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jueves, 12 de febrero de 2015

Entre noviembre de 1945 y febrero de 1946, durante la Operación Deadlight, son echados a pique 116 submarinos alemanes que se habían rendido al terminar la Segunda Guerra Mundial

Como todo marino, los comandantes de U-Boote sentían como un deber impedir que sus naves cayeran en manos del adversario. Aunque su origen es desconocido, es seguro que existió la consigna Regenbogen (arco iris), que muchos comandantes recibieron por radio, y que equivalía a una orden de hundir su submarino. A las 15,14 horas del 4 de mayo de 1945, Karl Doenitz, que había sido jefe del arma submarina de la Kriegsmarine desde 1943, y desde cuatro días antes jefe del Estado como sucesor de Hitler, suspendió por imposición de los aliados la consigna Regenbogen y ordenó el fin de las hostilidades, enviando un último mensaje a los submarinistas, en el que les pedía que se entregaran a su adversario.

Karl Doenitz
No hay certeza aún hoy día de que existiera la citada consigna para hundir los U-Boote, pero sí se dio en la misma mañana del 4 de mayo: un grupo de comandantes de submarinos visitó su cuartel general, y un ayudante del Großadmiral (gran almirante) les dijo que, como jefe del Estado, Doenitz tenía la obligación de negociar, pero que él (el ayudante) sabría lo que debía hacer como comandante de un buque de la Kriegsmarine. Esta explicación fue suficiente para que se transmitiera la consigna, aunque muchos no esperaron a recibirla. Por ejemplo, en Wilhelmshaven, el conde de Arco decidió por su cuenta junto con otros comandantes inutilizar su submarino (U 151) antes de que llegaran los británicos. Finalmente, Arco y los demás comandantes hundieron sus submarinos el mismo 2 de mayo en que los británicos llegaban a Wilhelmshaven. Otro austríaco, Willibald Ulbing (comandante del U 2347) fue uno de los que recibió la consigna Regenbogen y la puso en práctica el 5 de mayo; de hecho, un radiotelegrafista trató de hacerle llegar la contraorden de Doenitz cuando ya era demasiado tarde.

Entre el 2 y el 6 de mayo, 21 submarinos fueron hundidos por la aviación aliada mientras trataban de alcanzar las costas noruegas (presumiblemente para autohundirse). El 8 de mayo, el Almirantazgo británico informó de que, para rendirse, los U-Boote debían navegar enarbolando una bandera negra. Esta humillación innecesaria, que equivalía a exigir una confesión de piratería, añadió más submarinos a la lista de los hundidos. De los 231 U-Boote autohundidos en el Báltico y el Mar del Norte, más del 87% lo fueron en las cercanías de uno de los 17 puntos de construcción o refugio de submarinos, y dos tercios (155) en las siguientes 6 localizaciones: bahía de Gelting (43), Kiel (39), Travemünde (32), Wilhelmshaven (21), Flensburg (10) y Hamburgo (10).

Los submarinos que se rindieron al final de la guerra (menos el U 995, que sirvió en la Armada de Noruega con el nombre Kaura. Fue devuelto a Alemania en 1965 donde se conserva como buque museo desde 1971), más aquellos cuyas tripulaciones trataron (inútilmente) de escapar al cautiverio y los reflotados sufrieron el mismo destino: fueron echados a pique en los meses inmediatos al fin de la guerra, en la operación llamada Deadlight. Esta operación Deadlight contribuyó a alimentar la leyenda sobre los U-Boote, ya que parece difícil encontrarle una razón de ser. ¿Temían ingleses y norteamericanos que alguien pudiera “robar” los submarinos? Esto parece absurdo. ¿No habrían sido útiles como arma disuasoria frente a los rusos en la guerra fría? Sin duda, ya que los rusos apenas hundieron U-Boote, dada su atrasada tecnología, pero para cuando “comenzó” la guerra fría la operación Deadlight ya había terminado. ¿No habrían podido los aliados al menos desguazar los submarinos  y así obtener valiosas cantidades de acero en tiempos de escasez? Ésta hubiera sido seguramente la solución más razonable. Aparentemente no hay más que una respuesta sobre el porqué de esta operación: cierto afán de venganza y de humillar al adversario. Una prueba más de que los políticos ingleses se habían tragado hasta el fondo el cebo de la propaganda nazi en torno a los U-Boote.

