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sábado, 10 de enero de 2015

Fantasmas del mar

El Mar, tan bello como misterioso, tan sereno como terrible. Posee un extraño poder de atracción sobre la humanidad, en la cual, ha dejado una profunda huella. Con el paso de los siglos se han ido formando infinidad de mitos, leyendas y creencias sobre océanos, mares y las criaturas, a veces monstruosas, que lo habitan. También abundan las historias de fantasmas que hoy son recreadas en el cine o los video juegos, pero que los navegantes de siglos pasados tomaban con toda seriedad.  

La Leyenda del Holandés Errante

Una nave tropieza con una terrible tormenta, pero su capitán, enloquecido y sordo a las súplicas, rehúsa buscar refugio. Como castigo, es condenado a recorrer los mares durante toda la eternidad. ¿Cuál es el origen de la famosa leyenda del Holandés Errante?

Las versiones de la leyenda son innumerables, pero la original comenzó con el capitán de un barco holandés, un capitán burgués de Holanda llamado Willem van der Decken, quien hizo un pacto con el diablo para poder surcar siempre los mares sin importar los retos naturales que pusiera Dios en su travesía. Pero Dios se entera de esto y en castigo lo condena a navegar eternamente sin rumbo y sin tocar tierra, por lo que recibe el nombre de "Holandés Errante".

De acuerdo con ciertas fuentes, el capitán holandés Bernard Fokke (del siglo XVII) sirvió de modelo para el comandante del buque fantasma. Fokke fue célebre por la extraña velocidad de crucero que alcanzaba en las travesías entre Holanda y Java, por lo que se sospechaba que había firmado un trato con el demonio. En algunas versiones holandesas del mito, el capitán recibe el nombre de Falkenburg.

Marryat, en su versión, le da el nombre de van der Decken (que significa «en cubierta»), y recibe el de Ramhout van Dam en la versión de Washington Irving. Unos y otros no se ponen de acuerdo a la hora de llamar «holandés errante» al barco o al capitán. Asimismo se dice que éste juró, de cara a una tormenta, que no daría marcha atrás hasta haber doblado el cabo de Buena Esperanza, aunque le costase llegar al Juicio Final. Se ha hablado también de un horrible crimen cometido a bordo del barco e incluso de una terrible epidemia que infectó a la tripulación, a la que por ese motivo no se permitió desembarcar en ningún puerto. En cuanto a las fechas en que ocurriría, se ha hablado de 1641 y de 1680.


A menudo se han señalado las similitudes y concordancias entre las leyendas del holandés errante y el judío errante. Este mito del cristianismo, es una leyenda que relata que durante el penoso camino a la crucifixión con su cruz a cuestas, bajo los latigazos de los soldados romanos, entre los abucheos de la gente, Jesús siente sed y se detiene ante un abrevadero. Un viejo judío le niega el agua, le da un empujón y le dice que siga andando. "Yo seguiré", le contesta Jesús, "pero tú esperarás hasta que yo regrese", y continúa su marcha hacia el Gólgota. Jesús lo condenó a andar errante por la Tierra hasta su segunda venida.

La historia del Holandés Errante es una de las más famosas y quizá de las más antiguas leyendas del mar, ya que circula desde hace, por lo menos, 500 años. Pero posiblemente su origen se remonte a tiempos muy anteriores al nacimiento de Cristo. Esencialmente, la historia es la siguiente: un maniático capitán holandés -por supuesto, el término «Holandés Errante» se refiere al capitán y no a su barco- desafía la ira de Dios y como resultado es condenado a navegar por los océanos eternamente, provocando la muerte de todos cuantos ven su nave espectral. Esta historia ha sido elaborada por muchos escritores, pero constituye algo más que una ficción, una siniestra historia del mar para asustar a crédulos marineros de agua dulce en tabernas portuarias. Este barco fantasma ha sido avistado en numerosas ocasiones, las últimas en pleno siglo XX.

Muchas autoridades sostienen que la historia del Holandés errante se originó a partir de un hecho real, aunque sobre este punto no hay acuerdo. El problema se complica aún más porque existen muchas versiones de la historia, en las que el capitán puede llamarse Van der Decken, Van Demien, Van Sraaten o Van alguna otra cosa.

La versión más conocida de la historia del Holandés Errante habla de un tal capitán Van der Decken, cuya nave fue atrapada en una terrible tormenta cuando doblaba el cabo de Buena Esperanza. Los pasajeros, aterrorizados, rogaron a Van der Decken que se refugiara en un puerto seguro o que, por lo menos, arriara velas e intentara capear el temporal, pero el enloquecido capitán rió de sus súplicas y, atándose al timón, comenzó a cantar canciones sacrílegas.

