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jueves, 31 de diciembre de 2015

31 de diciembre de 1999 - Llega el Y2K y tiembla el mundo

Durante los años previos, esa fecha mantuvo en vilo al mundo, con la falla informática denominada Y2K, provocada por la costumbre de los programadores de detallar, en el código fuente del software, el año en un formato de dos dígitos. Los potenciales efectos se relacionaban con saber qué pasaría con las máquinas en la medianoche del 31 de diciembre de 1999: si interpretarían el día siguiente como el 1 de enero de 2000 o como el 1 de enero de 1900.


Se temía que una mala interpretación conduciría a fallas de software y hardware en los equipos utilizados en áreas tan importantes como la banca, los sistemas de servicios públicos, los registros del gobierno, y así sucesivamente, con el potencial de caos generalizado en y después del 1 de enero del 2000. Mainframe ordenadores , incluidos los que normalmente se utiliza para ejecutar las compañías de seguros y bancos, se cree que son objeto de los más graves problemas del Y2K, pero incluso los más nuevos sistemas que utilizan redes de computadoras de escritorio se consideran vulnerables.

Para prevenir cualquier inconveniente en los sistemas informatizados, todos los países y empresas privadas establecieron diversos protocolos de contingencia y comisiones para contrarrestar los efectos del año 2000. Se invirtieron millones de dólares en actualizar sistemas, reemplazar equipos, mantener dotaciones de personal en guardia para prevenir cualquier problema en el sistema financiero, de servicios básicos como el agua, luz y gas. Las redes de telecomunicaciones no estuvieron ajenas a este monitoreo. Todo aquel procedimiento que implicara un sistema informático estaba bajo la lupa del año 2000.

El problema Y2K no se limitó a los equipos que ejecutan el software convencional. Muchos dispositivos que contienen chips de computadora, que van desde los ascensores a los sistemas de control de temperatura en los edificios comerciales y hasta a equipos médicos, se creía que estaban en riesgo, lo que hizo necesaria la comprobación de estos "sistemas integrados" para la sensibilidad a las fechas del calendario.

A nivel mundial, según estimaciones privadas de diversas consultoras, se estima que se gastó entre 300 mil y 600 mil millones de dólares para evitar diversos desastres causados por el Y2K (casi la mitad de los Estados Unidos) para actualizar las computadoras y los programas de aplicación para ser compatible con el Y2K. Como el primer día de enero 2000 amaneció y se hizo evidente que los sistemas informáticos estaban intactos, los informes de alivio llenaron los medios de comunicación. Estos fueron seguidos por acusaciones de que la probable incidencia del problemaa había sido exagerado en gran medida desde el principio. Los que trabajaron en los esfuerzos de cumplimiento Y2K insisten en que la amenaza fue real. Sostuvieron que la viabilidad continua de los sistemas informatizados era prueba de que el esfuerzo colectivo había tenido éxito. En los años siguientes, algunos analistas señalaron que las actualizaciones de programación que habían formado parte de la campaña Y2K habían mejorado los sistemas informáticos y que los beneficios de estas mejoras seguirán siendo vistas en el futuro.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

30 de diciembre de 2006 - Saddam Hussein es ahorcado en Bagdad

El 15 de mayo de 2006 fueron leídos los cargos contra el ex presidente iraquí en el proceso donde se acusa a Saddam -detenido el 13 de diciembre de 2003- y a siete de sus antiguos colaboradores de estar implicados en la ejecución en 1983 de 148 chiíes tras participar en un atentado fallido contra Sadam en 1982. 

Entre los cargos contra Saddam, figuran ordenar la ejecución de los 148 chiíes, torturar a mujeres y a niños, y detener a 399 personas supuestamente relacionadas con el intento de magnicidio en la localidad de Duyail (60 kilómetros al norte de Bagdad). Por su parte, Sadam se negó a contestar si se declaraba inocente o culpable de los cargos que se le imputan, tal y como estipula el procedimiento judicial. "No puedo decir simplemente sí o no a esto. Usted ha leído todo esto con el propósito del consumo general, y yo no puedo contestar con brevedad", aseguró Saddam al presidente del tribunal, el kurdo Rauf Abdelrahman. El ex dictador agregó que "todo esto (los cargos) nunca moverá un sólo pelo de mi cabeza", y subrayó que "usted está frente a Saddam Hussein, presidente de Irak". Los ocho acusados, entre los que figuran el hermanastro de Saddam, Barzan Ibrahim Al Hasan, y ex vice presidente del país, Taha Yasin Ramadán, han negado durante el proceso los cargos contra ellos y sostienen que los chiíes ejecutados fueron juzgados en un proceso justo en el que admitieron su participación en el intento de asesinato del entonces presidente.

El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio, Hussein fue condenado, junto con otros dos acusados, "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal iraquí (controlado por Estados Unidos), que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la humanidad, por el asesinato de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982, hecho ordenado por Hussein en represalia por un atentado contra su vida cometido durante una visita a esa aldea por parte de guerrilleros del opositor Partido Islámico Dawa. También se le atribuye la responsabilidad del ataque químico a Halabja (1988), la represión de la rebelión chiíta (1991), las fosas comunes (1991), la guerra contra Irán (1980-1988) y la invasión de Kuwait (1990).

En los dos años del juicio, Hussein se mostró, según sus jueces, "desafiante" ante el tribunal y en el momento de la sentencia (morir en la horca) el día 5 de noviembre de 2006, varios colaboradores del ex dictador iraquí insultaron al tribunal y Hussein pronunció las siguientes palabras;
"Larga vida al pueblo, larga vida a la nación. Abajo los invasores. Dios es grande"
El ex presidente de Irak, Saddam Hussein, murió ejecutado en la horca al amanecer del 30 de diciembre de 2006, lo que marcó el fin de una era pero que también trajo una mayor radicalización en el ya destrozado país. También sufrieron la misma suerte su hermanastro Barzan al Tikriti, y el ex presidente del tribunal revolucionario, Awad al Bandar. Otros dos juicios por el genocidio de miles de ciudadanos kurdos quedaron pendientes. A pesar de que la hija mayor de Saddam Hussein, pidió que el cuerpo de su padre sea sepultado en Yemen, "hasta que Irak sea liberado, para así ser nuevamente sepultado en su patria", su tumba en Auya -pese a la prohibición del gobierno- es visitada por miles de personas. Allí se pretende enterrar a toda la cúpula del antiguo régimen iraquí. El edificio -una antigua sala de recepciones construida en 1988- se ha convertido en un referente para los nostálgicos del régimen. Rodeado de flores de plástico, el nicho de Saddam está cubierto por la bandera de Irak. Además, en una habitación se exhibe una supuesta cama donde durmió el máximo dirigente iraquí y en otra hay un despacho que también habría sido usado por Saddam.


El salón principal revestido de mármol exhibe decenas de fotos, tapices, pancartas y tablas de madera con loas y recuerdos a la memoria del fallecido. "Para el caballero, el héroe de la victoria y la paz, el mariscal Saddam Hussein", dice una de las inscripciones.

También hay un panel de imágenes que recogen escenas personales del líder iraquí. Saddam montando un caballo blanco. Hussein realizando la peregrinación a la Meca. Jugando con sus hijos. Acariciando a un pequeño león en el zoo de Bagdad. Desfilando junto a sus tropas.

Junto al edificio, en un pequeño jardín, se divisan otras siete sepulturas. Son las tumbas de sus hijos, Uday y Qusay, y de otros jerarcas del antiguo régimen. Simples sepulcros de mármol blanco para personajes cuyo nombre inspiraba antes el miedo de muchos iraquíes. Desde Barzan Ibrahim al Trikrit, hermano de Saddam, al ex vicepresidente, Taha Yassin Ramadan. El último nicho que se añadió es de Ali Hassan al Majeed, "Alí el Químico". 

Saddam dejó dicho en su testamento que quería que todos su colaboradores fueran enterrados allí. Pese al legado de terror de estos dirigentes, en Auya todos se refieren a ellos como "mártires". en 2012.  Las autoridades iraquíes ordenaron el cierre del mausoleo donde se encuentra la tumba del ex dictador iraquí Saddam Hussein. El gobierno de Bagdad explicó que se no se permitirán las visitas “para evitar problemas innecesarios

martes, 29 de diciembre de 2015

29 de diciembre de 1990 - en Argentina, el presidente Carlos Menem sanciona el Decreto 2741/90, indultando a los ex miembros de las juntas militares condenados por terrorismo de Estado.

