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viernes, 9 de enero de 2015

En Basilea (Suiza), los ciudadanos le atribuyen la peste bubónica a los judíos, por lo que los apresan y queman vivos.

A fines del siglo XIV en Europa, muchos estaban muriendo por la Peste Negra y nadie sabía por qué. Eso fue hasta que fue encontrado un chivo expiatorio. El 9 de enero de 1349, casi toda la población judía de Basilea fue masacrada por la gente de la ciudad. Ignorantes de las causas de la peste, el pueblo y dirigentes locales de las modernas Suiza, Francia y Alemania acusaron a los judíos de envenenar las fuentes de agua. La mayoría fueron quemados vivos.

Hubo muchos factores que confluyeron para convertir a los judíos en el chivo expiatorio perfecto para una plaga que ahora se cree haber sido difundida desde China. El antisemitismo había sido un problema para los judíos en Europa mucho antes que la plaga empeorara su destino. En los siglos que llevaron a la masacre de Basilea, la Iglesia aplico leyes similares a las leyes de Nuremberg más de medio siglo más tarde. A los judíos les estaba prohibido trabajar como tejedores, zapateros, carpinteros, mineros y panaderos, entre otras profesiones. Como resultado de estas leyes racistas, los judíos a menudo trabajaron como prestamistas de dinero, una práctica que llevo a resentimiento publico contra ellos y puede haber contribuido a los acontecimientos de 1349. Otra ley, aprobada en 1215 por el Papa Inocencio III fue particularmente similar a aquellas aprobadas por la Alemania nazi en el siglo XX – a los judíos se les requirió llevar un parche amarillo todo el tiempo.

Considerando que más del 40% de la población de Europa fue borrada por la misteriosa pandemia conocida solo en la época como la "Peste Negra", no es asombroso que fuera buscado un chivo expiatorio y se lo hiciera pagar. Teniendo en cuenta el prejuicio y persecución que los judíos de Europa ya estaban sufriendo, no es de asombrarse que ellos se volvieran en el chivo expiatorio para la Peste Negra.

Cuando la peste ataco Europa, el pánico se apodero de la población y sus líderes religiosos, civiles y económicos. A comienzos de 1349 la gente de Basilea tuvo la ocurrencia de achacar la epidemia a que los judíos envenenaban los pozos y se tomó la medida de quemarlos vivos. Los judíos venían sufriendo ya bajo las leyes discriminatorias promovidas por la Iglesia Católica. A pesar de que una bula (1348) del papa Clemente VI había descartado la culpa judía por la epidemia, unos 600 judíos adultos de Basilea fueron separados de sus hijos menores (los que  fueron bautizados a la fuerza) y encerrados en una prisión de madera levantada sobre una isla en el río Rin. El edificio fue puesto en llamas, quemando vivos a los judíos. Luego de la masacre en masa, la ciudad de Basilea resolvió que no estaban permitidos los judíos en la ciudad por 200 años, aunque esto fue revocado algunas décadas más tarde

Un mes más tarde, en Estrasburgo, el 14 de febrero de 1349 una comunidad judía mucho más grande encontró un destino similar. Aunque el obispo de Estrasburgo protegió inicialmente a los judíos de su ciudad de la turba exigiendo su muerte, la presión publica finalmente lo supero y acepto sus exigencias de exterminio. El consejo de la ciudad también quiso proteger a los judíos, pero el pueblo no lo haría. El consejo fue disuelto y un nuevo consejo, como el obispo, dio su aprobación a los gritos por sangre de la muchedumbre. En el Día de San Valentín de 1349, dos mil judíos de Estrasburgo fueron arrestados y llevados al cementerio de la ciudad. Aquellos que estuvieron dispuestos a ser bautizados fueron salvados del grosero destino que esperaba al resto de su comunidad. El resto de los judíos fueron colocados sobre una plataforma de madera en el cementerio y quemados. Como Basilea, Estrasburgo prohibió que los judíos entraran a la ciudad por 100 años, aunque la orden fue rescindida 20 años más tarde.

Masacre de San Valentín en Estrasburgo
Acontecimientos similares tuvieron lugar en casi todo pueblo junto al Rin en 1398 y 1399. En algunas ciudades y pueblos, confesiones de conspirar para envenenar fuentes fueron extraídas a los judíos bajo tortura. En otras, los campesinos simplemente atacaron y mataron a los judíos sin ningún juicio. En algunos de los peores casos, en Basilea y Estrasburgo, a poblaciones judías enteras se les dio una oportunidad de convertirse a la Cristiandad o ser quemados vivos. Toda la judería del continente fue devastada por haber sido el chivo expiatorio para la Peste Negra.

Entre las masacres menos conocidas experimentadas por el pueblo judío en el último milenio, la quema masiva de los judíos de Basilea y Estrasburgo es no obstante una parte importante de la historia judía.


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