La tripulación también se alarmó por la conducta de su capitán e intentó hacerse con el control de la nave, pero el intento de motín fue sofocado cuando Van der Decken arrojó a su líder por la borda, mientras los aterrorizados pasajeros y la tripulación se encomendaban a Dios. En respuesta a sus plegarias las nubes se abrieron y una luz incandescente iluminó el castillo de proa, revelando una figura gloriosa que según algunos, era el Espíritu Santo, mientras otros dijeron que era Dios.

La figura se enfrentó con Van der Decken y le dijo que, ya que disfrutaba con los sufrimientos ajenos, de ahora en adelante sería condenado a recorrer el océano eternamente, siempre en medio de una tempestad, y provocaría la muerte de todos aquellos que le vieran. Su único alimento sería hierro al rojo vivo, su única bebida la hiel, y su única compañía el grumete, a quien le crecerían cuernos en la cabeza y tendría las fauces de un tigre y la piel de una lija (lo cual parece muy injusto para el pobre grumete quien, hasta aquí, no había tenido ningún papel independiente en la historia y, presumiblemente, sentía tanto temor ante Van der Decken como el resto de la tripulación). Sin embargo, con estas palabras la visión desapareció, y con ella todos los pasajeros y tripulantes. Van der Decken y el grumete quedaron abandonados a su destino.

Ésta es la versión clásica de la historia del Holandés Errante. Puede ser que se base en hechos, pero no hay acuerdo acerca de cuáles pudieron ser esos hechos. Una versión afirma que la historia deriva de la saga escandinava de Stote, un vikingo que robó un anillo a los dioses y cuyo esqueleto, cubierto con un manto de fuego, fue hallado después sentado en el palo mayor de una nave negra y fantasmal. 

Otros sugieren que se originó en las aventuras de Bartolomeu Dias (1450-1500), navegante portugués que descubrió el cabo de Buena Esperanza en 1488 y cuyas proezas marítimas llegaron a parecer sobrehumanas, según la biografía que escribió sobre él Luis de Camoes.

Otros investigadores han desenterrado una dudosa historia acerca de los dos barcos mercantes holandeses del siglo XVI cuyas tripulaciones avistaron el fantasma de un bajel que se había perdido en el Pacífico; la historia del Holandés Errante derivaría de esto. Otra teoría es que la historia se basa en la leyenda de un alemán llamado Von Felkenberg, que se jugó el alma a los dados con el Diablo y perdió. Una leyenda holandesa similar habla del capitán Van Straaten y también se cuenta una historia acerca de Bernard Fokke.

Fokke, capitán del Libera Nos, era famoso por la rapidez con que realizaba sus travesías. Quienes envidiaban su habilidad de navegante afirmaban que había establecido un pacto con el diablo, algo que la extrema fealdad de Fokke y su mal carácter ayudaban a creer. Un día se embarcó en un viaje del que no retornó y se rumoreó que, finalmente, el Diablo había cobrado su recompensa.

No es improbable que la leyenda del Holandés Errante naciera como consecuencia de un hecho real, aunque, sin duda, éste habrá sido algo más prosaico que la venta de un alma al Diablo. Existen muchos casos de buques que fueron abandonados por error por su tripulación, en la creencia de que estaban a punto de zozobrar, y luego siguieron a flote durante días, semanas, meses a incluso años, siguiendo los caprichos del viento y las mareas. El más famoso de esos barcos es el Mary Celeste, pero no es el único. Quizá una de las historias más notables sea la del clíper lanero Marlborough, que desapareció en 1890 mientras de Australia se dirigía a Inglaterra. Se dice que fue hallado 23 años después, frente a las costas de Chile. Aunque la historia del Marlborough sea una exageración, resulta fácil imaginar su efecto en las mentes de marinos supersticiosos en aguas poco conocidas, cuando vieron al buque abandonado emerger súbitamente de la niebla.