El 29 de diciembre de 1990, Carlos Menem firmó el Decreto 2741/90 de indultos para los ex miembros de las juntas de comandantes condenados en el Juicio a las Juntas de 1985 Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Viola, y Armando Lambruschini. Los militares, con esta última medida, ya no volvieron a levantarse. Vieron en Menem un presidente con el traje a medida para gozar de sus privilegios ante la justicia.

JORGE RAFAEL VIDELA (Ex. teniente general, comandante en jefe del Ejército)
En diciembre de 2010 el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba condenó a prisión perpetua a Videla, junto al ex general Luciano Benjamín Menéndez, por el fusilamiento de 31 presos políticos Que estaban detenidos en la Unidad Penitenciaria 1 de Córdoba desde antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y que fueron obligados a simular un intento de fuga.
En julio de 2013, el Tribunal Oral Federal 6 lo condenó por idear y ejecutar un plan sistemático y generalizado para robar y ocultar bebes nacidos en cautiverio durante la última dictadura militar. El tribunal le dictó una pena a 50 años de prisión y unificó las sentencias anteriores en una pena única de reclusión perpetua. Su muerte en mayo de 2013 en el penal de Marcos Paz  dejó inconclusos una serie de procesos judiciales, como el desarrollado por el "Plan Cóndor" (la alianza represiva de las dictaduras latinoamericanas), por el que había empezado a ser juzgado y se había negado a declarar; también el secuestro de los empresarios Gutheim y la causa que investiga la represión ilegal en la órbita del Primer Cuerpo de Ejército.

EMILIO EDUARDO MASSERA  (Ex almirante, comandante en jefe de la Armada)
El ex jefe de la Armada fue condenado a reclusión perpetua en 1985 al ser considerado culpable de tres homicidios agravados por alevosía, 69 privaciones ilegales de la libertad, 12 tormentos y siete robos durante la última dictadura. Massera había sido investigado en diversas causas, entre ellas de apropiación ilegal de la libertad y el robo sistemático de bebes nacidos en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
El ex dictador dirigió el campo de detención ilegal ubicado en la ESMA por donde pasaron centenares de detenidos políticos que fueron sometidos a torturas y muchos de ellos se encuentran desaparecidos.
No fue posible avanzar en el proceso sobre el ex dictador porque había sufrido en 2002 un aneurisma cerebrovascular; finalmente, en mayo de 2005 fue declarado incapaz por demencia y la Justicia suspendió las causas en su contra. Uno de los últimos estudios ordenado por la Justicia había determinado que el ex jefe de la Armada, acusado de centenares de crímenes de la última dictadura, no estaba en condiciones de ser juzgado: tenía disminuidas sus facultades mentales y su proceso de deterioro era "crónico, irreversible y potencialmente evolutivo". Falleció en noviembre de 2010 a los 85 años

RAÚL ORLANDO AGOSTI (Ex brigadier general. comandante en jefe de la Fuerza Aérea)
Agosti fue detenido durante el gobierno radical de Raúl Alfonsín y condenado a tres años y nueve meses de prisión por la Cámara Federal, que lo encontró culpable de ocho casos de tormento en un centro de detención dependiente de la Fuerza Aérea durante la denominada "guerra sucia" contra la subversión. Estuvo preso en el penal militar de Magdalena un año más, pues pesaba sobre él una prisión preventiva por el delito de rebelión que investigaba la Justicia a raíz del golpe de Estado.
Massera     -     Videla     -     Agosti

ROBERTO EDUARDO VIOLA (Ex. teniente general, comandante en jefe del Ejército)
Hallado culpable  de 152 secuestros, 105 delitos de falsedad ideológica, 49 casos de torturas, 32 reducciones a la servidumbre, 17 robos con agravio, 1 caso de usurpación de poder y 1 caso de sustracción de menores de edad.Fue condenado a 17 años de prisión. Murió en el año 1994, liberado en diciembre de 1989 por los indultos de Menem, falleció antes de la reapertura de las causas en su contra. 

ARMANDO LAMBRUSCHINI (Ex almirante, comandante en jefe de la Armada)
el Tribunal Federal lo halló culpable de treinta y cinco casos probados de secuestros y diez de torturas reiteradas, y lo condenó a ocho años de prisión siendo destituido de su cargo y condición de militar. Fallecido en agosto de 2004

RAMÓN JUAN ALBERTO CAMPS (ex general de brigada) 
Ex jefe de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Condenado a 25 años de prisión por delitos de tormentos en 73 hechos. Murió en Buenos Aires el 20 de marzo de 1994, luego de una larga lucha contra el cáncer de próstata

OVIDIO PABLO RICCHERI (Ex General de Brigada)
Fue Jefe de la Policía de Buenos Aires desde diciembre de 1977 hasta diciembre de 1978. Como tal tuvo bajo su responsabilidad el funcionamiento de varios centros clandestinos de detención: Fue juzgado y condenado por la Cámara Federal, acusado de ser autor responsable de los delitos de tormentos reiterados en veinte oportunidades, a la pena de reclusión, inhabilitación absoluta y perpetua, más la accesoria de destitución por considerarlo, junto a su antecesor Camps, como el principal responsable de la represión en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.
No fue este el primer indulto firmado por Carlos Menem. El 5 de octubre de 1989 había firmado varios decretos similares. La amnistía alcanzó, en total, a 220 militares y 70 civiles. Benefició a líderes y miembros de los grupos  considerados “guerrilleros”, entre ellas personas que se encontraban muertas o desaparecidas. También indultó a militares uruguayos.

En otro decretó indultó a  los participantes de las rebeliones militares carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros en 1987 y de Villa Martelli en 1988. Y, por último, a los ex-miembros de la Junta de Comandantes Leopoldo Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo, condenados por los delitos cometidos en la conducción de la Guerra de las Malvinas.

En la Plaza de Mayo, miles de personas repudiaron los indultos y lo llamaron como “ley de impunidad” junto a la de Obediencia Debida y Punto Final. Le gritaron traidor a Menem, lo insultaron y corearon el histórico “No!” que se expandió entre la muchedumbre por las calles céntricas. Una joven Estela de Carlotto expresó su repudio ante las cámaras y dijo: “vamos a seguir luchando”.

Hubo que esperar hasta 2003 para derogar los indultos. Ese año, el Congreso de la Nación declaró la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.  A partir de allí, algunos jueces comenzaron a declarar inconstitucionales aquellos indultos referidos a crímenes de lesa humanidad  y a reabrir los casos. El 15 de junio de 2006 la Cámara de Casación Penal, máximo tribunal penal de la Argentina, consideró que los indultos concedidos en delitos de lesa humanidad eran inconstitucionales.

Finalmente, el 31 de agosto de 2010 la Corte Suprema de Justicia confirmó sentencias de tribunales inferiores, dictando que los indultos no fueron constitucionales y las condenas que anularon debían ser cumplidas.

Organismos de derechos humanos exigen que, tras este último fallo, pueda juzgarse penalmente a Menem. Para que la historia no quede impune.

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lunes, 28 de diciembre de 2015

28 de diciembre de 1997 - Egipto prohíbe la ablación de clítoris

"No habrá más ablaciones en este país", proclamaba el 28 de diciembre de 1997 el ministro egipcio de Sanidad, Ismail Salam. Un lacónico anuncio mediante el cual el Gobierno egipcio decide abolir una práctica tan antigua como difundida en el África musulmana: la extirpación del clítoris en las niñas púberes e imponer tres años de cárcel para quienes practicaran la mutilación genital femenina (MGF), pero esta decisión puso en pie de guerra a los sectores radicales del islam, los que se han propuesto crear a orillas del Nilo una república divina idéntica a la de Irán. El jeque Youssef Al-Badri, una de las más figuras más recalcitrantes del integrismo egipcio, declaraba:
"La ablación es un rito de purificación arraigado en la esencia del islam. Ni con balas ni con bandos militares el Gobierno inducirá a nuestras mujeres a pecar. La ablación seguirá pues vigente, así le pese a los herejes".
Pocas horas antes, el portavoz del Consejo de Estado emitía un comunicado por radio y televisión, anunciando que la ablación sería considerada a partir de ese momento como un delito cualquiera. No importaba si la niña se sometía voluntariamente a dicha intervención, con el consentimiento de sus padres. Los transgresores serían castigados con penas de hasta tres años de cárcel.

