie de prolongación. Es de este “cuerpo del orden”, luego nombrado Policía Nacional y convertido posteriormente en Ejército Nacional, de donde emergería la figura del dictador Rafael Leonidas Trujillo.

Es importante hacer notar que las inversiones realizadas por el gobierno de ocupación se sustentaron, de una parte, en los fondos de las aduanas que le correspondían al Gobierno dominicano y que habían sido retenidos por las autoridades estadounidenses como mecanismo de presión; y, de otra, en nuevos préstamos autorizados por el Departamento de Estado bajo el escudo de la Convención de 1907. De esta manera, para 1922, la deuda de la República Dominicana ascendía a casi 15,000,000 de dólares.

Los líderes políticos y hombres de negocio dominicanos manifestaron su desacuerdo, alegando que un gobierno extranjero no tenía derecho a endeudar al país.

La crisis económica desencadenada en 1921 provocada por la caída estrepitosa de los precios de los productos dominicanos en el mercado internacional, las campañas a escala nacional e internacional en contra de la intervención, y la elección de un nuevo presidente norteamericano favorable a la salida de las tropas de ocupación, propiciaron la celebración de este acuerdo que sentó las bases para la vuelta a la vida independiente de la República Dominicana. Se llamó así en virtud de los nombres de los negociadores: Francisco J. Peynado, por la parte dominicana, y el secretario de Estado Charles Evans Hughes, por los Estado Unidos. El mismo estipulaba:
  • Instalación de un Gobierno Provisional electo por los principales líderes políticos dominicanos y el Arzobispo de Santo Domingo.
  • Preparación y organización de elecciones por parte del mencionado Gobierno Provisional.
  • Reconocimiento de los actos legales del gobierno militar que hubiesen creado derecho a favor de terceros.
  • Reconocimiento de la validez de las emisiones de bonos de los empréstitos contratados durante los años de ocupación.
  • Reconocimiento de las tarifas aduaneras establecidas por el gobierno militar en 1919 y que favorecían a más de 945 productos estadounidenses.
  • Vigencia de la Convención Domínico-Americana de 1907 hasta que la República Dominicana terminara de pagar su deuda externa, quedando por tanto los norteamericanos en control de las aduanas y con el derecho de autorizar o no cualquier futuro endeudamiento público del país.
Juan Bautista Vicini Burgos asumió como presidente provisional en el mes de octubre de 1922, y las elecciones constitucionales fueron celebradas el 15 de marzo de 1924, resultando electo el candidato Horacio Vásquez por el Partido Nacional. En agosto de ese mismo año concluyó la evacuación del ejército de ocupación.

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sábado, 28 de noviembre de 2015

28 de noviembre de 1954 - Fallece Enrico Fermi, autor de la primera reacción nuclear controlada

Enrico Fermi nació en Roma, Italia, el 29 de septiembre de 1901. Hijo de Alberto Fermi e Ida Gattis, en 1918, ganó una beca de la Scuola Normale Superiore de Pisa, Italia, donde pasó cuatro años estudiando para obtener su doctorado en física en 1922, con el profesor Luigi Puccianti (1875-1952). 

Fermi recibe el premio Nobel del Rey de Suecia
Fue un físico y premio Nobel italiano, conocido por haber llevado a cabo la primera reacción nuclear controlada. En 1924 ocupó el cargo, durante dos años, de Profesor de Matemáticas, Física y Mecánica de la Universidad de Florencia, Italia. Durante este tiempo describió las leyes estadísticas, hoy conocida como la “estadística de Fermi”. También desarrolló una teoría sobre la desintegración radiactiva beta, y desde 1934 investigó la radiactividad artificial bombardeando elementos con neutrones. Por este último trabajo fue galardonado en 1938 con el Premio Nobel de Física. 

En 1927, Fermi fue elegido profesor de Física Teórica en la Universidad de Roma, puesto que mantuvo hasta 1938. 