La historia del Holandés Errante ha inspirado muchas obras de ficción. El poeta norteamericano Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) escribió sobre este aspecto en “The phantom Ship” (El buque fantasma), que figura en su libro “Birds of passage” (Aves de paso). Edward Fitzball escribió un melodrama llamado El Holandés Errante, y el francés August Jal la versión más conocida de la historia en sus “Scénes de la vie maritime” (Escenas de la vida marítima). El poeta lírico alemán Heinrich Heine (1797-1856), inspirándose en el melodrama de Fitzball o en un cuento anónimo titulado "Van der Decken's message home" (El mensaje de Van der Decken) -que apareció en Blackwood's Edinburgh Magazine-, escribió sobre el buque fantasma en sus "Memoiren des Herrn von Schnabelwopski" (Memorias del señor Schnabelwopski). Esto, a su vez, fue indudablemente lo que inspiró la ópera de Wagner "El buque fantasma", en la que Van der Decken puede bajar a tierra una vez cada siete años, para encontrar a una mujer cuyo amor pueda redimirlo. Otros escritores que tocaron el tema fueron Frederick Marryat (El buque fantasma, 1839) y Walter Scott (Rokeby, 1813).

Sin embargo, el Holandés Errante es más que mera leyenda o ficción. A lo largo de los siglos mucha gente afirmó haber visto el espectro de la nave. Uno de los informes más antiguos apareció en 1702 en la Magnalia Christi Americana, historia eclesiástica de Nueva Inglaterra que escribió Cotton Mather, autor prolífico y célebre pastor puritano. Pero muchas de las observaciones son difíciles -si no imposibles- de comprobar y, por lo tanto deben ser descartadas como espejismos, alucinaciones o visiones debidas a un exceso de alcohol. Pero existe un informe excepcional. En 1881 una observación del barco del Holandés Errante fue comunicada por el príncipe Jorge de Inglaterra -que después reinó como Jorge V- y por su hermano mayor, el príncipe AIberto Víctor, duque de Clarence... el mismo duque de Clarence que hoy figura entre los sospechosos de haber sido el infame Jack el Destripador.

Se ha dicho que el incidente aparecía en el libro de bitácora del Baccante, pero no es así. En cambio, sí aparece en un relato del viaje de los príncipes en ese buque, compilado por John H. Dalton a partir de sus diarios personales, cartas y libros de notas. En el momento de la observación los príncipes estaban a bordo de otro barco de la flota, el Inconstant, ya que habían sido trasladados allí cuando el Baccante tuvo problemas en el timón. El relato dice:
11 de junio de 1881. A las 4 de la madrugada el «Holandés Errante» cruzó nuestro rumbo. Era una extraña luz roja, como la de un buque fantasma, incandescente, y en el centro de esa luz, los mástiles, palos y velas de un bergantín, a 200 m de distancia, se destacaron con fuerte relieve cuando se acercó a nuestra amura de babor. El vigía del castillo de proa informó que estaba cerca de la amura, donde también lo vio claramente el oficial de guardia desde el puente, como también el guardiamarina del alcázar, que fue enviado inmediatamente al castillo de proa, pero al llegar allí no logró ver vestigios ni señales de ningún barco material, ni cerca ni en el horizonte, pese a que la noche era clara y el mar estaba en calma. En total fue visto por trece personas, pero si se trataba del Van Demien del «Holandés Errante», o qué, no lo sabremos. El Tourmaline y el Cleopatra, que navegaba a estribor, hicieron señales para preguntar si habíamos visto la extraña luz roja.
A las 10:45 el marinero que esta mañana había avistado al «Holandés Errante» cayó desde las crucetas del mastelerillo de juanete y se hizo trizas. A las 16:15 se efectuaron honras fúnebres y su cadáver fue lanzado al mar. Era un valiente marinero real, y uno de los más prometedores tripulantes del barco, y todos se sienten muy tristes por su pérdida. En el siguiente puerto nos encontramos con el almirante, que también se mostró muy disgustado. Alrededor de trece personas en el Inconstant, además de una cantidad no especificada de personas en el Tourmaline y el Cleopatra, vieron el espectro, aunque si era el Holandés Errante a otro espectro no lo sabremos, tal como dijeron los príncipes. Pero, tal como afirma la leyenda, la visión acarreó la muerte de una persona.
Una de las fuentes más inesperadas de un informe sobre el barco del Holandés Errante es -según se dijo- Karl Dönitz, comandante en jefe de la flota alemana, y efímero sucesor de Adolf Hitler. Se dice que vio la nave espectral mientras se hallaba en una misión al este de Suez, y que después afirmó que sus hombres preferían enfrentarse con toda la flota aliada antes que vivir nuevamente el horror de ver el barco del Holandés Errante.

El del Holandés no es, por cierto, el único espectro marino. En 1949 se estimaba que había más de 100 casos "bien comprobados" de naves fantasmas que frecuentaban la costa noreste de los Estados Unidos.