Igualmente ilícita se consideraba la práctica de la circuncisión femenina en los hospitales, donde al menos si existen condiciones de higiene. Condiciones muy diferentes a las que imperan en las aldeas del Alto Egipto o en la península del Sinaí, donde una cuchilla de afeitar o incluso un limpiaparabrisas afilado sirven para seccionar el clítoris.

El nuevo decreto fijaba como única excepción los casos en que la ablación obedeciera a una necesidad médica. En tal circunstancia, la paciente debería presentar el correspondiente certificado. La ley antiablación abrió un nuevo capítulo en el agrio pleito que mantienen el Estado laico y un sector del clero en torno al clítoris de las mujeres egipcias. A principios de 1996 el Ministerio de Sanidad ya había promulgado una ley similar prohibiendo la ablación. Pero los defensores de esta práctica no dieron su brazo a torcer.

El antes mencionado Youssef Al-Badri apeló a la Corte Administrativa del Cairo, alegando que el Gobierno había incurrido en un abuso de su poder. El alegato de Youssef Al-Badri se sostenía en argumentos tales como que "las mujeres con el órgano intacto contraen fácilmente el sida". O que "si el clítoris no es seccionado a tiempo, puede llegar a adquirir las dimensiones de un pene".

Al-Badri emprendió acciones legales contra el Gobierno cuando desterró tales operaciones y presentó una demanda contra el ministro de Sanidad, Ibrahim Salam, acusándole de haber promulgado una ley «antimusulmana».

Al oír el veredicto de los magistrados, el ex parlamentario integrista no cabía en sí de contento. «Me postraré ante Alá para agradecer que haya iluminado a los jueces, que han dictado en favor de los principios del islam», exclamó Badri. Muchos de los varones que poblaban la antesala del Juzgado rompieron en aplausos y el jeque fue sacado en andas.

«La pérfida ley del ministro Salam ha sido abolida. El islam se ha salvado de un desastre», gritaban. Para las organizaciones pro-derechos humanos, lo verdaderamente desastroso es que el tribunal se haya inmiscuido en el pleito que sostienen los grupos «antiablación» con aquellos médicos cuya subsistencia depende de «mutilar a las mujeres como si fueran ganado».

«Ha sido un duro golpe, pero nuestra campaña contra la barbarie continuará», decía Maha Atía, activista de la organización egipcia de los Derechos Humanos. Muhamad Sayed Tantawi, director de Al Azhar, la institución académica más prestigiosa del mundo islámico, ha condenado repetidamente la ablación, considerándola una costumbre pagana, aunque gran parte de la población, la consideran como una prueba de virtud. Las ablaciones no responden a ningún precepto del Corán, sino que refleja un cúmulo de creencias y de supersticiones, sin embargo para el jeque y ex parlamentario integrista Youssef Al-Badri la ablación es profiláctica, "pues las mujeres con sus órganos intactos contraen fácilmente el sida".

El diagnóstico del jeque ignora que en la Península del Sinaí, por ejemplo, un limpiaparabrisas afilado puede hacer las veces de bisturí, dejando irreparables secuelas físicas y psicológicas en la mujer.

La Corte Administrativa aceptó entonces los argumentos de El Badri, suprimiendo el decreto antiablación del Gobierno. El antirecurso presentado en diciembre de 1997 por el ministro de Sanidad devolvió las cosas a su punto de origen.

"Es un gran día para las mujeres egipcias", comentaba Maha Atía, activista de la organización egipcia pro-Derechos Humanos. "El asunto es si el Gobierno dispone de los medios y de la determinación suficiente como para extirpar de nuestra sociedad estas oscuras lacras". 

La ablación es una práctica de gran arraigo en Egipto. Según un estudio realizado en 1995 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 95% de las mujeres rurales de Egipto se han sometido a este rito. En el Cairo el porcentaje de mujeres operadas desciende al 91% y en la ciudad costera de Alejandría a un 88%.

En todo el mundo -según datos de UNICEF y la OMS- entre 100 y 140 millones de niñas y mujeres han padecido este tipo de mutilación". La mayoría de las niñas son víctimas de la práctica entre la infancia y los 14 años. Cada año son centenares las niñas que mueren como consecuencia de esta práctica.


La mujer que ha sufrido la ablación queda algunas veces incapacitada para mantener relaciones sexuales, así como para dar a luz, por el estrechamiento que se produce en la vagina. Además, la operación puede causar grandes dolores y puede llevar a hemorragias prolongadas, infecciones, infertilidad e incluso la muerte, según advierte Unicef en su página web. Sin embargo, los islamistas lograron que Egipto vuelva a legalizar la ablación. Un tribunal de El Cairo anuló el decreto que prohibía esta práctica en hospitales públicos. 

En algunas aldeas del Alto Nilo, especialmente en la comarca de Aswán, dicha costumbre abarca al 97% de la población femenina. En El Cairo, el porcentaje desciende al 67%, y en Alejandría a menos del 60%, una reducción que los expertos de la OMS atribuyen al nivel de educación en las ciudades.

Tahani El Galabi, una abogada de El Cairo, definió en una entrevista con el diario Al Ahram, publicada en marzo de 1995, la ablación como "una horrible mutilación genital" que junto con las palizas que los hombres tienen derecho a propinarle a sus esposas, la poligamia y la imposición del uso del velo, constituyen un atropello a los derechos de la mujer.

El Corán, el libro sagrado del islam, no hace mención alguna a la circuncisión de la mujer. La ablación del clítoris, por tanto, no es un precepto religioso ni un dogma de fe para los musulmanes.

Hay quienes aseguran que el profeta Mahoma bendijo en su día esta práctica. Y sostienen que la tradición oral ha transmitido su mensaje de generación en generación durante los últimos 14 siglos. Sin embargo, según los estudiosos, tampoco hay ninguna base histórica, ni documental, ni ninguna interpretación convincente que permita pensar que Mahoma apoyara la ablación del clítoris.


Según un informe publicado por UNICEF aproximadamente 30 millones de niñas corren actualmente el riesgo de ser sometidas a una ablación genital. El informe ha sido elaborado a partir de los datos de los últimos 20 años accesibles en los 29 países donde esta práctica es más frecuente, concentrados en África y Oriente Medio. 

La ablación genital es una práctica que ya han sufrido más de 125 millones de mujeres en 29 países. Según porcentajes, algunos de los países donde esta práctica es más frecuente es en Somalia (98%), Guinea (96%) o Egipto (96%). En términos absolutos Egipto, con 27,7 millones y Etiopía, con 23 tienen el dudoso honor de liderar esta clasificación.


La mayoría de las niñas son mutiladas antes de los 15 años, y el lugar donde se práctica la ablación es en su propia casa. Se suele utilizar la navaja y a un 25% no se les administra ningún tipo de anestesia.

Finalmente, en junio de 2007, El Gobierno de Egipto prohibió definitivamente la ablación del clítoris. La directora del Consejo Nacional de la Infancia, Muchira Jatab, explicó que la decisión fue tomada en una reunión conjunta a la que asistió junto a los ministros de Salud, de Educación y de Información, autoridades del Sindicato de Médicos y líderes religiosos musulmanes y cristianos.

El ministerio de Salud publicó un decreto que prohíbe la ablación y anuncia que penalizará a "médicos, enfermeras y otras personas" que participen en estas intervenciones.

Contrariamente a lo que sucede en otros países africanos, donde la extirpación del clítoris la llevan a cabo barberos o curanderos, en Egipto es practicada en el 77 por ciento de los casos por personal médico y paramédico, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). 

Esta práctica se justificaba gracias a una laguna legal, pues la ablación estaba hasta ahora permitida "en caso de necesidad médica", lo que en la práctica significaba que se hacía con toda impunidad.

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domingo, 27 de diciembre de 2015

27 de diciembre de 1979 - La Unión Soviética invade Afganistán

La crisis se resume en la decisión que en Diciembre de 1979 el entonces secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, tomo al ordenar la invasión en Afganistán por el ejército soviético y de esta manera, se impidiera el colapso del régimen comunista, el cual estaba en el poder desde Abril de 1978 y debido a sus reformas radicales y políticas represivas, se encontraba ahora en un momento delicado y a punto de ser derrocado por grupos islámicos radicales.

