En diciembre de 1982 agentes del Estado guatemalteco perpetraron una masacre en el Parcelamiento de Las Dos Erres, ejecutando a niños y niñas, mujeres y hombres. La investigación de los hechos a nivel nacional inició en 1994, sin embargo nunca sobrepaso la etapa inicial. En su evaluación del caso, la Corte IDH indica al Estado de Guatemala la improcedencia de la aplicación de la Ley de Reconciliación Nacional ante casos de graves de violaciones de derechos humanos. La Corte también identifica que en el marco de la investigación iniciada se omitió considerar la violencia específicamente dirigida en contra de las mujeres y las niñas.
Entre los años 1962 y 1996 Guatemala estuvo sumida en un conflicto armado interno en el cual se estima que cerca de doscientas mil personas fueron muertas y desaparecidas. Durante el conflicto, el Estado aplicó la denominada “Doctrina de Seguridad Nacional” bajo la cual toda persona u organización que representara cualquier forma de oposición al Estado entraba bajo la consideración de “enemigo interno”. La etapa más violenta comprende el periodo de los años 1978 a 1983, bajo las dictaduras de los generales Romeo Lucas García (1978-1982) y Efraín Ríos Montt (1982-1983).
En 1960 indígenas migrantes de otras regiones de Guatemala llegaron a la zona del Petén en busca de una vida mejor, para poblar y cultivar las tierras de selva virgen.
En 1978 los indígenas campesinos fundaron su comunidad al noreste del municipio de La Libertad, y la llamaron Dos Erres, porque los primeros encargados por parte del gobierno de controlar la distribución de las tierras se llamaban Federico Aquino Ruano y Marco Reyes, de cuyos apellidos se formó Dos Erres. Se estima que para diciembre de 1982 estaba habitado por entre 300 y 350 personas
En poco tiempo la comunidad se convirtió en una de las parcelas más organizadas de Petén, cuyas actividades giraban alrededor de su trabajo en el campo, la asistencia a la iglesia católica o la protestante y la pequeña escuela de la comunidad. Los campesinos ignoraban que en esa misma zona el gobierno de Estados Unidos subsidiaria la escuela donde se entrenaba a sus verdugos.
Durante 1982 se incrementó la presencia de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) en las cercanías de Las Dos Erres, luego de algunos enfrentamientos entre las FAR y agentes estatales de Las Cruces -una aldea cercana -, se acusó a los pobladores de Las Dos Erres de ser miembros de la guerrilla.
El 6 de diciembre de 1982, un grupo especial de soldados del Ejército Nacional denominados Kaibiles llegaron a Las Dos Erres. Esa madrugada, encerraron a los hombres en la escuela y a las mujeres y niños en la iglesia evangélica. Los hombres fueron terriblemente golpeados y torturados antes de ser fusilados. Las mujeres y los niños también fueron brutalmente golpeados pero además los Kaibiles, y particularmente los subinstructores, violaron sexualmente a las mujeres y sobre todo a las niñas. Además de golpearlas, los Kaibiles saltaban sobre los vientres de las embarazadas hasta hacer que saliera el feto.
Terminadas las torturas contra mujeres y hombres, los Kaibiles conducían a la gente a un pozo de agua de la comunidad que se encontraba a medio construir, hincaban de rodillas a las personas y les preguntaban si pertenecían a la guerrilla, luego las golpeaban con un mazo de hierro en el cráneo o les disparaban, para luego lanzar los cadáveres al interior del pozo.
Sobre los hechos de la masacre, las historias recogidas por la Oficina de los Derechos Humanos de la Iglesia Católica de Guatemala (ODHAG) concluyen que desde finales de los años 70 las comunidades indígenas del Petén estaban en la mira del ejército de Guatemala, al descubrirse la presencia de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y ante la presencia de la guerrilla, el ejército estableció un programa de adoctrinamiento de la población que al mismo tiempo era parte del proyecto de infiltración de la guerrilla.
Esos años se dio sin tregua la militarización de las zonas y el inicio de la llamada guerra de baja intensidad que incluía detenciones arbitrarias, torturas, asesinatos y desapariciones de civiles acusados de pertenecer a la guerrilla.
Los indígenas de las Dos Erres permanecieron en esa fosa clandestina por más de una década, luego, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la Comisión de la Verdad de Guatemala, entre 1994 y 1995 se realizó la exhumación en Dos Erres. De aquel pozo de 12 metros de profundidad se extrajeron 162 esqueletos de hombres, mujeres y niños, que precedió a la firma de paz en 1996.
El organismo internacional de derechos humanos Amnistía Internacional registra la masacre de ésta comunidad como el peor agravio al pueblo de Guatemala durante la guerra civil, de la que, hasta la fecha, no hay kaibil preso.
Al grupo de elite militar se le vinculó también con otras 600 matanzas perpetradas por el Ejército de Guatemala en aquel periodo.
Kaibiles |
Con la consigna de los grupos internacionales de derechos humanos de que Guatemala debía desaparecer la Escuela Kaibil, la brigada intenta limpiar su imagen, y ahora estos militares operan como Ejército de Paz con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que del 2005 a la fecha tuvieron presencia en los conflictos de Haití, el Congo y Líbano. Además, una treintena de kaibiles han sido enviados como observadores de la ONU a Sudán, Angola, Burundi, Costa de Marfil, Congo y Haití.
No hay comentarios:
Publicar un comentario