El Palatine

El buque fantasma más famoso de los Estados Unidos es, probablemente, el Palatine, que fue tema de un famoso poema de John Greenleaf Whittier. Según la leyenda, en 1752 una tormenta arrojó al Palatine contra las rocas de Block Island, cerca de Rhode Island, y sus restos fueron incendiados por los pescadores; una pasajera quedó atrapada y se quemó viva. Desde entonces, el espectro del barco en llamas ha sido visto en innumerables ocasiones. El barco se dirige a la costa, y después se desliza un poco sobre tierra firme antes de desaparecer.

Es difícil descartar las pruebas de que algo -se le llama «la luz del Palatine»- ha sido visto con regularidad cerca de la costa. Pero una investigación cuidadosa revela que ningún barco de esas características naufragó jamás en Block Island. Sin embargo, también se descubrió que 14 años antes, en 1738, el Princess Augusta, que llevaba 350 refugiados del Alto y el Bajo Palatinado, en Alemania, sí naufragó en la costa norte de Block Island en circunstancias similares a las que se atribuían al Palatine; no cabe duda de que éste fue el origen de la leyenda. Sólo un elemento del destino del Princess Augusta difiere de la leyenda del Palatine: el Princess Augusta se hundió, y no fue incendiado. De modo que si el espectro que se ve con tanta frecuencia cerca de allí es el espectro del Princess Augusta, ¿por qué el buque fantasma aparece en llamas?

El Goblin

Otro barco fantasma bastante conocido es el Goblin, negro y con velas de cruz, del que se dice que es visto con frecuencia por los habitantes de Porthcurno Cove, cerca de St. Leven, en Cornualles (Inglaterra). Este espectro es característico porque se le ve dirigirse a la costa; después de desliza sobre tierra firme, y finalmente desaparece.

¿Qué son, entonces, esos buques fantasma, esos espectros del mar?. Se les puede aplicar las mismas preguntas, especulaciones y teorías que se refieren a los fantasmas en general. Pero el Holandés Errante se distingue de las historias folklóricas y de fantasmas habituales: ha sido visto muchas, muchísimas veces. Si el barco no existe, ¿qué fue entonces lo que vieron los príncipes a bordo del Inconstant? Dado que la aparición del Holandés Errante y de su barco parece predecir sólo muertes o desastres, quizá lo más razonable sea no buscar la respuesta con demasiado empeño.

El Caleuche

El Caleuche (del mapudungun kalewtun, "transformar, trocar" y che, "gente": "gente transformada") , también llamado Buque de Arte, Barcoiche, Buque Fantasma o Barco de los Brujos, es un legendario barco fantasma de la mitología chilota, de Chile.

El Caleuche es descrito como un mítico barco fantasma con el aspecto de un gran velero antiguo, de color blanco, de cuya cubierta principal, siempre llena de luces brillantes, proviene una música de fiesta. 

En las ocasiones en que debe pasar desapercibido, se dice que puede ocultarse a la vista navegando bajo el agua, o escondiéndose dentro de una capa de neblina que rodearía al barco; o que igualmente tiene la capacidad de camuflarse, transformándose en objetos o animales que forman parte del paisaje marino, tales como un tronco de árbol varado, en una roca o en algún animal marino. 


Según las diferentes versiones de la leyenda, su tripulación está conformada por los brujos de Chiloé y sus sirvientes, por aquellos que han muerto en el mar, por tripulación esclava aprisionada por el Caleuche, por gente que ha decidido voluntariamente pactar con los brujos para obtener riquezas, o por una mezcla de todos estos grupos. Además, para aquellos que voluntaria o involuntariamente conforman su tripulación, cuando el Caleuche requiere ocultarse en la costa, igualmente les otorga el poder de transformación a sus tripulantes; con el cual logran pasar desapercibidos al transformarse en grupos de lobos marinos, y/o aves acuáticas que se pueden observar en la costa o sobre la playa...

La leyenda del Caleuche se relaciona de diferentes formas con muchos aspectos de la historia y de las creencias del Archipiélago de Chiloé. No hay acuerdo en el origen exacto de la leyenda. Entre las varias hipótesis que se han propuesto, se sugiere que puede ser una readaptación de la leyenda europea del Barco Fantasma u Holandés errante; o que se baso en hechos reales tales como la desaparición del barco holandés "El Calanche" o en las desapariciones misteriosas de expediciones españolas al Estrecho de Magallanes; o también en la llegada al Archipiélago de buques corsarios holandeses, entre ellos el dirigido por Baltazar de Cordes, quienes en 1600 capturaron la isla por un breve periodo; o que originalmente fue solo una invención para ocultar operaciones de contrabando en el archipiélago. 

