El 21 de diciembre de 1988, el vuelo 103 de la Pan Am partía de Londres del Aeropuerto Internacional de Heathrow al aeropuerto internacional Kennedy de Nueva York, el avión explotó en su ruta sobre Lockerbie, Escocia. El vuelo se había originado en Frankfurt, Alemania, que es donde los explosivos se empaquetaron en el equipaje de mano, se colocaron en el avión después de que hubieran sido transportados a Frankfurt en un vuelo procedente de Malta. La explosión mató a 259 personas entre pasajeros y tripulación, así como a 11 residentes de Lockerbie.
Las investigaciones determinaron que Semtex, un explosivo plástico, fue el causante de que la nave volara en pedazos. Los explosivos fueron conectados a un dispositivo que medía la presión barométrica conectada a un temporizador. Estos fueron colocados dentro de una radio portátil o reproductor de casetes y empaquetados en una maleta. Nunca se ha determinado la forma en que el equipaje llegó al avión. La explosión se desencadenó cuando la presión barométrica en el interior del equipaje cayó debajo de cierto nivel durante el primer tramo del vuelo de Pan Am, que comenzó en Frankfurt.
A finales de 1991, las autoridades británicas acusaron a dos libios que presuntamente trabajaban para los servicios de inteligencia de Libia, Abd Al Baset Ali Mohmed Al Megrahi y Al Amin Khalifa Fhimah, por asesinato, conspiración para asesinar y por la violación de la ley de seguridad de la aviación británica de 1982.
Posteriormente, Libia se negó a entregar a los dos hombres para el juicio, a pesar de las amenazas de sanciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que fueron impuestas en 1992. La Resolución del Consejo de Seguridad 748 (1992) impuso el embargo de armas y aéreo y con la Resolución 883 (1993) se congelaron los fondos de Libia y se prohibió la venta de equipos relacionados con su industria petrolera.
El 3 de mayo de 2000, el juicio de los sospechosos se inició en Holanda, pero bajo la ley escocesa. Ambos alegaron su inocencia. el 31 de enero de 2001, Al Megrahi fue declarado culpable, y Fhimah fue encontrado no culpable. El veredicto del juicio llevó de inmediato a británicos y europeos presionar para levantar las sanciones de las Naciones Unidas.
Una posterior apelación por parte de Al Megrahi fue rápidamente rechazada, pero se plantearon dudas acerca de la credibilidad de las pruebas en su contra. En particular, los abogados defensores presentaron pruebas de que había habido una brecha en la zona de carga de equipajes en el aeropuerto de Heathrow el día de los atentados. Esto sugería la posibilidad de otra serie de eventos no tratados en el juicio, de que la bomba había sido introducida en el equipaje transportado desde Malta.
En 2003, Libia aceptó la responsabilidad de los ataques y aceptó pagar a las familias de las víctimas una indemnización. Esto condujo a americanos y europeos a presionar para levantar las sanciones contra Libia. Las principales empresas petroleras de América que habían tenido anteriormente concesiones en Libia también ejercieron presión para que se levantaran las sanciones
El 8 de abril de 1999, Libia entregó a la ONU en El Cairo a los dos presuntos autores del atentado y de inmediato se levantaron las sanciones económicas que las Naciones Unidas había establecido contra esa nación árabe. Con esto se puso fin a once años de reclamos por parte de varias naciones del mundo, las que mostraron su satisfacción por esta acción de las autoridades de Trípoli.
Tras la entrega de ambos sospechosos, Amin Jalifa Fheima, de 43 años, y Abd Al Baset Ali Mohmed Al Megrahi, abordaron un avión que los trasladó a Holanda. En La Haya fueron juzgados ante un tribunal escocés y en base a la legislación escocesa.
Abdel Basset al-Megrahi fue condenado a cadena perpetua y el otro acusado fue absuelto. Sin embargo, en 2009 fue liberado por Escocia debido a su estado terminal. El Gobierno escocés alegó entonces que el diagnóstico de los médicos certificaba un cáncer de próstata en estado terminal y que le quedaban tan sólo unos meses de vida.
Al Megrahi en el aeropuerto internacional de Glasgow en Escocia con destino a Trípoli después de ser liberado por el Secretario de Justicia escocés |
Devuelto a Libia, fue recibido con honores por el líder libio Muamar el Gadafi. A los 59 años, murió en su casa tras una larga batalla contra el cáncer.
No fue hasta octubre de 2002, y después de numerosas sanciones por parte de la comunidad internacional, cuando Libia ofreció una compensación económica por cada víctima y aceptó formalmente (ya en agosto) la responsabilidad del atentado.
