El Hundimiento del "General Belgrano" El hundimiento del "Sheffield" El extraño incidente del superpetrolero "Hércules" Buques británicos averiados o hundidos Buques argentinos averiados o hundidos |
El hundimiento del ARA "General Belgrano"
El 2 de mayo de 1982, Margaret Thatcher ordenó al ministro de Defensa inglés, John Nott, que transmitiera al Almirantazgo inglés la directiva dirigida al comandante del submarino nuclear británico `Conqueror`, capitán de fragata Christhopher Wreford-Brown, de torpedear y hundir al Crucero General Belgrano.
En cumplimiento de esa orden, a las 15.57 de ese 2 de mayo, Wreford-Brown, a una distancia de aproximadamente 1.400 yardas, hizo disparar dos torpedos contra el crucero.
Diez minutos más tarde, el comandante del Crucero decidió que no se podía hacer otra cosa que dar la orden de abandonar el barco. Entonces se lanzaron 70 balsas autoinflables, que podían contener veinte hombres cada una. Los techos anaranjados de las balsas parecían un collar rodeando al buque para protegerlo.
Una hora después de haber sido tocado, el Belgrano se dio vuelta y se hundió.
Como consecuencia del ataque y posterior hundimiento murieron 323 tripulantes, unos a causa de las explosiones producidas por los torpedos que al introducirse en el casco chocaron con depósitos de explosivos, otros por asfixia y otros al ahogarse en el hundimiento.
La ex primera ministra británica habría ordenado el hundimiento para obstaculizar las negociaciones de paz, ya que la Junta Militar argentina analizaba seriamente la aceptación de la propuesta del entonces presidente peruano Fernando Belaunde Terry. Los documentos desclasificados revelan que Margaret Thatcher buscó un gran golpe al torpedear el crucero argentino.
Se buscaba entonces un "blanco de oportunidad" por lo menos desde hacía tres días, con la intención de dar un gran golpe que abroquelara a los británicos detrás de su decisión y colocara a la defensiva a la dictadura argentina. Y así fue cuando el 30 de abril, la primera ministra británica recibió la noticia de que el submarino nuclear HMS Conqueror había localizado el Belgrano.
El 2 de mayo llegadas las 16.00 (hora en Argentina), Margaret Thatcher se reunía con su gabinete de guerra en la residencia campestre de Checkers, cercana a Londres. Fue durante esa reunión que se dio la orden al comandante del Conqueror de hundir el crucero.
El debate sobre la legitimidad del ataque comienza cuando un mapa de la época de la inteligencia estadounidense marca que la última posición del Belgrano fue a 30 millas náuticas al sudeste del cordón de seguridad (un perímetro de 200 millas alrededor de las Islas) trazado por Londres. Esta hipótesis, es desestimada aún hoy tanto por altos mandos de la Armada Argentina que por parte de la Royal Navy británica.
En 2005 Pedro Luis Galazi, segundo en jerarquía en el buque, en unas declaraciones hechas al periódico argentino "La Capital" consideró legítima la acción del submarino HMS Conqueror. El segundo comandante del Crucero General Belgrano justificó virtualmente esa acción al señalar que se encontraban en guerra, y no tenía sentido decir que los británicos no debían atacar porque el buque argentino se hallaba fuera de la zona de exclusión, como sostienen quienes cuestionan la legitimidad del ataque. Explica además que ellos (la flota argentina) también podían entrar en combate. Revela que no poseían misiles, pero sí estaban acompañados por dos destructores y el Belgrano contaba con cañones de 20 km de alcance. Aclaró además que "la zona de exclusión" es un diagrama geográfico importante en situaciones de bloqueo, pero no en un conflicto de guerra.