Afganistán fue, desde el siglo XIX, un Estado dibujado en el plano como si fuera una realidad pero sin límites naturales claros y una especie de asociación de etnias de vida a menudo muy conflictiva sin que ninguna de ellas tuviera una mayoría o una fuerza suficiente para imponerse a las demás ni tampoco residiera tan sólo dentro de esos límites. Con quince millones de habitantes en 1979 y una altitud y clima que hacían muy difícil la agricultura, en realidad el pasado de Afganistán se explica por haber sido una especie de Estado-tapón -una Polonia de Oriente- durante todo el siglo XIX entre las dos influencias cruciales de la zona, la rusa y la inglesa. 

En 1919, tras la Revolución de octubre, la Unión Soviética fue el primer país en reconocer la independencia de Afganistán a quien incluso concedió una modesta ayuda económica. El puro realismo les hizo a los soviéticos considerar, sin embargo, que su influencia no debía pasar más adelante: Afganistán siguió siendo una Monarquía con alguna apariencia constitucional a medida que fue pasando el tiempo. Después de la Segunda Guerra Mundial la URSS y los Estados Unidos siguieron manteniendo a Afganistán como Estado-tapón pero la dependencia económica de la URSS se fue haciendo mayor cuando Pakistán cerró su frontera por la existencia de diferencias territoriales. De este modo, en los años setenta el 43% de las importaciones, casi todas las armas y el 60% de la ayuda exterior venía de la URSS. En este contexto no puede extrañar que surgiera un Partido Democrático Popular -PDP- que vino a ser el equivalente, aunque oculto, de un Partido Comunista. Estuvo, sin embargo, muy dividido en tendencias que, muy probablemente, no correspondían a ningún motivo ideológico sino a personalismos. 

Después de una fuerte sequía a comienzos de los setenta que pudo haber provocado varios millares de muertos, en 1973 un golpe de Estado llevado a cabo por el primer ministro Daoud supuso la proclamación de la república. Autoritario y nacionalista, Dauod llegó al poder con apoyo soviético y de un sector del PDP pero pronto demostró una voluntad de independencia que le hizo inaceptable. En 1978 una revolución le desplazó y estableció un Gobierno revolucionario dirigido por Taraki, que inmediatamente puso en marcha una revolución. Ésta, sin embargo, muy pronto chocó con una sociedad tradicional en la que, por ejemplo, se consideraba inaceptable la alfabetización de las jóvenes. En 1979 el número de desertores de un Ejército de 100.000 hombres se elevaba ya a más de 40.000 y era necesario emplear la fuerza contra los montañeses del Norte con la ayuda de unidades aéreas soviéticas. Al mismo tiempo, los conflictos entre los dirigentes del partido fueron siempre muy duros y no menos sangrientes. En unos pocos meses Taraki había eliminado a cuatro ministros; en septiembre de 1979 fue ejecutado él mismo como consecuencia del golpe de Amin, su segundo. Todo esto sucedía en una situación en que se consideraba como un dato adquirido la vinculación de Afganistán con la URSS: ni siquiera el asesinato de un embajador norteamericano produjo una modificación de esta situación por intervención de este país. Esto es lo que explica la intervención soviética como también la inestabilidad política reinante: en un viaje reciente a Moscú los soviéticos recomendaron a Taraki librarse de Amin. Lo sucedido en Afganistán fue exactamente lo contrario. El temor a una situación parecida a la de Irán y el persistente deseo de lograr una absoluta seguridad en su glacis defensivo pudieron contribuir a que la intervención finalmente se llevara a cabo. Fue, por tanto, la incompetencia de sus propios colaboradores quien indujo a la URSS -principalmente al Ejército y la KGB- a la intervención. 

Otro factor que reforzó la idea de intervención, fue la entrada de los estadounidenses en el golfo Pérsico, después de la toma de rehenes de su embajada en noviembre de 1979, los soviéticos temían que si los Estados Unidos eran forzados a salir de Irán ahora se adueñarían de Pakistán por tanto, ellos no se quedarían cruzados de brazos viendo como perdían Afganistán. Si a esto se le suma el hecho de que unos informes del KGB reportaban que Amín estaba acercándose mucho a los Estados Unidos, se explica que el gobierno soviético no confiara en él.

El 27 de diciembre de 1979, las propias tropas de élite soviéticas atacaron el palacio presidencial de Amin y le ejecutaron; en sólo seis días 55.000 soldados habían hecho acto de presencia en el país islámico. La verdad es que todas las tendencias actuantes en la política afgana habían pretendido, en un momento u otro, que los soviéticos aparecieran en su país. Pero lo grotesco fue que en este caso se justificó la intervención soviética gracias a la petición de que se produjera el nombramiento de un Babrak Karmal, dirigente del PDP, que era un particular residente en el extranjero y que inmediatamente fue convertido en supremo dirigente del Estado afgano. Se entiende el nerviosismo de los soviéticos involucrados en un conflicto sin salida aparente. Pero, por más que Afganistán estuviera desde hacía tiempo bajo la influencia soviética, parece evidente que lo sucedido en esta ocasión suponía, desde la perspectiva norteamericana, la primera "satelización" de un Estado cercano mediante el empleo de la fuerza militar durante un período no bélico. Fue, además, la primera ocasión desde la Guerra Mundial en que la URSS actuó a través de su Ejército en una parte del mundo distinta de Europa del Este. 

Estando en plena guerra fría, lo más normal es que el gobierno soviético hubiera analizado las posibles reacciones y consecuencias de su rival número uno los Estados Unidos de Norte América, sorprendentemente no lo hicieron pues pensaron que sería algo rápido. De hecho Gromyko “creyó que la reacción norteamericana, fuese cual fuese, no sería un factor que debiera tomarse en consideración. Además, él, como otros miembros del politburó, estaba indignado por la decisión tomada por la OTAN de desplegar los misiles norteamericanos en Europa”, según cuenta Anatoly Dobrynin, (“En confianza. Memorias del Embajador soviético en Estados Unidos 1962-1986” )

Parece evidente que los soviéticos en ningún caso meditaron lo suficiente el impacto que su intervención en Afganistán habría de tener en el panorama universal. La Asamblea de la ONU condenó a la URSS por 104 votos contra 18 y 18 abstenciones; sólo los países adscritos al área soviética la apoyaron y, al mismo tiempo, sólo 9 no alineados estuvieron en contra de la no resolución. Más grave para ella fue que los ministros de Asuntos Exteriores de los países islámicos, reunidos en la capital pakistaní, abominaron unánimemente de "la agresión contra el pueblo afgano" en un giro espectacular con respecto a lo sucedido durante la crisis de Suez en 1956. Castro, que apoyó a los soviéticos, no pudo volver a convertirse en el portaestandarte del no alineamiento. Pero, aparte de haber perdido su apoyo en estos países, la URSS había destruido también el crédito de confianza conseguido con las potencias occidentales. No es, por tanto, una casualidad que Carter dijera que en esta ocasión había aprendido mucho más sobre la Unión Soviética que en todos los años anteriores. Fuera por inseguridad o por imperialismo -o por una mezcla de ambos- la Unión Soviética había demostrado que su deseo de controlar su glacis defensivo la condenaba a operaciones que el adversario ideológico sólo podía interpretar como ofensivas. Las consecuencias fueron graves para los propios soviéticos. Un total de 55 países no asistieron a los Juegos Olímpicos de Moscú. La exportación de cereales norteamericanos fue suprimida y la de tecnología occidental se redujo en un 50%. Si la URSS por un momento pensó en que con el paso del tiempo se olvidara su invasión de Afganistán, muy pronto se probó que no iba a suceder así. Las condenas arreciaron con el paso del tiempo e incluso aliados de otro tiempo, como India, se mostraron ahora muy tibios. 

Pero, además y sobre todo, la invasión no consiguió de ninguna manera estabilizar la política afgana. Babrak Karmal quiso hacer una política moderada pero era ya demasiado tarde y, además, la invasión soviética previa le quitaba la legitimidad. En el plazo de unos meses el Ejército afgano perdió dos tercios de sus efectivos por deserción y casi un tercio de la población total cruzó la frontera convirtiéndose en refugiada. La oposición, formada por grupos variados que iban desde el tradicionalismo al más exacerbado integrismo, pronto contó con ayuda china y norteamericana. Esta última llegó a ser muy sofisticada hasta el punto de contar con misiles Stinger capaces de derribar los helicópteros soviéticos.