A partir de ese año, Fermi fue sin duda el mayor experto en neutrones, y continuó su trabajo sobre este tema a su llegada a los Estados Unidos, donde pronto fue nombrado profesor de Física en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Para no sufrir el hostigamiento político de la Italia fascista, ya que su esposa era judía, Fermi y su familia emigraron a Estados Unidos, donde fue profesor de física en la Universidad de Columbia.

Fermi realizó contribuciones trascendentes al desarrollo teórico de la mecánica cuántica y la mecánica estadística; y en el laboratorio fue uno de los padres de la física atómica, quizá el más asombroso. En 1938 recibió el Nobel, pero eso es casi una nimiedad. Veamos la historia de cómo Fermi hizo ciencia de punta al mismo tiempo que desplegaba su infinita confianza y destreza.

Cuando Fermi llegó a Nueva York en 1939, ya era una superestrella internacional de la ciencia, y estando las cosas como estaban, de inmediato fue reclutado para trabajar en el Proyecto Manhattan, donde le pidieron construir el primer reactor de fisión nuclear. ¿Cuál fue su respuesta?
“Claro que sí. Sólo permítanme usar la cancha de frontón de la Universidad de Chicago, para construir ahí el reactor”.
La Universidad de Chicago estaba en pleno centro de la ciudad.

En 1939, no era como si Fermi no supiera lo que estaba pidiendo, o arriesgando; algo se sabía ya desde que Marie Curie usaba elementos radiactivos como hacer una ensalada, 20 años antes. Y además éste era el Proyecto Manhattan: lo que querían de forma inequívoca era una bomba atómica. Arthur Compton (1892-1962), el director principal del proyecto, aprobó la petición de Fermi en un impresionante despliegue de su confianza en él como ingeniero y sin consultar a Robert Hutchins, presidente de la universidad pues, dijo,
“No voy a consultar a un abogado para un asunto de física nuclear”.
Tres años después, en diciembre 2 de 1942, Fermi encendió la “Pila #1” y llevó las seis toneladas de uranio que contenía a punto crítico, iniciando la primera reacción nuclear en cadena de la historia.

Para 1942, trabajó en la Universidad de Chicago, donde, tras las investigaciones llevadas a cabo con diversos colaboradores, hizo funcionar el 2 de diciembre una pila de uranio y grafito, el primer reactor nuclear. Posteriormente, desempeñó un papel importante en la solución de los problemas relacionados con el desarrollo de la primera bomba atómica. Fue uno de los líderes del equipo de físicos en el “Proyecto Manhattan” para el desarrollo de la energía nuclear y la bomba atómica. Más tarde se opuso al desarrollo de la bomba de hidrógeno por razones éticas.

Fermi, en la Universidad de Chicago
En 1944, Fermi se convirtió en ciudadano estadounidense, y al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1946, aceptó una cátedra en el Instituto de Estudios Nucleares de la Universidad de Chicago, cargo que ocupó hasta que su carrera se vio truncada por su muerte prematura a causa de un cáncer el 28 de noviembre de 1954. 

La figura de Fermi destaca en la historia de la Física no sólo por sus dotes de investigador, sino también por sus elevadas cualidades de maestro. El Premio Enrico Fermi otorgado en su memoria es concedido anualmente a quien más haya contribuido al desarrollo, uso o control de la energía atómica.

viernes, 27 de noviembre de 2015

27 de noviembre de 1838 - Comienza la batalla en San Juan de Ulúa entre franceses y mexicanos

En el marco de la "Guerra de los Pasteles", las tropas francesas comandadas por el almirante Charles Baudin derrotarán al Ejército Mexicano al mando de los generales Antonio López de Santa Anna y Mariano Arista en la fortaleza de San Juan de Ulúa en el estado de Veracruz, México.

No creo que de alguna otra guerra se pueda afirmar que ha sido provocada por una disputa sobre productos horneados, pero la llamada “Guerra de los Pasteles” sí tiene este curioso origen.