Por parte británica fue Sandy Woodward, el entonces jefe de la Fuerza de Tareas británica, quien aclaró que no podían permitir que un buque de guerra argentino se acercara a una zona de exclusión en forma arbitraria para que los atacara cómodamente desde allí. Creó polémica en su momento en los medios argentinos también el hecho de que el capitán del submarino, al volver a base, izó la bandera pirata. Este suceso fue rápidamente aclarado por las autoridades británicas al explicar que ésta bandera representa para la Royal Navy el símbolo histórico del hundimiento de buques enemigos.
En 1993 el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano fue denunciado por los familiares de las víctimas ante la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos, dependiente del Ministerio de Defensa de la República Argentina como un crimen de guerra innecesario. La Comisión Investigadora, con fallo dividido resolvió que la investigación del hundimiento del Crucero Belgrano no era el objeto de la investigación.
El 2 de julio de 2000, familiares de los caídos, denunciaron a Thatcher por el hundimiento del Belgrano. La ex primer ministro del Reino Unido fue acusada por los familiares de "homicidio calificado" ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo. En julio de 2000 el caso fue rechazado por este Tribunal.
En 2005, Almirante Enrique Molina Pico, ex jefe del Estado Mayor General de la Armada, en una declaración escrita hecha al periódico argentino "La Nación", escribió:
[...]"La señora Pierini encuadró el hundimiento del crucero Gral. Belgrano como un crimen de guerra impune y no reclamado por nuestro país. Tengo la obligación de hacer público mi total desacuerdo. No fue un crimen de guerra, sino una acción de combate; los 323 tripulantes que ofrendaron sus vidas no fueron asesinados: murieron luchando por nuestro país, que es la máxima entrega que puede hacer un militar.
La fuerza naval que integraba se había desplegado para realizar un ataque a la flota británica conformando una operación coordinada con otros grupos navales; el rumbo que tenía los alejaba momentáneamente de la flota enemiga, pues el almirante comandante estimó conveniente esperar un momento más adecuado. El Belgrano y los otros buques eran una amenaza y un peligro para los británicos.
Su ubicación fuera de la zona de exclusión no implicaba retirarse de la guerra. Todos los comandantes en el mar habíamos recibido la comunicación británica del establecimiento de dicha área. El mensaje establecía en su parte final: «El gobierno de Su Majestad se reserva el derecho de atacar a cualquier nave o aeronave, dentro o fuera de la zona de exclusión, que considere un peligro para sus fuerzas». Dejar la zona de exclusión no era dejar la zona de combate para entrar en un área protegida.
No fue una violación al derecho internacional; fue un acto de guerra y ésa fue la posición que como jefe de la Armada sostuve en 1995 ante presentaciones en distintos tribunales.
Los problemas de política interna no regían la conducta de quienes combatían. La dotación del Belgrano fue hundida consciente de sus riesgos.
Pensar que fueron pobremente asesinados y no que murieron en combate es ofender la memoria que merecen quienes lucharon por nosotros."
En 1992, el ex comandante del ARA Gral. Gelgrano, Hector Bonzo escribió:
[...]"Como mucho de lo que se dijo fue objetivamente desacertado, en todas mi exposiciones desde el término de la guerra traté de dejarlo en claro. Tanto es impropio aceptar que el Crucero ARA General Belgrano estaba paseando por los mares del sur, como decir que el ataque del HMS Conqueror fue a traición."
El almirante Enrique Molina Pico ha querido, días atrás, en respuesta a una nota de Alicia Pierini, dejar en claro su posición en el sentido de que el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano no fue un crimen de guerra. (...)Un análisis jurídico correcto de la cuestión parte por considerar que el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas prohíbe el uso de la fuerza salvo en la legítima defensa.
El Reino Unido había reconocido la vigencia legal de esta prohibición no sólo al tiempo de elaborarse la resolución 502 del organismo, proceso en el que tuvo un rol protagónico, sino manifestando expresamente, al tiempo de enviar su fuerza de tareas, que actuaba en observancia y sobre la base de la norma mencionada.