Los orígenes y causas de este conflicto fueron sin duda internos debido a las enormes divisiones, regionales, políticas y étnicas, entre las diversas tribus afganas, la falta de un gobierno central, el arraigo del Islam y la fuerte influencia de los Mullah (viejo líder religioso o espiritual que enseña a los niños y jóvenes el Corán. Un dato interesante es que puede haber Mullah analfabetos pero debido a la milenaria tradición musulmana de la cultura oral, éstos siguen enseñando y transmitiendo la cultura y tradición de la religión e inclusive pueden llegar a poseer un nivel cultural más alto que aquellos alfabetizados y por este hecho son conocidos en la sociedad como los “hombres de conocimiento”.Además de enseñar el Corán los Mullah son intérpretes religiosos, terratenientes e intermediarios y debido a todas estas funciones tienen mucha influencia en el escenario político, social y económico y por lo tanto, se oponen a la secularización y a la reforma agraria ya que esto disminuiría su poder en los ámbitos mencionados anteriormente) y los líderes  tribales, quienes no estaban dispuestos a perder su poder, hicieron que se generara un contexto en donde el hambre y la preponderancia de unas etnias sobre otras fueron el resultado de una dominación económica que estaba ligada a la opresión y por tanto, prefirieron mantenerse separadas y también alejadas de otros posibles dominadores. Así pues, el rechazo de una intervención no se debe solo al hecho de ceder soberanía política y económica sino más bien a la amenaza que ésta representa en sus estructuras sociales, tradiciones, identidad y cultura islámica.

Da la sensación de que los círculos dirigentes de la URSS se vieron invadidos por una súbita erupción de prudencia a partir del momento de la invasión. Ante una situación de insurrección del conjunto del país hubieran necesitado un millón de hombres para someterlo pero se limitaron a tener unos cien mil y controlar la capital y los puntos estratégicos más importantes, apenas un 15% del total. Quizá la clase dirigente soviética se dio cuenta de que se había llegado al máximo de expansión territorial y militar soportable para una sociedad y un Estado ya declinantes. En efecto, en este momento la URSS se encontraba ya en una situación de exceso de compromisos de cara al Tercer Mundo: Cuba les costaba 10 millones de dólares diarios y Vietnam tres. Además de no lograr solucionar el problema afgano -a pesar de que eran 280 millones de habitantes contra 15-. Desde la conciencia de esta realidad no puede extrañar que la llegada de una nueva generación dirigente de la URSS en 1985 impusiera una rectificación. 

En marzo de 1985, el nuevo Secretario General del Partido Comunista, subió al poder en el Kremlin, su nombre: Mijail Gorbachov. Buscando una solución a la crisis por la que atravesaba el país tanto interno como internacional, implementó la Perestroika y la Glasnost así como la elaboración de lo que se llamó el “Nuevo Pensamiento en Política Exterior” lo cual, influyó en el fin de la guerra fría. Gorbachov era un líder que dejó que la gente expresara su oposición a la guerra y por lo tanto se puso como objetivo terminar con la guerra de una forma que el pueblo entendiera los motivos que el gobierno tuvo para participar en ella y las consecuencias que trajo. Esto es lo que se bautizó como el “Síndrome de Vietnam”, pues quería evitar que se viera que una gran potencia salía huyendo de un pequeño país.


El 17 de octubre de 1985, durante una reunión del Politburó, por primera vez Gorbachov propuso “una solución para Afganistán”. El siguiente paso de Gorbachov fue comunicarle a la ONU sobre una posible consideración del gobierno soviético de retirarse de Afganistán. Lo que necesitaban era establecer el tipo de gobierno que se quedaría a la salida de los soviéticos. Por tanto, en1986 decidió finalmente destituir a Karmal y poner en el poder a Mohammed Najibullah, pensando en que tanto Estados Unidos como Pakistán aceptarían una tregua y de esta manera Najibullah podría entablar relaciones con los soldados de dios para iniciar una reconstrucción y reconciliación nacional. Najibullah creía que el régimen sobreviviría a la retirada de las tropas soviéticas. Estados Unidos por su parte, no terminaba de creer las buenas intenciones del nuevo líder soviético. La mejor prueba de que realmente se querían retirar de Afganistán, fue cuando entre 1986 y 1988, bajo los acuerdo de Ginebra, se tomó la decisión de hacerlo y comenzó la orden de abandonar el país. La meta de Mijail Gorbachov, era que Afganistán se alineara, como alguna vez lo había hecho, como país neutral. La retirada final tuvo lugar el 15 de febrero de 1989. En diciembre del mismo año, el Parlamento soviético condenó la invasión, declarando que la decisión de realizarla había sido tomada por un estrecho círculo de la jefatura anterior; Brezhnev y la llamada troika (Ustinov, Andropov y Gromyko)


Las  consecuencias para la propia Unión Soviética y más aún para Afganistán fueron graves y duraderas. Murieron en la guerra afgana unos 13.300 soldados soviéticos, cifra muy inferior a la de muertos norteamericanos en Vietnam pero equivalente si tenemos en cuenta el número de tropas empleadas en cada uno de los dos casos. Primera derrota soviética desde 1945, la Guerra de Afganistán creó una conciencia autocrítica que influyó mucho tanto en los dirigentes militares como en los propios soldados. Peor fue lo sucedido en el país invadido donde la guerra pudo costar 725.000 vidas, cifra cuya importancia se aprecia comparándola con la población total. El régimen de Babrak Karmal pudo sobrevivir en las ciudades, pero sólo algún tiempo, y luego se impuso un integrismo que perduró hasta la ocupación de Estados Unidos y otros aliados, en 2001, que acabó con el régimen talibán. En mayor grado aún que en Líbano también en Afganistán una intervención exterior liquidó el limitado equilibrio existente en una sociedad tradicional.

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sábado, 26 de diciembre de 2015

26 de diciembre de 2004 - Una cadena de maremotos, provocados por un terremoto de magnitud 9 cerca de Sumatra afectan, principalmente, a Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia, dejando más de 230.000 muertos y miles de personas desaparecidas.

En la mañana del 26 de diciembre del 2004, hubo un poderoso terremoto en el océano Índico, 150 kilómetros al este de la isla Indonesia, Sumatra. El terremoto se sucedió a causa del movimiento de placas tectónicas, y es el más poderoso de los últimos 40 años, con una magnitud de 9.0 en la escala de Richter. Durante el movimiento sísmico, parte del suelo marino ascendió aproximadamente 10 metros. Esto generó inestabilidad en el agua de mar en la superficie, y generó gigantescas olas tsunami, las cuales se desplazaron a lo largo del océano.


Las gigantescas olas se desplazaron rápidamente a lo largo del océano antes de chocar contra la costa. Más de 230 000 personas fallecieron a causa del impacto de las olas del tsunami sobre las costas de Indonesia, Malasia, Myanmar, Tailandia, Bangladesh, Sri Lanka, India, y la costa este africana. Hubo muy poco tiempo para activar las alarmas de emergencia y evacuar a las personas que se encontraban en las costas.


Un tsunami es una serie de olas, que se generan en un océano u otros cuerpos de agua, a causa de terremoto, deslizamientos de tierra, erupción volcánica o impacto de meteroritos. Los tsunamis generan grandes daños cuando chocan contra las costas. Algunas personas llaman a los tsunamis, "olas de mareas", pero estas olas mostruosamente gigantes realmente tienen muy poco que ver con las mareas, de manera que el término de "olas de marea" en realidad es incorrecto.

Las olas de un Tsunami son diferentes a las que llegan hasta las orillas de los mares o lagos. Este tipo de olas son generadas por los vientos que hay mar adentro, y son olas bastante pequeñas en comparación con las olas de un tsunami. Las olas de un tsunami en el océano abierto pueden tener más de 100 kilómetros de largo.