En realidad, en aquel entonces (1838), cualquier pretexto era considerado oportuno para invadir a un país novato y endeble. Las operaciones de la Guerra de los Pasteles se enmarcan dentro de un intento francés de conseguir privilegios económicos en Hispanoamérica. Previamente se habían producido bloqueos a Buenos Aires (Argentina) y sobre Uruguay el 28 de marzo de 1837, bloqueo que se completó con la organización de un ejército insurgente contra Uruguay, que junto con el bloqueo marítimo acabó tomando la capital de Uruguay (el presidente de Uruguay renunció y se fue a Buenos Aires). Como explicaba una carta del vicecónsul francés Aimé Roger al primer ministro de Francia, el objetivo de este primer bloqueo era "Infligir a la invencible Buenos Aires un castigo ejemplar que será una lección saludable para todos los demás Estados americanos, corresponde a Francia hacerse conocer si quiere que se la respete".

En los años siguientes a la independencia de México de España en 1821, hubo disturbios, saqueos y enfrentamientos callejeros entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes que se han sucedido en todo el país y muchos bienes han sido dañados, incluyendo el saqueo de una panadería cerca de la ciudad de México, propiedad de un chef de repostería de origen francés llamado Remontel.

Rechazado por el gobierno mexicano en su intento de indemnización por los daños causados por los saqueos por parte de oficiales mexicanos, Remontel llevó su caso directamente a su país natal.  Otros franceses reclamaron el pago de daños a sus negocios causados por motines. Las quejas y demandas, en gran parte exageradas, se acumularon hasta que el primer ministro francés, Louis Mathieu Molé mandó a su ministro en México, Deffaudis, que pusiera un ultimátum al gobierno mexicano para que pagara una indemnización de 600 mil pesos, incluyendo unos astronómicos 60.000 pesos para la pastelería de Remontel,  cuyos daños habían sido valorados en menos de 1.000 pesos. El Congreso mexicano rechazó el ultimátum, pues además de no tener los recursos económicos,  aceptar el pago de los daños significaría hacerse responsable por cualquier otro daño que algún extranjero sufriera en México a causa de las revueltas.

El de 15 de abril de 1838 se venció el ultimátum y el gobierno mexicano no respondió como esperaban los franceses. Al día siguiente cesaron las relaciones entre ambos países; los franceses sitiaron el puerto de Veracruz y establecieron un bloqueo económico de los puertos clave a lo largo del Golfo de México de la península de Yucatán hasta el Río Grande. Estados Unidos, que tenía una relación conflictiva con México, envió una goleta para ayudar en el bloqueo. El estancamiento se prolongó hasta el 27 de noviembre cuando comenzaron a bombardear el fuerte de San Juan de Ulúa que protegía la ciudad portuaria por excelencia de Veracruz y el pabellón con las franjas azul, blanca y roja se izó en el lugar.

México declaró la guerra a Francia, y su presidente ordenó el reclutamiento de todos los hombres que podían portar armas. En cuestión de días, marinos franceses asaltaron la ciudad y capturaron a casi toda la Armada de México.

Desesperado por repeler a los invasores, México recurrió a Antonio López de Santa Anna, el antiguo presidente y general que el año anterior había regresado a casa en desgracia después de su humillante derrota en 1836 en la Batalla de San Jacinto, que llevó a la creación de la República independiente de Texas. Era el momento de Santa Anna para reivindicarse por el desastre en Texas y tomó el mando de los ataques al enemigo. De vuelta de su retiro forzoso, el general que había demostrado ser tan despiadado en la batalla de El Álamo dejó su hacienda y organizó un ejército improvisado que condujo a las fuerzas francesas de la ciudad de vuelta a sus barcos. Cuando Santa Anna persiguió a los invasores el 5 de diciembre, fue alcanzado por la metralla disparada desde un cañón  y herido gravemente en una de sus piernas. Los médicos determinaron el miembro no se podía salvar y se vieron obligados a amputarle la pierna. Cuando regresó a la ciudad de México, fue recibido cómo héroe y aprovechó para hacerle un pomposo funeral a su pierna perdida en combate que Santa Anna enterró en su hacienda.
Antonio López de Santa Anna
La historia terminó en sumisión. Poco tiempo después, la Guerra de los Pasteles había terminado. El 7 de febrero de 1839 se reunieron los plenipotenciarios mexicanos y franceses para tratar las exageradas indemnizaciones francesas. Diplomáticos británicos negociaron un acuerdo de paz en el que México se comprometió a pagar la demanda de Francia de 600 mil pesos, incluyendo el costo de la pastelería del Remontel. 