En estos términos, la justificación del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano sólo puede fincar en demostrar que el mismo representaba una amenaza inminente para las fuerzas británicas.
En términos concretos, no a través de la retórica genérica del peligro que usa en su carta el almirante Molina Pico -y que utilizara Margaret Thatcher (primera ministra británica) en su defensa-, sino a que el crucero argentino se hallaba a una distancia superior a las 400 millas del grueso de las fuerzas inglesas y a más de 250 millas de sus unidades más cercanas, mientras que el alcance de sus cañones no superaba los 40 kilómetros. Y que se encontraba navegando a una velocidad de 11 nudos rumbo a la isla de los Estados; es decir que no se dirigía ni hacia la zona de exclusión ni hacia las unidades británicas.
(...) El almirante se refiere al derecho internacional sin hacer la más mínima mención de las normas aplicables a los conflictos armados en el mar, que definen con precisión las reglas que corresponden al establecimiento de bloqueos, incluyendo el que los mismos deben ser declarados y notificados especificándose con exactitud sus límites temporales y geográficos.
Son éstas, entre otras, las razones por las que el máximo consejero jurídico del Estado británico desaconseja a la primera ministra la acción que ella ordena de todos modos. Y son también las razones por las que el capitán del submarino se hace repetir esa orden tres veces, incluyendo al final una pregunta inequívoca: "¿Confirma usted que me está diciendo que el General Belgrano constituye una amenaza inminente para las fuerzas británicas y que por eso debo proceder a hundirlo?".
El hundimiento del HMS "Sheffield"
Tras el hundimiento del crucero ARA C-4 “General Belgrano”, la Armada Argentina (ARA) quería asestar un duro golpe a los británicos a modo de revancha. Para ello, el Comando de Aviación Naval estaba en condiciones de utilizar el arma antibuque más sofisticada existente en toda la región, el misil AM-39 “Exocet” lanzado desde los cazas Super Etendard de la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque
EL 4 de mayo, uno de los misiles AM-39 “Exocet” argentinos impactaba directamente contra el destructor británico HMS “Sheffield” sobre la banda de babor y a 1,80 metros sobre la línea de flotación mientras que encontraba navegando a unas 70 millas al Sureste de Puerto Argentino. El misil terminó su vuelo en la Sala de Máquinas de Proa sin estallar.
Pese a que no se produjo la temida explosión de los 165 Kg. de explosivos de la ojiva del misil, el combustible del propulsor cohete del arma, y los daños en los sistemas alimentadores de combustible del buque generaron un tremendo incendio con un denso humo negro que avanzó y ocupó todo el centro de la nave, asfixiando a los hombres ubicados en la Sala de Computación. Las llamas pronto alcanzaron las cocinas y el Centro de Control de Daños. Pronto todo el buque quedó envuelto en humo haciendo imposible tratar de controlar el incendio. El fuego había calentado tanto el suelo que los marineros comenzaron a ver como sus zapatillas se derretían y gran parte de ellos sufrieron severas quemaduras en la planta de los pies. El fuego ahora amenazaba con alcanzar el pañol de misiles “Sea Dart” de proa y, de producirse la explosión, también hacer estallar las municiones del cañón de 114.8 mm. Sun energía, no había posibilidades de controlar el fuego, pues no se podían accionar las bombas que daban presión a las mangueras que debían combatir el fuego. Es entonces cuando las fragatas HMS “Arrow” y HMS “Yarmouth” fueron enviadas en su auxilio, mientras que la tripulación del HMS “Glasgow” recibió la orden de mantener la alerta con el objeto de anunciar cualquier ataque posterior. Helicópteros de otros buques iniciaron vuelos llevando equipos de respiración y extintores, pero nada podía hacerse. Cuatro horas y media después, el capitán Salt ordenó abandonar el buque, la maniobra fue apoyada por la fragara HMS “Arrow”, que había colaborado en los intentos de extinguir el fuego.