A medida que un tsunami viaja en dirección a las aguas menos profundas de la costa, desacelera y aumenta en altura. Aun cuando es muy difícil ver a un tsunami en el mar, cuando llega a la costa puede crecer hasta alcanzar muchos metros de altura y, a medida que se acerca de la costa, desarrollar mucha energía. Cuando finalmente llega a la costa, podría parecer que el tsunami es una marea que crece o decrece rápidamente, o una serie de olas con una altura máxima de hasta 30 metros.


Pocos minutos antes de que un tsunami choque contra la costa, el agua que se encuentra cerca de la costa se retirará y podrá verse el fondo marino. Por lo general, la primera ola no es la más grande, y cada 10 a 60 minutos llegarán más olas. Estas olas se mueven mucho más rápidamente de lo que puede correr una persona. El peligro de un tsunami puede durar muchas horas después de la primera ola. Diferente a otro tipo de olas, las olas de un tsunami no se giran ni rompen.

jueves, 24 de diciembre de 2015

24 de diciembre de 1914 - En el frente occidental, alemanes, británicos y franceses celebran un breve alto el fuego no oficial; este hecho fue conocido como la "Tregua de Navidad"

Las crónicas de la época procedentes de la trincheras en las que morían en condiciones miserables los soldados de ambos bandos enfrentados en la Primera Guerra Mundial relatan que en la navidad de 1914 se produjo uno de los hechos más insólitos que hayan tenido lugar en ninguna guerra.

Se conoció como la “Tregua de Navidad de 1914” y puso de manifiesto la crueldad de los altos mando militares de época y el poco interés que tenían los soldados de matarse los unos a los otros.

En la Nochebuena de 1914 los soldados alemanes decoraron las trincheras con abetos iluminados. Estos habían sido enviados al frente siguiendo órdenes directas del Káiser. También se hicieron llegar a los agotados soldados, raciones extras de pan, salchichas y licores.

Trate de imaginar la extraña sensación que aquella imagen, tan evocadora del cálido y acogedor ambiente Navideño pudo haber causado en los desdichados soldados. Algunos soldados alemanes entonaron canciones de navidad y en la distancia los aliados podían escuchar y sentir el ambiente festivo del que disfrutaban sus enemigos. Al poco rato de comenzar a cantar, desde las trincheras aliadas alguien se unió a la celebración, y así, uno tras otro, los hombres de uno y otro bando, comenzaron a confraternizar, compartiendo canciones navideñas.


Esa noche, soldados que hasta ese momento eran enemigos se sentaron juntos alrededor del calor del fuego. Intercambiaron pequeños regalos de sus pobres pertenencias -barras de chocolate, botones, insignias y pequeñas latas de carne de res. Hombres que hasta solamente una horas antes se disparaban a matar estában ahora compartiendo las festividades de Navidad y mostrándose los unos a los otros fotografías de sus familias. 

Aquel fue un hecho realmente sorprendente y queda perfectamente reflejado en las líneas que escribió un fusilero de 17 años llamado Walkinton: "Todo ocurrió espontáneamente, en forma muy misteriosa. Un espíritu más fuerte que el de la guerra prevaleció aquella noche". 

¿Pudo la tregua de 1914 haber puesto fin a la Primera Guerra Mundial? 

Un sobreviviente, Albert Moren, cree que sí. “Si la tregua se hubiera prolongado otra semana”, asegura, “habría sido muy difícil reiniciar la guerra”. En este caso se habrían salvado casi nueve millones de hombres que morirían antes del Armisticio. 

La tregua navideña de 1914 continuó en algunos sectores del frente hasta el Año Nuevo, y aún después. “tuvimos que dejar que durara todo ese tiempo”, explicó un alemán, en una carta enviada a su casa. “Queríamos ver cómo salían las fotos que ellos nos tomaron”.

Tras la noche, y al amanecer del día 25 de Diciembre de 1914, algunos soldados alemanes, salieron de sus trincheras enarbolando banderas blancas y caminando desarmados, se internaron en tierra de nadie.. A lo largo del día y en medio de aquel extraño clima de paz, cada uno de los bandos contendientes pudo recoger los cadáveres de los compañeros muertos en los combates anteriores. Llegaron a realizar oficios religiosos conjuntos e incluso jugaron algún que otro partido de fútbol.

El 17 de diciembre de 2014 en Ypres, Bélgica, la UEFA conmemoró el centenario de la Tregua de Navidad de 1914 en las trincheras de Flandes.  Se inauguró un monumento en el mismo lugar donde se disputó el improvisado partido de fútbol.



Al regresar a sus respectivas trincheras y terminado el día de Navidad, aquellos hombres que se habían conocido entre si, que se habían saludado y con quienes habían compartido sus sentimientos, sus fotos íntimas, las cartas de sus familiares…  se negaron a luchar. Disparaban al aire o se avisaban y saludaban a gritos.

A lo largo de la Primera Guerra Mundial se volvieron a dar algunos sucesos similares, aunque ninguno tan generalizado como el de la Navidad de 1914. Se han hecho películas y escrito novelas narrando aquel extraordinario suceso. Entre ellas destaca “Joyeaux Noel” de 2005, la que fue candidata al Óscar a la Mejor película en lengua no inglesa, candidata al Globo de Oro a la Mejor Película en lengua no inglesa y candidata al BAFTA a la Mejor Película extranjera.


Cuando la noticia de la tregua llegó a  los cuarteles generales de uno y otro bando los altos mandos tomaron las medidas oportunas para evitar que un hecho similar pudiera volver a suceder. Se dispusieron serias medidas para evitar que se siguiera propagando esa epidemia de fraternidad. La publicidad de guerra de ambos bandos había pintado al enemigo como un conjunto de monstruos capaces de las peores atrocidades. Si seguían dándose la mano los unos con los otros, iban a comprobar que eran buenas personas y eso resultaba peligroso para los grandes poderes que provocaron y que mantenían el conflicto

Muchos -no se sabe cuántos- soldados franceses fueron fusilados, como medida drástica para escarmentar al resto de sus compañeros. Los soldados alemanes fueron enviados a otro frente. Las cartas en las que los soldados narraban lo sucedido a sus familiares fueron interceptadas y destruidas y cualquier información -o la mayoría- que pudiera llegar a los periódicos británicos o franceses, censurada. Los franceses confiscaron los negativos de las fotografías que algunos soldados habían tomado durante la tregua, en donde se veían hombres de uno y otro bando posando amistosamente. La reacción de los respectivos altos mandos es tan sólo una muestra más de hasta qué punto la maldad de muchos hombres no tiene límite y que, al contrario de lo que no ha enseñado el cine, los malos casi siempre ganan.

Es el deseo para esta Navidad de quienes hacemos este blog que siempre ganen los buenos y que se pongan en marcha todas las treguas que haga falta para lograrlo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

23 de diciembre de 1948 - Son ejecutados los condenados por crímenes de guerra por el Tribunal Penal Militar en Tokio.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el 70% de los estadounidenses creían que el emperador Hirohito era un sanguinario criminal de guerra por lo que pedían que pagara sus crímenes con su sangre, es decir, había una numerosa opinión pública favorable a que se ejecutara al emperador. MacArthur sabía que la figura del emperador era primordial para que la ocupación sobre Japón no encontrara problemas, sin el emperador se temía que surgiera una guerra de guerrillas. En un mensaje al presidente Truman, MacArthur aseguró que el papel de Hirohito en la guerra había sido estrictamente ceremonial, se pintaba a Hirohito como un pacifista cautivo en su palacio, una víctima de una conspiración perpetrada por la jerarquía militar japonesa. Además Mac Arthur argumentó que matar al emperador supondría una gran responsabilidad administrativa por parte de EE.UU hacia Japón, le salía más rentable a EE.UU mantener al emperador y crear bajo su mandato una sociedad constitucional democrática a imagen y semejanza de los Estados Unidos.

Aceptadas estas premisas se celebraron los juicios de Tokio contra los criminales de guerra japoneses, el resultado fue que el primer ministro, Hideki Tojo, y otros seis miembros fueron juzgados y ejecutados. Hirohito se salvó a pesar de que en el juicio se presentó como prueba de la culpa de Hirohito, un documento escrito y firmado por el emperador que le vinculaba con crímenes de guerra, a pesar de existir esta prueba, nunca llegó a mencionarse. Además, según el testimonio de Tojo durante el juicio, nada se hizo ni se podía hacer en Japón contra la voluntad del Emperador, afirmando que hasta la decisión de atacar Pearl Harbor dependió del emperador. Esto hizo que muchos países asiáticos vieran en estos juicios de Tokio una farsa para lavar la imagen del emperador japonés, dejando así un legado de mentiras que aún hoy en día hace difíciles las relaciones de Japón con otros países asiáticos.



