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miércoles, 4 de febrero de 2015

La leyenda del Kraken



El kraken (palabra proveniente del termino escandinavo "krake", que designa a un animal enfermizo o deforme) es una criatura marítima de la mitología finlandesa y escandinava comúnmente descrita como un octópodo de grandes proporciones, bestia peligrosa que habita en todos los mares, siendo de su especial agrado los del Norte, y que encontramos a menudo en las crónicas de los navegantes de antaño. Según se dice, su enorme tamaño y sus fuertes tentáculos le permitían alcanzar y enroscarse fácilmente en la punta de los mástiles y el casco de los barcos, para hacer naufragar a la tripulación, la cual era moría ahogada o era devorada por el animal. Los “supervivientes” contaban el relato del monstruo de los mares y dieron nacimiento a esta leyenda.

El nombre de Kraken suele asociarse popularmente a la especie de calamar gigante "Architeuthis Dux" (más denominado calamar gigante del Atlántico), animal de aspecto parecido a una pota común, pero del que se han encontrado ejemplares hembras muertos de aproximadamente 15 m de longitud hasta la punta de los tentáculos. Se tiene constancia de una hembra varada en una playa neozelandesa, en el año 1887, que medía unos 18 m post mortem y más de 250 kg de peso .Con un diámetro de hasta 25 cm, el Architeuthis dux es considerado el animal con los ojos más grandes, aunque se cree que el calamar colosal podría tenerlos aún más grande. Estos calamares son el bocado predilecto de los cachalotes, los cuales descienden hasta la zona abisal (más de 1.000 m) para hacerse con su carne, dando así origen a titánicas peleas submarinas.


Las primeras historias acerca del Kraken, datan del siglo XII, en Noruega, refiriéndose a una criatura del tamaño de una isla. En 1752, cuando el obispo de Bergen, Erik Ludvigsen Pontoppidan, escribió su Historia natural de Noruega, describió al Kraken como una "isla flotante" de una y media milla. También escribió: 
"Parece estos son los brazos de la criatura (El Kraken), y, está dicho que si agarraran al hombre de guerra más grande, lo arrastrarían hasta el fondo".
Según él, los pescadores noruego a menudo corrían el riesgo de atrapar los peces sobre el kraken, cuando la pesca era tan buena. Si un pescador tenía una buena pesca, uno le decía al otro, “Debes haber pescado sobre el Kraken”. Este también alegó que el monstruo a veces es confundido con una isla, y que en algunos mapas se incluían islas solo en algunas ocasiones, y esto indicaba que era un Kraken.

Desde finales del siglo XVIII, el Kraken se ha representado en diferentes formas, principalmente como criaturas enormes muy parecidas a pulpos, y a menudo se ha afirmado que el “Kraken de Pontopiddan podría haberse tratado de la observación por parte de los marineros un calamar gigante".

En 1802, el francés Pierre Dénys de Montfort, (1766–1820 fue un naturalista francés, especializado en la malacología) reconoce la existencia de dos tipos de octópodos gigantes en Naturelle Génerale et Particuliére des Mollusques, una enciclopedia descriptiva de los moluscos. Este afirma que el primer tipo, el “pulpo kraken” ha sido descrito por los marineros noruegos y balleneros de Américo, así como antiguos escritores como Plinio el Viejo. Y sobre la otra el pulpo colosal, se informó acerca de un ataque a un buque velero de Saint-Malo, frente a las costas de Angola.


Montfort luego se atrevió a hacer más afirmaciones. Él propuso que diez barcos de guerra británicos que misteriosamente desaparecieron una noche en 1782 debieron ser atacados y hundidos por pulpos gigantes. Desafortunadamente para Montfort, los británicos saben qué le pasó a las naves, resultando en una desgraciada revelación para Montfort. La carrera de Pierre Dénys de Montfort nunca se recobró y murió hambriento y pobre en París alrededor de 1820 (Sjögren, 1980). En defensa de Pierre Dénys de Montfort, cabe señalar que muchas de sus fuentes, para el “pulpo kraken” probablemente describen al verdadero calamar gigante, cuya existencia se probó en 1857.

En 1830, muy posiblemente influido por el trabajo de Pierre Denys de Montfort, Alfred Tennyson publicó su popular poema El Kraken. El poema, en sus tres últimas líneas, también tiene similitudes con la leyenda del Leviatán, un monstruo marino, que subiría a la superficie en el final de los días.