En el ataque habían muerto 20 hombres y otros 25 habían resultado con heridas de gravedad. Lo peor del ataque era que la Task Force había sufrido la pérdida de un buque muy valioso, siendo el primer buque de la Royal Navy perdido en combate desde la Segunda Guerra Mundial.
Los incendios pudieron ser controlados mucho tiempo después, pero para entonces el buque había quedado completamente destruido y su reparación era imposible. Cuando se era optimista en el remolque del buque, el tiempo comenzó a empeorar y el HMS “Sheffield” se hundió finalmente el 10 de mayo sobre la posición 53º 4’ Sur, 56º 57’ Oeste.
Ahora todo estaba dicho, la Royal Navy no debía menospreciar las capacidades de las fuerzas argentinas, el 1 de mayo habían demostrado que podían atacar impunemente a sus buques, en tanto que el 4 de mayo habían causado el mayor impacto en la flota, habían atacado a uno de los buques más modernos de la Flota y lo habían puesto fuera de servicio. Con el hundimiento del Belgrano y del Sheffield, la guerra ya no pudo detenerse.
El extraño incidente del superpetrolero "Hércules"
United Carriers, una corporación con base en Liberia, charteó uno de sus superpetroleros, el "Hércules" de 220.000 toneladas, 325 metros de eslora a Amerada Hess Shipping Corp., también de Liberia (banderas de conveniencia). El contrato, firmado en NY, estipulaba que Amerada Hess transportaría petróleo crudo en el Hércules desde el oleoducto Trans-Alaska en Valdez, alrededor del Cabo de Hornos hasta la refinería de Hess en las islas Vírgenes. El 25 de Mayo, el Hércules comenzó el viaje de retorno, sin carga pero con su combustible completo, desde las islas Vírgenes a Alaska.
Debido a las condiciones de guerra entre Argentina y Gran Bretaña en ese momento, los EEUU informaron a ambos la ubicación de los buques de su bandera y de tanqueros liberianos pertenecientes a intereses americanos (o sea buques americanos bajo otras banderas de conveniencia) que en ese momento estaban atravesando el Atlántico Sur - incluyendo el Hércules - para evitar ataques a buques neutrales.
Según lo informado en el juicio hecho a la Argentina por Amerada Hess, United Carriers e Intertanko (quienes pedían USD 10 millones por el barco y USD 1.9 millones por el combustible) y denegado por la Corte Suprema de los EEUU, el 8 de Junio de 1982, luego de una parada en Brasil, el Hércules estaba en aguas internacionales a unas 600 millas náuticas de Argentina y 500 m.n. de Malvinas, teóricamente fuera de la zona de guerra marcadas por Argentina y Gran Bretaña.
A las 12:15 hora de Greenwich el capitán hizo un informe rutinario a las autoridades Argentinas, proveyendo la ubicación del buque, identificación, velocidad, curso y descripción del viaje. Unos 45 minutos después, un avión militar Argentino comenzó a describir círculos arriba del Hércules.
El capitán repitió su mensaje a las autoridades Argentinas, quienes dieron confirmación de su recepción. Unos seis minutos más tarde otro avión argentino comenzó a bombardear al Hércules; el capitán de inmediato izó una bandera blanca.
Dañado pero no destruido, el Hércules revertió su marcha y se dirigió hacia Rio de Janeiro, el puerto seguro más cercano. En Rio de Janeiro United Carriers determino que el buque había sufrido daños extensos a la cubierta y casco y que una bomba sin detonar estaba en su tanque No. 2. Luego de una investigación por la marina Brasileña, United Carriers decidió que sería muy peligroso retirar la bomba sin detonar y el 20 de Julio de 1982, luego de retirarle el combustible –que de todas maneras fue reclamado en el juicio- el Hércules fue hundido a 250 millas de la costa brasileña, lo que lo convirtió en el buque más grande jamás hundido a causa de una acción militar. Se debe señalar aquí que siempre existieron sospechas que el armador al conocer el monto del seguro del barco, desistió de recuperarlo, ya que de ése modo percibiría casi el doble de dinero que realmente costaba el petrolero, el cual debía en breve ser sometido al reemplazo de uno de los motores, hecho que implicaba una inversión muy alta.