El Consejo Nacional de Transición libio ha señalado que con la muerte de Al-Megrahi se cierra la investigación sobre el atentado. "Nos hubiera gustado arrojar más luaz, pero con su muerte no se cierra el 'expediente Lockerbie'", ha declarado Mohamed al-Harizy, portavoz del CNT. "El Gobierno libio seguirá investigando los crímenes cometidos por el régimen de Gaddfi a partir de otros testigos".
Al-Megrahi insistió en que era inocente, pero después de su liberación mantuvo un estricto silencio, viviendo en la villa familiar rodeada por altas murallas en un vecindario acaudalado en Trípoli. La mayor parte del tiempo estaba en cama o daba algunos pasos con un bastón. Las autoridades libias lo aislaron del público.
Hasta el final, al-Megrahi insistió en que él no tuvo nada que ver con el atentado donde murieron 270 personas, la mayoría estadounidenses. "Soy un hombre inocente", dijo al-Megrahi en su última entrevista, publicada porun diario británico en diciembre de 2011. "Estoy a punto de morir y ahora pido estar en paz con mi familia". El derrocamiento y muerte del líder libio Muamar Gadafi hasta ahora no ha ayudado a disipar los misterios que rodean la explosión de un avión de Pan Am en pleno vuelo, y que las autoridades en Estados Unidos y Gran Bretaña atribuyen a la inteligencia libia.
Según Abolghassem Mesbahi, un ex miembro de los aparatos de seguridad del régimen chií, el ayatolá Jomeini, Líder Supremo de la República Islámica en la época, el atentado de Lockerbie de diciembre 1988 fue ordenado por el régimen iraní después de que un destructor de la Armada de EE.UU., el USS Vincennes, derribara por error un vuelo comercial irani, un Airbus de Iran Air que viajaba entre Teherán y Dubai el 3 de julio de 1988.
El navío navegaba por el Golfo Pérsico y se adentró en aguas iraníes después de que uno de sus helicópteros fuera hostigado por lanchas iraníes. Su tripulación identificó por error el Airbus de Iran Air como un F-14 hostil y el capitán ordenó el lanzamiento de un misil. Murieron sus 290 ocupantes, incluidos 66 niños y 16 miembros de la tripulación. Según el "Daily Telegraph" «Irán decidió responder cuanto antes, la decisión fue tomada por todo el sistema iraní y confirmada por el ayatolá Jomeini», según explicó Mesbahi.
Este sirvió bajo las órdenes directas del presidente iraní, Akbar Hashemi Rafsanyani, y huyó a Alemania a finales de los 90, país en el que reside en el marco de un programa de protección de testigos. «El objetivo de quienes tomaban las decisiones en Irán era copiar exactamente lo que ocurrió al Airbus iraní, [querían] exactamente lo mismo, un mínimo de 290 muertos»
Según esta versión de los hechos, el atentado de Lockerbie fue organizado en reuniones secretas en Malta a las que acudieron representantes de los regímenes iraní, sirio y libio. Por tanto, deja abierta la posible participación de Libia, que ha sido la tesis oficial hasta la fecha. Pero apunta en otras direcciones a la hora de identificar a los culpables. Según un documental emitido por la cadena Al Jazeera, dirigido por los británicos Bill Cran y Christopher Jeans tras tres años de investigación, el cerebro del ataque habría sido el sirio Ahmed Jibril, que habrían reclutado los iraníes por su experiencia construyendo bombas.
Jibril era el fundador del Frente Popular para la Liberación de Palestina - Comando General, una escisión del grupo armado palestino con sede en Siria. Según la película, Jibril habría reclutado al palestino Hafez Dalkamoni para dirigir la célula terrorista, quien a su vez recurrió al jordano Marwan Khreesat para elaborar las bombas. Las revelaciones cuestionan la condena del libio Abdelbaset al-Megrahi, que fue condenado en 2001 por un tribunal especial en Holanda.
Aunque el propio Gadafi aceptó pagar compensaciones económicas por el atentado contra el Boeing 747 de Pan Am, varios miembros de su entorno han defendido siempre que lo hizo para congraciarse con Occidente, una estrategia apoyada en Europa por el británico Tony Blair y el entonces presidente español, José María Aznar.
Varios miembros de la célula de Jibril fueron detenidos en Alemania tras el atentado de Lockerbie. Tenían cuatro bombas, una de ellas idéntica a la de Lockerbie. Y la policía sospechaba que habían construido cinco. Pero el documental apunta ahora a una operación de encubrimiento de EE.UU. y Reino Unido para tapar la huella siria bajo la tesis de la autoría libia, con el objetivo de no antagonizar al régimen de Hafez al Assad. Damasco era un aliado árabe clave de George Bush padre y de Londres en los meses anteriores a la primera invasión de Irak en 1991.
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