Las fuerzas francesas se retiraron del país el 9 de marzo de 1839, a pesar de que regresarían a una guerra prolongada con México en la década de 1860.


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jueves, 26 de noviembre de 2015

26 de noviembre de 1812 - Las tropas de Napoleón, son masacradas por los ejércitos rusos durante el cruce del río Berézina.

La batalla del Berézina (o Berésina, del bielorruso Бярэ́зіна) tuvo lugar entre el 26 y el 29 de noviembre de 1812, entre el ejército francés de Napoleón Bonaparte, en retirada después de su invasión de Rusia y los ejércitos rusos dirigidos por el almirante Pável Chichágov, Mijaíl Kutúzov y Peter Wittgenstein.


Pável Vasílievich Chichágov
(8 julio 1767 - 20 agosto 1849) Hijo del almirante Vasili Chichagov y su esposa inglesa, en 1790 ingresa a la Royal Naval Academy. Allí conoce a Elizabeth Proby, la hija de un comisionista en el puerto de Chatham, y se comprometen. Al regresar a Rusia en 1796, solicita permiso para casarse con ella pero Pablo I le responde que "existen suficientes novias en Rusia; no existe necesidad de buscar una en Inglaterra." Hubo a continuación algún incidente violento y Chichágov fue enviado a prisión. Pronto se lo perdona, y se le otorga el permiso para que se case con Elizabeth, y es ascendido a Contraalmirante.

En 1802, Alejandro I, el sucesor de Pablo I, asciende a Chichágov a Vice Almirante y lo designa miembro del Comité de Reorganización de la Marina. En 1807, fue ascendido a Almirante y designado Ministro de la Marina. 

En 1812, Alejandro I lo designa Comandante General del Ejército del Danubio y Gobernador General de Moldavia y Wallachia. Se lo acusa de dejar que Napoleón se escape en el río Berézina. En 1813, le es retirado el mando y se traslada a Francia. Nunca más regresa a Rusia. Se convierte en ciudadano del Reino Unido y pasa el resto de su vida en Francia e Italia. Fallece en 1849 en París.


Mijaíl Kutúzov
(16 de septiembre de 1745 - 28 de abril de 1813) Goleníshchev-Kutúzov (normalmente abreviado como Kutúzov) nació en San Petersburgo, y entró en el ejército ruso en 1759 ó 1760. En 1791 era ya teniente general y ocupó sucesivamente los cargos de embajador en Constantinopla, gobernador general de Finlandia, comandante de los cuerpos de cadetes de San Petersburgo, embajador en Berlín y gobernador general de San Petersburgo.A lo largo de su carrera militar Kutúzov ocupó diferentes cargos en la cadena de mando. Se le consideraba una persona de mente fría y calculadora que sabía esperar y no apresurarse.

Comprendiendo que sus ejércitos serían por desgracia necesarios en la inminente guerra con Francia, concluyó precipitadamente la guerra ruso-turca con el Tratado de Bucarest, el cual estipulaba la incorporación de Besarabia al Imperio ruso. Por este éxito fue nombrado kniaz (príncipe).


Peter Wittgenstein
(17 enero 1769 – 11 junio 1843) Nacido Conde Ludwig Adolf Peter de Sayn-Wittgenstein-Ludwigsburg, provenía de una familia de condes independientes cuyo asiento era Berleburgo (actualmente Renania del Norte-Westfalia, Alemania).

En 1793 fue ascendido a mayor del regimiento de caballería liviana ucraniana. Fue ascendido a coronel en 1798, y a general mayor en 1799; en 1800 tomó el control del regimiento de húsares Mariupolski.