Lugar aproximado del ataque, la flecha indica el rumbo del superpetrolero |
Quizás se sospechaba que este buque estaba aprovisionando a la Flota Británica y por eso se decidió atacarlo. Minutos después de concretado el ataque el capitán del petrolero Henzo Batagliarini informó a la Guardia Costera de Estados Unidos de lo sucedido, indicando que tenía un rumbo a estribor (perforación) y una escora de 6 grados, dirigiéndose a Río de Janeiro para su reparación. Tras cuatro días de navegación el 12 de Junio el Hércules fondea cerca de Ilha Rasa, a unos 13 km de Río de Janeiro, a la espera de la autorización para ingresar a puerto. Los primeros informes reportan dos rumbos de 50 a 60 centímetros de diámetro y una muy leve escora, tal como posteriormente mencionaría Fernando Evangelista, práctico de la terminal marítima de Río de Janeiro quien tuvo a su cargo al ingreso y atraque del petrolero. Evangelista agregaría que divisó dos perforaciones en la proa de una de las cuales salía humo negro.
Al día siguiente atraca en la terminal marítima y su tripulación compuesta por 26 italianos y 2 coreanos abandona el barco y son reemplazados por una nueva tripulación enviada por el armador del barco, la empresa Maritime Overseas Corporation. De modo extraño, el periodismo brasilero no fue autorizado a tomar contacto con la tripulación y no se pudo obtener ninguna declaración sobre lo sucedido. Tampoco pudo contactar al capitán Batagliarini, quien les había prometido un relato del ataque, pero que por órdenes del armador, dicha conferencia se canceló.
Buques británicos averiados o hundidos:
Sábado 1 de mayo
- HMS Alacrity - alcanzado por una bomba
- HMS Arrow - ligeramente dañado por el fuego de cañón
- HMS Glamorgan - dañado por una bomba de un Mirage V Dagger.
- HMS Sheffield - Mortalmente dañado al sureste de Malvinas por Exocet misil disparado por Super Etendard el 4 de mayo. Se hundió en el remolque el lunes 10 de mayo.
- HMS Glasgow - moderadamente dañado cerca de Puerto Argentino por una bomba arrojada desde un Skyhawk, que no explotó. Regresó al Reino Unido.
- HMS Antrim - seriamente dañado en el estrecho de San Carlos por otra bomba sin explotar arrojada desde un Dagger.
- HMS Broadsword - ligeramente dañado en el estrecho de San Carlos por el fuego de cañón de los Dagger
- HMS Argonaut - ligeramente dañado en el estrecho de San Carlos por cohetes y fuego de cañón de un Aermacchi MB.339A (un avión de entrenamiento) y luego seriamente dañado por dos bombas sin detonar de los Skyhawk. Aunque declarado operativo, pronto navegó para el Reino Unido.
- HMS Brilliant - ligeramente dañado en el estrecho de San Carlos por el fuego de cañón de los Dagger.
- HMS Ardent - muy dañado en Grantham por el ataque de los Daggers y luego mortalmente alcanzado por las bombas de los Skyhawks de la aviación naval. Se hundió la noche siguiente.
- HMS Antelope - dañado en el estrecho de San Carlos por dos bombas sin detonar arrojadas por aviones Skyhawk de la FAA. Una de las bombas explotó esa noche mientras se intentaba desarmarla, se incendió y se hundió al día siguiente.
HMS Antelope |
Lunes 24 de mayo
- RFA Sir Galahad - dañado por una bomba sin detonar y fuera de acción durante algunos días.
