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viernes, 13 de noviembre de 2015

13 de noviembre de 1916 - Fin de la batalla del Somme

En este día, durante la I Guerra Mundial, termina la ofensiva aliada contra posiciones alemanas a lo largo del río Somme (en el norte de Francia), iniciada cuando los británicos lanzaron una ofensiva sobre el mencionado río tratando de expulsar a los alemanes de los territorios previamente conquistados por los Imperios Centrales. La batalla de Verdún, que se inició a principios de año, dejó muy tocados los recursos naturales y humanos de Francia sin reportar ventajas significativas. Al cabo de pocas horas de combate, 60.000 soldados británicos habían muerto, estaban heridos o habían caído prisioneros. En esta cruenta batalla del Somme, en la que únicamente se adelantan las líneas unos 11 kilómetros sobre el terreno, tras varios meses de batallas, las primeras nevadas de noviembre precipitaron el fin de la ofensiva las bajas se contabilizan en más de 400.000 hombres para los británicos; más 200.000 para los franceses y más de 500.000 para los alemanes..


La estrategia era atacar utilizando la artillería pesada para bombardear las líneas alemanas durante una semana antes de lanzar el ataque con los soldados. Los generales creyeron que tal concentración de bombas destrozaría el alambre de púas que separaba los dos ejércitos y que también lograría dañar considerablemente las trincheras alemanas causando muchas bajas antes de comprometer sus tropas al ataque.

El problema era que la semana antes de lanzar las tropas llovía casi sin parar de manera que la precisión del bombardeo se vio seriamente afectada y como resultado ni destrozaron el alambre de púas ni causaron gran daño a las trincheras alemanas. Muchos oficiales en las líneas de los aliados entendían perfectamente que el bombardeo no fuera efectivo pero, como todo estaba planificado desde hacía meses y ya se  habían invertido millones de libras en líneas ferroviarias y caminos para llevar tropas y materiales al frente, decidieron seguir con el ataque tal y como estaba previsto.

Artillería francesa
El objetivo de la ofensiva, para la que habían sido movilizados solo entre los británicos medio millón de soldados, era romper las líneas alemanas en el oeste del frente occidental. Los británicos atacaron más el norte, y los franceses, que encontraron menos dificultades, el sur. Todo lo que pudo salir mal, salió mal. Tras el desastre del Somme, los británicos anularon las llamadas “brigadas de colegas” (pal brigades), que reunían a amigos que se habían alistado juntos o a personas del mismo barrio, pueblo, fábrica, clase… Hubo localidades que perdieron a casi todos sus varones en edad de guerrear. Las comunicaciones no funcionaban, no se sabía lo que ocurría en el campo de batalla.

Soldado alemán de primera Adolf Hitler, 
herido en una pierna en octubre de 1916
.
Al final la batalla no resultó en grandes resultados para ningún bando, lo que es más, no se logró una gran penetración en el frente. Sin embargo, a diferencia de los aliados, los alemanes no pudieron reparar sus pérdidas ni materiales ni de hombres y fue el inicio de su declive.

En aquella zona de combate perdieron la vida más de un millón de hombres, un cementerio absoluto lo cual le da a Somme la categoría de batalla antológica, no tanto por su importancia castrense, sino por la mortandad y la violencia que en ella acaeció.

En la batalla del Somme nacieron el siglo XX y Mordor. Tras siete días de bombardeos tan intensos que pudieron escucharse desde Londres, 14 gigantescas explosiones bajo las trincheras enemigas marcaron a las 7.28 de la mañana del 1 de julio el inicio de una ofensiva destinada a cambiar el curso de la I Guerra Mundial en el frente occidental.

J. R. R. Tolkien - 1916
Convencidos de que la artillería había machacado las posiciones alemanas, los soldados salieron al paso hacia las trincheras enemigas. Sin embargo, las defensas estaban casi intactas. Fueron barridos de forma implacable por las ametralladoras alemanas, oleada tras oleada. En los primeros seis minutos se produjeron 20.000 víctimas. Al anochecer, 20.000 militares habían muerto y 40.000 resultaron heridos. Uno de los reclutas que participaron en esa batalla fue un joven recién graduado en Oxford llamado John Ronald Reuel Tolkien. Sin aquella experiencia del horror no puede entenderse "El señor de los Anillos" ni su descripción del mal absoluto en la tierra maléfica por excelencia: Mordor. “Los oficiales novatos mueren por decenas, cada minuto”, escribió el autor de El señor de los anillos al partir hacia Francia, según recuerda el periodista John Garth en Tolkien and The Great War (Harper Collins). Las escenas de destrucción, los pueblos arrasados, llenos de cadáveres o de heridos destrozados por las balas, la metralla o el gas, la tierra negra bajo el aire pesado de la muerte y la pólvora, están reflejados en su obra magna, en la que los hombres son capaces de dejarse llevar por el mal absoluto que además estuvo presente en carne y hueso en el Somme.

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