La descripción de Tennyson aparentemente influyó en Julio Verne que imaginó al famoso calamar gigante en Veinte mil leguas de viaje submarino en 1870. Verne también hace numerosas referencias al Kraken y al obispo Pontoppidan en la novela.


El parque estatal Berlin-Ichthyosaur en Nevada, Estados Unidos, es un lugar muy querido por varios paleontólogos, pues en sus rocas se esconde grandes secretos del pasado. Como todo otro desierto, este alguna vez estuvo cubierto por el océano y las criaturas que habitaron en él han dejado huella en forma de fósiles esperando ser descubiertos y analizados. Es un lugar donde pueden encontrarse restos de ictiosaurios de la especie Shonisaurus popularis, que medían unos 14 metros. Estos fueron la contraparte del Triásico al actual cachalote devorador de calamares gigantes. Sin embargo, estos fósiles de Nevada tienen una larga historia de investigadores que quedaron desconcertados con sus hallazgos, como el mayor experto en este yacimiento: Charles Lewis Camp, de la UC en Berkeley.
 “Camp quedó desconcertado por estos fósiles en la década de 1950″, dijo . “En sus artículos insiste refiriéndose a lo peculiar que es este sitio. Estamos de acuerdo, es peculiar”.
Su interpretación era que los fósiles probablemente representaban la muerte tras un varamiento accidental o por una floración de plancton tóxico. Pero nadie había sido capaz de demostrar que los animales murieron en aguas poco profundas. De hecho el trabajo más reciente sobre las rocas alrededor de los fósiles sugieren que fue un ambiente de aguas profundas, lo que hace aún más misterioso que los cadáveres estuvieran bien ordenados.

Esta pregunta –la muerte en el océano superficial o profundo– es lo que atrajo a Mark McMenamin (investigador estadounidense del Colegio Mount Holyoke, en Massachusetts), quien en 2011 sorprendió a la comunidad científica al declarar haber encontrado la explicación a la enigmática distribución de los huesos: el kraken.

Yo era consciente de que cada vez que hay controversia acerca de la profundidad, es probable que haya algo interesante”, dijo McMenamin. Y cuando comenzó a buscar los fósiles, McMenamin quedó impactado por su rareza. “Quedó muy claro que algo muy extraño estaba sucediendo allí”, dijo McMenamin. “Fue una configuración muy extraña de los huesos.”


En primer lugar, los diferentes grados de grabado en los huesos sugiere que los shonisauros no fueron muertos y enterrados al mismo tiempo. También parecía que los huesos habían sido deliberadamente reorganizados. Esto le hizo pensar acerca de un depredador marino moderno que es conocido por su capacidad para la manipulación inteligente de restos de presas.

Los pulpos modernos lo hacen”, dijo McMenamin. ¿Y si hubiera una especie antigua, muy grande, de pulpo, como el Kraken de la mitología?. “Creo que estas cosas fueron capturados por el kraken y sus restos depositados tras ser devorados”.

En el yacimiento de fósiles, algunos de los discos vertebrales del shonisaurus están dispuestos en curiosos patrones lineales con una regularidad casi geométrica, explicó McMenamin. La propuesta es la de un kraken del Triásico, que podría haber sido el invertebrado más inteligente que nunca haya existido, que sabía disponer los discos vertebrales en patrones de doble línea, con piezas individuales de anidación de una manera parecida a como si fueran parte de un rompecabezas.

Aún más espeluznante: Las vértebras dispuestas se asemejan a los patrones de un tentáculo de cefalópodo. En otras palabras, el disco vertebral puede representar los primeros autorretratos conocidos.

Pero, ¿podría un pulpo realmente haber cazado estos enormes reptiles nadadores depredadores? Nadie hubiera creído un cuento hasta que el personal del Acuario de Seattle recurrió a una cámara de vídeo para averiguar lo que estaba matando a los tiburones en una de sus grandes tanques. Se sorprendieron al descubrir que el asesino era un gran pulpo que había en el mismo tanque. El video de uno de estos ataques está disponible en YouTube.

Creemos que este cefalópodo en el Triásico estaba haciendo lo mismo”, dijo McMenamin. Entre las evidencias de los ataques del kraken están la existencia de muchas costillas rotas en los fósiles de shonisaurus y el cuello torcido de los ictiosaurios.

Por supuesto, es el crimen perfecto, porque los pulpos del Triásico eran en su mayoría de cuerpo blando y no se fosilizaron bien. Sólo sus picos, o partes de la boca, son duras y las posibilidades de los que se conserven cerca son muy bajos. Esto significa que las pruebas del asesino Kraken son circunstanciales, lo que puede dejar a algunos científicos bastante escépticos.