Hideki Tojo (1884-1948)
Nombrado en 1940 como ministro de guerra, dejó en claro que Japón debería impulsar la invasión de China, y estaba convencido de que una guerra con Estados Unidos y Reino Unido no podía evitarse. En octubre de 1941, fue nombrado primer ministro y se llevó las carteras de Guerra, Educación, y Comercio e Industria. En diciembre de ese mismo año, se autorizó el ataque a Pearl Harbor. Japón se rindió a las fuerzas aliadas y el 2 de septiembre de 1945, Tojo fue capturado como un criminal de guerra.



Kenji Doihara (1883-1948)
Era un graduado de la Academia Militar de Japón y la Escuela Superior de Guerra japonés. Sirvió como espía en el noreste de China a partir de 1913 en adelante. Doihara fue juzgado por el tribunal de Tokio y condenado a muerte. Antes de su ejecución, fue encarcelado en la prisión de Sugamo.



Seishiro Itagaki (1885-1948)
Se graduó de la academia militar de Japón en 1904. Luchó en la Guerra Ruso-Japonesa en 1904-1905. Alcanzó el grado de teniente general con el ejército japonés y se convirtió en jefe del Estado Mayor del ejército Kwantung en 1936. Fue nombrado ministro de la Guerra en 1938, jefe del Estado Mayor del Ejército Expedicionario de China en 1939, alcanzó el grado de general en el ejército japonés.



Iwane Matsui (1878-1948) 
Se graduó de la Academia Militar de Japón en 1906. Alcanzó el grado de general en el ejército japonés en 1933 y se retiró dos años después, pero salió de su retiro para convertirse en el comandante de la Fuerza Expedicionaria japonesa de Shanghai el 13 de agosto de 1937.



Koki Hirota (1878-1948)
Diplomático de carrera, se desempeñó como embajador en los Países Bajos (1927-1930) y embajador en Rusia (1930-1932). Se desempeñó como ministro de Relaciones Exteriores 1933-1936. Se convirtió en primer ministro en marzo de 1936 y dimitió en febrero de 1937. 



Akira Muto (1892-1948) 
Se graduó de la academia militar de Japón en 1912 y de la Escuela Superior de Guerra de Japón en 1920. Se convirtió en el oficial general al mando de la 2ª División de Guardias Imperiales, Singapur-Sumatra en 1942, y más tarde el jefe del Estado Mayor del Ejército de Área 14 en las Filipinas en 1944.




Heitaro Kimura (1888-1948)
Se graduó de la academia militar de Japón en 1908. Él ayudó a planear la guerra contra China en calidad de viceministro de la Guerra en 1943.

Cuando hablamos de criminales de guerra nos referimos a los acusados en el juicio por crímenes de guerra organizado por los países aliados una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Los crímenes de guerra sobre los que se juzgó la responsabilidad de estas personas fueron divididos en tres categorías:
  • En primer lugar, los delitos contra la paz (clase A), planteamiento este según el cual la planificación, la preparación, la puesta en marcha y la ejecución de una guerra de agresión, así como la asociación criminal para la misma, se convertían en delitos contra el derecho internacional. Sin embargo, hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de agresión podía ser “ilegal”, pero nunca un delito por el que se pudiese castigar a un individuo, hecho este por el cual este planteamiento fue criticado en razón de su retroactividad.
  • En segundo lugar, los delitos de guerra clásicos (clase B). Los castigos legales a las personas implicadas en malos tratos a prisioneros, matanzas de poblaciones civiles en territorios ocupados, destrucción de ciudades, etc, estaban reconocidos desde antes de la Segunda Guerra Mundial por el derecho internacional.
  • En tercer lugar, los delitos de lesa humanidad (clase C), planteamiento según el cual los actos inhumanos y los hostigamientos contra la población civil se consideran delitos contra el derecho internacional. Dado que la persecución perpetrada por los nazis contra la población alemana de origen judío (población del propio país) y los actos en tiempos de paz no podían ser castigados incluyéndolos en la clase B, los aliados crearon esta ley retroactiva en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.
En el caso de Japón, los crímenes contra la paz (clase A) fueron conocidos exclusivamente por el Tribunal Militar Internacional para el Extremo Oriente en los llamados Juicios o Procesos de Tokio (1946-1948), en los que los 11 países aliados juzgaron a 28 líderes japoneses. Es decir, que los únicos criminales de guerra de la clase A son los acusados en estos procesos.


En estos procesos se dirimía si los acusados estaban implicados en una decisión política de tan alto nivel como es entrar en guerra, por lo cual los acusados eran todos líderes del Estado japonés, con miembros del gabinete de gobierno y responsables del Ejército y de la Armada entre ellos. Comparados con quienes eran acusados de crímenes de las clases B o C, eran personajes principales, por posición social y por cargo (si bien es cierto que en los juicios de Tokio los juzgados fueron acusados no solo de crímenes de la clase A, sino también de atrocidades de la clase B y C).

Por otra parte, cada uno de los países aliados abrieron juicios para juzgar los crímenes de las clases B y C. Entre estos juicios militares en los que se trataban exclusivamente estas atrocidades están el de Yokohama (Estados Unidos), el de Singapur (Reino Unido) y el de Batavia (Holanda).

En los procesos abiertos por cada país se juzgaban los malos tratos a los prisioneros y otras violaciones de las leyes de guerra, siendo la mayor parte de las personas juzgadas suboficiales y soldados. Según estadísticas elaboradas por el Ministerio de Bienestar Social de Japón, el número total de acusados por crímenes de las clases B y C (excluyendo a quienes murieron durante el proceso) fue de 4.830.

Yasukuni es un santuario en el que se rinde culto a las almas de los caídos en batalla por el Estado, que pasan a ser tratados como kami (en el sintoísmo, “dioses”). Muchos de los japoneses que murieron en batalla durante la guerra se despidieron de su compañeros prometiéndoles, según era costumbre, que se reunirían con ellos en Yasukuni. En pocas palabras, rindiéndoles culto en Yasukuni se prueba que estas personas fueron mártires de la patria y que su muerte tuvo un sentido elevado.

Ya desde el periodo de ocupación aliada, los familiares de aquellos que, habiendo sido hallados culpables de crímenes de guerra, terminaron sus días en el patíbulo, imploraron que pudieran recibir culto con el resto de los caídos. A finales de 1951, Imamura Hisa, esposa del general del Ejército de Tierra Imamura Hitoshi, transmitió a la Comisión de Justicia de la Cámara Alta de la Dieta (Parlamento) el sentir de los familiares de los ejecutados.
“Es realmente penoso ver cómo los familiares pasan sus días bajo el peso del oprobio que supone que sus difuntos ajusticiados como criminales de guerra no puedan ser venerados ahora mismo en el santuario de Yasukuni”, fueron sus palabras.
El gran cambio llegó al finalizar el periodo de ocupación y recuperar Japón su soberanía. En un documento emitido en mayo de 1952, el Ministerio de Justicia de Japón se desmarcó de la interpretación vigente hasta el momento, según la cual los criminales de guerra recibían un tratamiento equiparable al de las personas condenadas por los tribunales japoneses, y abrió la puerta a la restitución de sus derechos civiles. En 1953 se reformó la ley que regía la asistencia pública a los familiares de los difuntos y en ella las muertes de los criminales de guerra por ejecución y las ocurridas durante el cumplimiento de la condena fueron calificadas de hōmushi (concepto creado ad hoc que podría traducirse por “muerte judicial”) y en la práctica se equiparaban a las muertes ocurridas durante el cumplimiento de las funciones públicas. Además, tras recibir una súplica de la asociación de familiares de difuntos, formada en 1947, el Ministerio de Bienestar Social (actual Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar) comenzó a cooperar en 1956 con Yasukuni aportando las informaciones necesarias para que este incluyera a nuevas personas entre las veneradas en el santuario.  
  