En la guerra de 1812 comandó el ala derecha del ejército ruso, posición en la que combatió en la Primera y Segunda batalla de Polotsk. Fue la batalla que decidió el destino de San Petersburgo, y que le valió el título de "Salvador de San Petersburgo".Después de colaborar con Pável Chichágov, en la Batalla de Berézina, trabajó en forma conjunta con el cuerpo del ejército prusiano a las órdenes de Ludwig Yorck von Wartenburg.

En 1828 fue designado para dirigir al ejército ruso en la guerra contra Turquía. Pero su salud debilitada pronto le obligó a retirarse. En 1834 el rey de Prusia le otorgó el título de Fürst (Príncipe) zu Sayn-Wittgenstein.


Para los ejércitos franceses era vital el cruce del río Berézina cerca de Borísov, actual Bielorrusia, y la batalla terminó con un resultado incierto. Los franceses sufrieron fuertes pérdidas pero lograron cruzar el río y evitaron ser atrapados y aniquilados. Desde entonces, el término "Bérézina" se ha utilizado en francés como sinónimo de "desastre".

El plan de Napoleon Bonaparte era cruzar el río para dirigirse hacia Polonia, mientras que sus enemigos desearon atraparlo allí y destruirlo. La idea original de Bonaparte de cruzar el río congelado demostró rápidamente ser imposible, debido a que el canal generalmente congelado había deshelado y era infranqueable.

El día 26 de noviembre, la fuerza francesa al mando se encontraba estacionada junto al río Era comandada por Michel Ney, Nicolas Oudinot y Jean Baptiste Eblé.


Jean-Baptiste, Baron Eble, 
(1 de diciembre de 1758 - 31 de diciembre de 1812) Hijo de un soldado de fortuna, que sirvió en el regimiento de Auxonne , se unió a nueve años el 21 de diciembre de 1767, como artillero en el regimiento que sirvió como su padre.

En 1791, después de veinticuatro años de servicio, es el segundo al mando. Sirvió en el ejército de Dumouriez hasta julio de 1793. Elegido general de brigada enel 29 de septiembre de 1793, su conducta en la batalla de Wattignies dos semanas más tarde hizo lo premió con el rango de general de división el 25 de octubre de 1793, Fue durante la campaña contra los Países Bajos que concibió la idea de compartir armas entre las diferentes divisiones del ejército, formando parques de reservas y depósitos de municiones en todas las líneas de operación, sistema que la experiencia ha demostrado su utilidad, que es seguida desde entonces.

El 7 de febrero de 1812, fue nombrado comandante de ingenieros en la Grande Armeé ejército se movía para invadir Rusia. Su papel es crucial para el paso de la Berezina. Es el responsable de la construcción de dos puentes.

Murió el 31 de diciembre en Königsberg. La noticia de su muerte aún no ha llegado a Francia el 3 de enero de 1813, cuando Napoleón lo nombró Primer Inspector General de la Artillería. Napoleón nombró a su viuda "Condesa del Imperio". Su corazón fue trasladado a la cripta de Los Invalidos y su cuerpo descansa en la Iglesia Católica de Königsberg



Michel Ney 
(10 de enero de 1769 - 7 de diciembre de 1815) fue hijo de Pierre Ney, un  veterano de la Guerra de los Siete Años, por lo que el joven Michel supo por su boca cómo era la vida del soldado, aunque éste nunca la quiso para él. Al ser su madre de origen alemán, siempre fue perfectamente bilingüe. Duque de Elchingen y príncipe de la Moscova (Saarlouis), "le Brave des braves" ("el valiente de entre los valientes"), fue mariscal del ejército de Francia y luchó en las Guerras Revolucionarias Francesas y en las Guerras Napoleónicas. Su nombre está escrito junto al de los grandes mariscales napoleónicos en el Arco del Triunfo de París.