Davy Jones

Otra leyenda popular de marinos es la del capitán Davy Jones. Es un legendario pirata de historias marinas. Es conocido por la leyenda del "Cofre de Davy Jones", el cual se encuentra en el fondo del mar, donde se encuentran los marineros perdidos. "Serás enviado al Cofre de Davy Jones" es un eufemismo para la muerte en el mar, mientras que Davy Jones es un apodo que deben representar al demonio del mar. Los orígenes del nombre son poco claros y muchas hipótesis han surgido alrededor de él.

Davy Jones debe su existencia a las leyendas de marineros y piratas. Se cuenta que la bella y caprichosa diosa del mar Calipso y él se habían enamorado. Tanto fue su amor, que el pirata y bandolero Davy Jones, como prueba de sus sentimientos y de su vinculación al mar, aceptó realizar una de las obligaciones de la diosa consistente en guiar a las almas que perecían en la mar hacia su descanso. Este hecho implicaba no poder pisar tierra firme más que una vez cada 10 años, pero Davy Jones asumió esa carga bajo la promesa de Calipso de que se verían cumplido el periodo y disfrutarían así eternamente de su amor. Sin embargo, la diosa, traicionera y peligrosa como el mar, no cumplió su promesa y Davy Jones, presa de la humillación y un tormento insoportable, se arrancó el corazón y lo escondió allí donde Calipso jamás pudiera llegar. Liberado de sus sentimientos decidió vengarse de ella y se volcó al mal, dejando de cumplir la tarea que le había sido confiada y permitiendo por ello que las almas de los marineros a los que él había dado muerte sirvieran sin descanso bajo su mando.

Todos estos acontecimientos dieron paso a la leyenda de Davy Jones, al que muchos tenían como el demonio de los mares. Según algunos, fue un galés, convertido en pañolero del mundo submarino. Su nombre deriva de Duffy Jonas, siendo Duffy una antigua palabra usada por negros para designar a los espíritus o fantasmas. Se puede confirmar su existencia anterior a estas películas en relatos de piratas, y otros libros de aventura de esa índole; tres ejemplos serían "La Isla del Tesoro" de Robert Louis Stevenson (1882) (en donde es mencionado por el capitán Smollett), Moby Dick (en donde es mencionado por el capitán Péleg) y el relato alegórico El Rey Peste de Edgar Allan Poe en el cual, un marinero lo menciona elevándolo a la categoría de rey:
- ...de ese sobrenatural soberano que reina sobre todos nosotros, cuyos dominios son ilimitados, y cuyo nombre es «Muerte».
-¡Cuyo nombre es Davy Jones! -gritó Tarpaulin, sirviendo a la dama que tenía a su lado un cráneo de licor y llenando otro para él.

Edgar Allan Poe , "El Rey Peste"
Habitualmente, en la tradición marinera (mitología escandinava sobre todo), se han hecho referencias a Davy Jones como Davy Jones' Locker («cajón de Davy Jones») que era como se referían al abismo del fondo del mar. Cuando un marinero caía por la borda y desaparecía o moría en el mar, se solía decir que había ido a parar al «cajón de Davy Jones». Así mismo, Davy Jones era un demonio mítico de los mares que controlaba al resto de demonios y al mar mismo.

El nombre es una ironía por el mito pirata del "cajón de Davy Jones" ("Davy Jones' Locker"), que a su vez es un eufemismo por las profundidades del océano, o sea el lugar donde terminan quienes han muerto en el mar. De este modo, las leyendas consideran a Davy Jones un monstruo que vive bajo el mar y hacía naufragar las embarcaciones. Los orígenes de la expresión son muy diversos.

En la saga de películas Piratas del Caribe, Davy Jones aparece en la segunda y tercera entregas: "Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto" (2006) y "Piratas del Caribe: En el fin del mundo"(2007). , su rol es el del principal villano en forma de un mítico demonio de los mares. El personaje resulta bastante fiel a la leyenda original, sólo que su aspecto resulta mucho más «marino» y demoníaco.


En las dos películas, es interpretado por Bill Nighy, aunque su apariencia real ha sido alterada utilizando la técnica de captura de movimiento para generar su aspecto, rostro y movimientos, así como un maquillaje muy complejo. 

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1 comentario:

  1. Diosito el "misericordioso", como de costumbre, condenando inocentes: "Todos los que se crucen con el Holandés Errante, morirán"

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