Santuario de Yakusuni
En 1978, tras la muerte del anterior gūji (máxima autoridad religiosa de un santuario sintoísta) de Yasukuni, el marqués Tsukuba Fujimaro, lo sustituyó Matsudaira Nagayoshi. Nieto de Matsudaira Shungaku, señor feudal de Fukui, e hijo de Matsudaira Yoshitami, titular del antiguo Ministerio de la Casa Imperial, al final de la Segunda Guerra Mundial era capitán de corbeta de la Armada japonesa, para integrarse posteriormente en el cuerpo de Tierra de las Fuerzas de Autodefensa. Su suegro, el vicealmirante Daigo Tadashige, fue fusilado tras haber sido encontrado culpable como autor de crímenes de guerra de las clases B y C en el juicio organizado por los holandeses. Actualmente se le rinde culto en Yasukuni.

Matsudaira, que postulaba un rechazo frontal a los juicios de Tokio de carácter ideológico, que lo llevaba a negar una visión de la historia, la emanada de tales juicios, según la cual “Japón tenía la culpa de todo”, procedió a “consagrar” secretamente a los siete reos ejecutados y de otros cinco presos que murieron por enfermedad durante el cumplimiento de su condena (Hiranuma Kiichiro, Koiso Kuniaki, Shiratori Toshio, Togo Shigenori y Umezu Yoshijiro) y a Matsuoka Yosuke y Nagano Osami, ambos fallecidos por enfermedad antes de recibir la sentencia, el 17 de octubre de 1948

El hecho se difundió mediante informaciones periodísticas en abril del año siguiente, pero en un primer momento no causó gran revuelo. Sin embargo, el 15 de agosto de 1985, cuando se cumplían los 40 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, el entonces primer ministro Nakasone Yasuhiro se decidió a hacer una visita oficial al santuario, lo cual le valió las más duras críticas de los países vecinos. 

Ante esta situación, Nakasone decidió renunciar a volver a visitar oficialmente el santuario al año siguiente diciendo que lo hacía en consideración al gobierno chino, encabezado entonces por Hu Yaobang. Fue, pues, la visita oficial de Nakasone la que activó la espiral de violentas reacciones internacionales y estancamientos diplomáticos que hemos conocido cada vez que un primer ministro visita Yasukuni.

En todo caso, la inclusión de los criminales de guerra de la clase A entre las almas veneradas de Yasukuni supera la dimensión de las honras fúnebres o de los oficios religiosos de difuntos propiamente dichos, para adquirir un significado decididamente político. La “consagración” de estas figuras en Yasukuni fue una “medida espiritual” orientada a un rechazo frontal de los juicios de Tokio, y una acción provocada por una visión de la historia que reivindica la justicia y legitimidad del pasado de Japón.

Conmemoración en Yasukuni


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martes, 22 de diciembre de 2015

22 de diciembre de 1989 - En Berlín se reabre la Puerta de Brandenburgo

La Puerta de Brandeburgo, antigua puerta de la ciudad y símbolo de Berlín, se encontraba situada, durante los años de la división de la ciudad, directamente detrás de la frontera, dentro del sector soviético. La Pariser Platz (plaza parisina) formaba parte de la franja fronteriza y por lo tanto, era inaccesible para el público.

La Segunda Guerra Mundial transformó este centro de la vida política y cultural en una zona baldía del centro de la ciudad. Las ruinas se fueron retirando gradualmente. Tan sólo quedaron en pie partes del edificio del antiguo hotel Adlon y de la Academia de las Artes y no existían planes de volver a construir en esta zona.

A primeras horas de la mañana del día 13 de agosto de 1961, también fue cerrada por completo la frontera en la Puerta de Brandeburgo. Los cañones de agua y los tanques fueron preparados y miembros de las milicias de trabajadores tomaron posiciones ante el monumento característico de Berlín. A los berlineses del Este y a los habitantes de la RDA les fue prohibido el paso hacia Berlín Occidental.


Las primeras barreras fueron reforzadas más tarde con dos muros, uno exterior y uno interior, farolas y torres de vigilancia para crear una frontera prácticamente impermeable. Justo delante de la Puerta de Brandeburgo, el muro fue reforzado para crear una barrera antitanques que tenía tres metros de grosor. El cierre de la frontera y la expansión de las barreras convirtieron la Pariser Platz en parte de la franja fronteriza. Supuestamente, la plaza vacía debía jugar un papel representativo, pero en realidad servía para asegurar la frontera militarmente.

Las delegaciones visitantes oficiales de la RDA eran instruidas por los oficiales de las tropas fronterizas sobre las medidas que se habían tomado. En una de las alas de la Puerta de Brandeburgo, existía un centro de información para los invitados, la mayoría de los cuales eran extranjeros. Los habitantes de la RDA tenían prohibido el acceso a la Puerta de Brandeburgo y, por lo general, tampoco conocían ni el centro de información ni su exposición. Detrás de una barrera de aspecto inofensivo, formada por rejas y macetas de flores, empezaba la así llamada zona de seguridad.

Konrad Adenauer, John F. Kennedy, Michail Gorbachov, Ronald Reagan, tanto a los invitados del estado que visitaban la parte Este, como la Oeste de Berlín, se les enseñaba el Muro de Berlín en la Puerta de Brandeburgo. Eso sí, a los visitantes del Este de Berlín se les mostraba lo que el lenguaje de la propaganda denominó el “Muro de seguridad antifascista”. Esta denominación, que afirma la existencia de una amenaza exterior, debía encubrir el motivo real de la construcción del muro: debido al éxodo en masa hacia la parte Oeste, la economía de la RDA estaba al borde del colapso. En agosto de 1961, la dirección del partido y del Estado quiso cerrar la última vía de escape hacia Berlín del Oeste.

Las barreras de la frontera se mantuvieron hasta el invierno de 1989, cuando los cambios políticos en la Unión Soviética hicieron posible el éxito de la revolución pacífica en la RDA. La noche del 9 de noviembre de 1989, un error en la comunicación llevó a una nueva política de “salida permanente” hacia la República Federal de Alemania, que había sido descrita como una nueva regulación de visitas. Poco después, un gran número de berlineses del Este se reunieron ante las diferentes zonas de paso de la frontera para hacer uso inmediato de su nuevo derecho. Las conglomeraciones de gente fueron tan grandes, que finalmente se abrieron los pasos fronterizos.


El 22 de diciembre, los líderes de la RDA mandaron construir un paso adicional en la Pariser Platz. La gente podía, de nuevo, pasar libremente por la Puerta de Brandeburgo.

Construida durante el reinado de Federico Guillermo II de Prusia entre 1788 y 1791, originalmente constituía una de las puertas de la cuidad, La Puerta de Brandeburgo en Berlín acabó viviendo en primera persona los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y el posterior destierro a esa tierra de nadie que surgió entre las dos Alemanias. Se edificó a finales del siglo XVIII siguiendo un proyecto neoclásico del arquitecto Carl Gotthard von Langhans. La inspiración para tal maravilla recaló en las puertas ceremoniales de la Acrópolis ateniense, conocidas como los Propileos. Para seguir el estilo neoclásico propio de la época se emplearon columnas dóricas y relieves de los dioses romanos, concretamente, de Hércules, Marte y Minerva. Desde el fin de construcción hasta nuestros días, este colosal monumento de 26 metros de altura se alza en la plaza de París como uno de los símbolos más representativos de la ciudad.


Entre su ornamentación destaca en la parte superior la Cuadriga de cobre diseñada por el escultor alemán Johann Gottfried Schadow. En la obra se halla representada la diosa Victoria avanzando gloriosa hacia la capital alemana. Aunque durante la Segunda Guerra Mundial la Cuadriga quedó gravemente dañada, en el año 1956 las autoridades de ambos sectores decidieron conjuntamente restaurarla. En la nueva escultura aunque ya no apreciaban el águila y la cruz de hierro por considerarse símbolos del imperialismo alemán.Años más tarde, concretamente 28 años después del levantamiento del muro de Berlín, el 22 de Diciembre de 1989 la Puerta de Brandeburgo se volvía a abrir ante la expectante y jubilosa mirada de más de 100. 000 residentes en Berlín que se sentían nuevamente unidos. Tres años después comienza su definitiva reconstrucción. Es entonces cuando se decide volver a restaurar el monumento añadiendo todos sus elementos originales. Tras 22 meses y una inversión que ascendió a los 200.000 euros, la Puerta de Brandenburgo alcanzaba la imagen que hoy en día conocemos.


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