Desde su entrada en el Ejército, en 1787, encarnó fielmente todas las virtudes del soldado: valiente, generoso, abierto y solidario con sus compañeros, que le adoraban. Además demostró desde el primer momento una gran capacidad para entender los mecanismos de una batalla, en especial la caballería y la infantería de primera línea, por lo que su ascenso en la jerarquía militar fue meteórico. 

En la batalla de Berezina, todos los hombres de Ney caen presas del pánico y huyen en desbandada, mientras que él queda solo en su posición armado con su sable y una bayoneta. Su lugarteniente echa en cara a los soldados su cobardía y les conmina a volver, pero sólo consigue que doce de ellos permanezcan en la línea de batalla. Rápidamente montan una trinchera tras la que se parapetan y desde ella logran retrasar el asalto de los cosacos, lo que permite huir a la mayor parte del ejército.

Cuando los artificieros franceses vuelan los puentes para evitar que los rusos sigan la persecución, Napoleón no sabe aún si Ney ha podido escapar o no, por lo que exclama: "Tengo 300 millones de francos en las Tullerías. Bien... los daría todos con tal de que me lo devuelvan". Pocas horas después, Ney consigue presentarse ante el Emperador, informándole que ha sido el último soldado francés en cruzar el crucial puente de Kovno, justo antes de su voladura, por lo que un emocionado Napoleón exclama: "Francia está llena de hombres valientes, pero ciertamente Ney es el más valiente de entre los valientes."

Al ser Napoleón derrotado, destronado y exiliado por segunda vez en el verano de 1815, Ney fue procesado por traición ante un Consejo de Guerra. Luis XVIII encarga la misión a militares que sintiesen animadversión por Ney. El 20 de noviembre de 1815 es llevado por una patrulla al muro trasero de los jardines de Luxemburgo. Rehusó ponerse una venda en los ojos y se le dio el derecho de dar la orden de disparar, a la que añadió: "¡Soldados, rechazo ante Dios y ante la Patria el juicio que me condena! He luchado cien veces por Francia y nunca contra ella. Apelo ante los hombres, ante la posteridad, ante Dios. Apuntad directo al corazón. ¡Viva Francia!".

La ejecución de Ney fue un castigo ejemplar que pretendía intimidar a los demás mariscales y generales de Napoleón, muchos de los cuales fueron exonerados por la monarquía borbónica. Víctor Hugo dijo de él: "¡Ah, infeliz! Tantas veces expuesto a balas enemigas, estabas destinado a balas francesas".

Una de las más coloridas leyendas de Ney, que crecieron tras su muerte ante el pelotón de fusilamiento, afirma que quien murió ejecutado fue un doble y que el verdadero Ney consiguió escapar a Estados Unidos. Los seguidores de esta teoría argumentan que el mariscal tenía lazos con la masonería que incluían al mismísimo Duque de Wellington, quien le habría ayudado a falsear su ejecución y a huir en un barco. La base de estos rumores fue la presencia en los Estados Unidos de un tal Peter Stuart Ney, un hombre de edad similar a la del mariscal que procedía de Francia y que además hablaba un perfecto alemán.


Nicolas Charles Oudinot 
(25 de abril de 1767 – 13 de septiembre de 1847) Desde muy joven se decidió por la carrera militar, sirviendo en el regimiento de Medoc desde 1784 hasta 1787 cuando, sin tener opción alguna a ascenso por su nacimiento plebeyo, se retiró con el grado de sargento. La Revolución francesa cambió este estado de cosas, y en 1792, con el inicio de la guerra, fue nombrado teniente coronel del tercer batallón de los voluntarios del Mosa. Su defensa del pequeño fuerte de Bitsch, en 1792, centró la atención sobre él, siendo transferido al ejército regular en noviembre de 1793. Tras servir en numerosas acciones en la frontera de Bélgica, fue ascendido a general de brigada en junio de 1794 por su conducta en la batalla de Kaiserslautern. Con el establecimiento del Imperio obtuvo la Gran Cruz de la Legión de Honor, pero no figuraba en el primer nombramiento de mariscales.