La teoría de McMenamin no tuvo la aceptación esperada. En el siglo XV el filósofo Guilermo de Ockham (1288-1347) estableció un principio que desde entonces ha regido el pensamiento científico: la explicación más sencilla, suele ser la correcta, conocido como “Navaja de Ockham” ó “Principio de parsimonia”. En este caso suponer la existencia de una criatura mítica para explicar un fenómeno natural resulta excesivo e innecesario. El profesor David Fastovsky, paleontólogo de la universidad de Rhode Island señaló “todo puede ser explicado por medios mucho menos exóticos”.

Fuera de la propuesta de McMenamin, no existen pruebas para demostrar la posible existencia de un cefalópodo triásico, y los argumentos planteados muestran incongruencias que vuelven la tesis aún más inverosímil.

Uno de los mayores argumento utilizados por McMenamin para justificar la existencia del kraken es que los pulpos actuales también forman muladares. Si bien es cierto, estos consisten en un simple montón de escombros apilados, sin patrones geométricos. Afirmar que el kraken acomodó las vértebras en un mosaico decorativo es sugerir que la bestia estaba dotada de una inteligencia bastante superior a la que presentan sus parientes modernos, una declaración carente de sustento.

La evidencia más importante a favor del kraken es su supuesto pico fosilizado, también es debatible. La muestra es demasiado pequeña y fragmentada para calcular el tamaño del cefalópodo al que supuestamente perteneció. Antes de considerarlo como el “pico del kraken”, sería prudente que científicos especializados en el campo e independientes analizaran el fósil para comprobar que efectivamente provino de un calamar, y aún si fuera el caso, no resolvería la mayor incongruencia de la tesis de McMenamin: a diferencia de los pulpos, los calamares no crean muladares, asi que, este, siendo un calamar, no pudo haber sido el “artista” creador del mosaico de vértebras.

Por lo tanto, si bien hay un poco de verdad detrás del mito de este fantástico ser,  su existencia nunca ha sido comprobada, a pesar de los esfuerzos que se han venido realizando en el tiempo. Al romper el principio de parsimonia, el criterio que rige la actividad científica, no se puede tomar con seriedad el trabajo de McMenamin. Parece ser que el investigador cayó en la curiosidad que suscita la bestia legendaria para provocar que su trabajo recibiera cierta publicidad.

Queda pues como conclusión que el monstruo no existe más que en la imaginación humana, al igual que muchos otros mitos antiguos plasmados en papel por mentes brillantes e ingeniosas de sus tiempos, pero al fin volcadas al uso de la fantasía y la imaginación


Y de postre...

En Furia de Titanes (2010, dirigida por Louis Leterrier), una película estadounidense de fantasía, adaptación de una película de 1981 de mismo título, El argumento de ambas se basa en el mito griego de Perseo… ¿griego?, pues sí, los desarrolladores de la historia, decidieron “pedir prestado” su ser mitológico a los noruegos, El Kraken no forma parte de la mitología griega (aunque en ambas versiones se habla de este monstruo). En la historia real de Perseo, la bestia que los dioses enviaron a destruir la ciudad fue un Ceto (un pez gigante, como una ballena). Lo peor de esto es que el kraken se asemeja a un monstruo para nada parecido a un pulpo, todo sea por la taquilla :/


En la segunda parte de “Piratas del Caribe: El cofre de la muerte (del hombre muerto o como se llame en su ubicación geográfica)” también podemos ver al Kraken, aunque al menos aquí si le respetaron su forma de pulpo gigante, pero le pertenece al famosísimo Davy Jones, capitán del Holandés Errante (del cuál hablamos hace poco en esta página) y es el encargado de darle su merecido a los enemigos de este.



Bajo los truenos de la superficie,
En las grietas del mar abismal,

El Kraken duerme su antiguo sueño sin sueños.

Pálidos reflejos se agitan alrededor

De su oscura forma;

Vastas esponjas de milenario crecimiento y altura

Se inflan sobre él, y en lo profundo de la luz enfermiza,

Pulpos innumerables y desmedidos baten

Con brazos gigantescos

La verdosa inmovilidad,

Desde secretas celdas y grutas maravillosas.
Yace ahí desde siglos, y yacerá,
Cebándose dormido de inmensos gusanos marinos
Hasta que el fuego del Juicio Final consuma la hondura.
Entonces, para ser visto una sola vez por hombres y por ángeles,
Rugiendo surgirá y morirá en la superficie.

Lord Alfred Tennyson

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