- RFA Sir Lancelot - dañado por una bomba sin explotar y fuera de funcionamiento durante casi tres semanas.
- RFA Sir Bedivere - ligeramente dañado por una bomba, en el estrecho de San Carlos, probablemente por un Skyhawk de la FAA .
- HMS Broadsword - dañado al norte de Pebble Island por una bomba de un Skyhawk de la FAA que lo atravesó.
- HMS Coventry - hundido al norte de Pebble Island en mismo ataque por tres bombas.
- Atlantic Conveyor (Portacontenedores) - mortalmente dañado al noreste de las Malvinas por un misil Exocet disparado por un Super Etendard de la Aviación Naval Se hundió cuando se intentaba remolcarlo.
- HMS Plymouth - dañado en el estrecho de San Carlos por cuatro bombas sin explotar de los Dagger
- RFA Sir Galahad - mortalmente dañada en Fitzroy por las bombas de los Skyhawk de la FAA y quemado. Más tarde, en junio se lo llevó mar adentro hacia el mar y se hundió como una tumba de guerra.
- RFA Sir Tristram - muy dañado en Fitzroy en mismo ataque y abandonado, pero más tarde regresó a Reino Unido y reparado.
- LCU F4, el HMS Fearless - hundido en Choiseul Sound por bomba de la A-4B Skyhawk del Grupo 5.
- HMS Glamorgan - dañado cerca de Puerto Argentino por un misil Exocet con base en tierra.
Buques argentinos averiados o hundidos:
Domingo 25 de abril
- ARA Santa Fe - En las Georgias del Sur el submarino argentino es atacado por helicópteros con misiles cuando trataba de llegar a mar abierto. Regresa a puerto y será posteriormente hundido por su tripulación. Su dotación fue capturada. posteriormente, un hombre que morirá por los disparos de uno de los guardias británicos.
- Formosa - Atacado por un A4 argentino que desconocía su presencia en la zona. La bomba no explotó -como siempre- y regresó al continente donde fue reparado.
Domingo 2 de mayo
- ARA General Belgrano - hundido por torpedos del submarino HMS Conqueror
Lunes 3 de mayo
- ARA Aviso Sobral - atacado al norte de las islas con misiles desde helicópteros mientras buscaba a dos tripulantes de un Camberra derribado. Mueren ocho tripulantes pero consigue regresar a puerto
Domingo 9 de mayo
- Pesquero Narwal - Atacado por un Sea Harrier mientras realizaba tareas de vigilancia. Murió un tripulante y el resto fue capturado
Lunes 10 de mayo
- Isla de los Estados - buque de transporte de la armada. Atacado en el estrecho de San Carlos por la fragata Alacrity. Su carga de municiones estalla y solo hay dos sobrevivientes de una tripulación de 24.
Domingo 16 de mayo
- Bahía Buen Suceso - buque de transporte de la Armada. Varado desde el día 12 por un temporal, es atacado por un Sea Harrier con cañones. El día 18 será atacado nuevamente nunca saldrá de su varadura.
- Río Carcarañá - Buque mercante de la Empresa Lineas Marítimas Argentinas - Atacado en el estrecho de San Carlos por aviones Sea Harrier. Se incendia y es abandonado.
Domingo 23 de mayo
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- 2 de abril de 1982 - En el Mar Argentino, tropas de las Fuerzas Armadas Argentinas desembarcan en las Islas Malvinas, dando inicio a la Guerra de las Malvinas.
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- 25 de abril de 1982 - Las fuerzas británicas desalojan a las tropas argentinas de las Islas Georgias
- 1º de Mayo de 1982 - Comienzan los combates en las Islas Malvinas
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- 14 de junio de 1982 - en Puerto Argentino las tropas argentinas se rinden; la Guerra de las Malvinas termina restableciendo la administración británica sobre las Islas Malvinas.
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