Sin embargo, fue elegido miembro de la Cámara de Diputados, aunque tuvo poco tiempo para dedicar a la política. Desempeñó un papel relevante en la guerra de 1805, comandando la famosa división de los "granaderos de Oudinot", formada por tropas seleccionadas y organizadas por él, con las que alcanzó los puentes de Viena y recibió una herida en Hollabrünn, y con las que participó de forma decisiva en la victoria de Austerlitz. 

Fue hecho Duque de Reggio y recibió una amplia concesión económica en abril de 1810. Tras la abdicación de Napoleón, se adhirió al nuevo gobierno y fue nombrado «Par de Francia» por el Rey Luis XVIII. Al contrario que muchos de sus antiguos camaradas, no desertó para servir a su antiguo señor en 1815. 

Oudinot no fue un gran comandante, ni tuvo pretensiones de serlo, pero fue un gran general de división. Fue el ideal de belleza de un general de infantería: enérgico, detallista, resuelto y hábil en la batalla como cualquiera de los mariscales de Napoleón.


El puente cercano a Borisov había sido destruido apenas unos días antes, y la mayoría de los equipos destinados a construir pontones habían sido también destruidos sólo unos pocos días antes.

Únicamente la compañía del general Jean Baptiste Eblé había mantenido materiales y herramientas de zapadores. Él se arroja al agua helada en primer lugar para dar el ejemplo a sus hombres.

Para permitir que Eblé construyera el puente,  era necesario distraer a las fuerzas del almirante Cichágov, por lo que al mariscal Nicolas Oudinot le fue encomendada la misión de distraer a las fuerzas rusas  y su tropa hizo un movimiento hacia el sur. El plan funcionó, y los ingenieros franceses tuvieron tiempo de trabajar duramente en las heladas aguas del Berézina para construir el vital puente de cien metros.

La caballería lo cruzó rápidamente, seguida por la infantería para mantener la cabeza de puente. La infantería de retaguardia sufrió terribles pérdidas (de los cuatro regimientos suizos del cuerpo de Oudinot, sólo sobrevivieron 300 soldados), pero consiguieron mantener sus posiciones y cubrir la retirada.  Una segunda estructura fue levantada en cuestión de horas, y los cañones fueron trasladados a través de ella justo a tiempo para reforzar el perímetro defensivo. Su llegada se produjo en el momento en que Chichágov se dio cuenta de su error y atacó a los 11.000 soldados franceses.

El desastre se hace inevitable cuando la caballería cosaca alcanza al grupo de ejércitos franceses cercados al otro lado del río, cruzando el río Berézina el 27 de noviembre de 1812.

A pesar de que Napoleón Bonaparte y sus principales generales consiguieron atravesar el río y ponerse a salvo, la desbandada de buena parte de la tropa francesa causó una monumental masacre entre sus soldados. En su intento por alcanzar el puente, cientos de ellos cayeron a las heladas aguas del río pereciendo por hipotermia, otros fueron aplastados por sus propios compañeros y otros alcanzados por el fuego enemigo.

Para asegurar la retirada del contingente que había conseguido cruzar el puente, el alto mando francés decidió volarlo para retrasar su cruce por los ejércitos rusos, dejando al resto (hombres, caballos y armas) al otro lado a merced del enemigo. Al mediodía del día 28 apareció la temida caballería cosaca, que aniquiló a todos los que habían quedado allí. Se calcula que 30.000 soldados de la Grande Armée perdieron allí la vida. Algunos decidieron huir hacia el norte, pero sus esperanzas de sobrevivir eran escasas.

El cruce del río Berézina fue la catástrofe final de la campaña francesa de Rusia, diezmó al ejército de Napoleón y marcó un punto de inflexión en el devenir de las Guerras Napoleónicas.

A pesar de la tragedia del  Berézina, su paso por la Grande Armée, -desde un punto de vista estratégico-, es una victoria francesa, en la medida en que el ejército ruso tenía como objetivo principal impedir que los franceses cruzaran el río.

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