Andrew Cunningham
Tampoco  parece descabellado pensar que el almirante Sir Andrew Browne Cunningham, quien comandaba la Royal Navy desde el fin de la guerra, decidiera llevar a cabo a toda prisa una operación pergeñada anteriormente, una vez que fue sustituido Winston Churchill, quien había sido su protector. Le interesaba hacer desaparecer el cuerpo del delito, obviamente no porque los U-Boote contuvieran algún tipo de pruebas contra él, sino porque le resultaban molestos, ya que él personalmente había tomado parte en su nacimiento. En efecto, Cunningham (que se retiraría en 1946) había visitado Alemania en diciembre de 1938 para confirmar que la Kriegsmarine podía construir un tonelaje de submarinos equivalente al de los británicos: el acuerdo firmado el 18 de junio de 1935 (con el cual Hitler se guardó las espaldas para poder transgredir las limitaciones del Tratado de Versalles), preveía que los alemanes debían consultar con los británicos cuando sus construcciones de submarinos superaran el 45% del tonelaje británico. Es de notar que cuando Cunningham transmitió el consentimiento británico, Hitler había dejado ya claras sus intenciones belicosas con la anexión de los Sudetes checoslovacos (crisis de Munich, en septiembre). 

Al terminar 1945, Gran Bretaña estaba en posesión de muchos submarinos alemanes, llamados U-Boats en inglés y U-Boote en alemán (por Unterseeboote), basados en Loch Ryan, Escocia y Lisahally, Irlanda. El gobierno británico tomó la decisión de que todos estos submarinos serían hundidos por varios medios en aguas profundas. Algunos dicen que esto fue una terrible retribución por los daños que los U-Boats hicieron a los Aliados. Las órdenes dadas el 14 de Noviembre de 1945 sellaron la suerte de estas embarcaciones y la Operación Deadlight comenzó.

Tuvieran o no remordimientos de conciencia Cunningham u otros militares y políticos británicos, lo cierto es que decidieron liquidar los submarinos sin mayor demora. Con ellos irían al fondo del mar decenas de miles de toneladas del mejor acero: y ello en medio de la escasez de la inmediata posguerra (por no hablar de que, de haber esperado un par de años, los U-Boote habrían podido utilizarse en la guerra fría).


Algunos submarinos serian hundidos  por cargas explosivas colocadas en los tubos de torpedos de proa y popa y varias escotillas. Estos fueron detonados por espoletas manuales o, en el evento que no se pudieran abordar por personal, por una espoleta eléctrica detonada por el buque que lo remolcaba. Los otros U-Boote serían hundidos por aviones, cañoneo, torpedos o el misil buque a buque -entonces secreto - "Squid".

El día D de la Operación Deadlight sería el 25 de Noviembre de 1945 y continuaría hasta el 12 de Febrero de 1946. Los U-Boote serían remolcados a un área de aproximadamente 120 millas al noroeste de Irlanda. Debido a la aproximación de las tormentas de invierno y buques de remolques inadecuados, 57 U-Boote nunca llegaron a la posición asignada.

De los 154 U-Boats que se rindieron al fin de la guerra, 116 fueron hundidos en aguas profundas durante el otoño e invierno de 1945/46 y el resto fueron utilizados en diferentes tareas y luego hundidos, como el U-1105 hundido por explosivos a prueba en el Potomac en 1984. La ubicación de todos los hundidos es difícil de lograr, por alguna razón. Pareciera que algunos de los U-Boats hundidos fueron simplemente "tirados" en cualquier lado que parecía ideal en ese momento, mientras que otros claramente fueron a lugares preseleccionados.

Restos del submarino tipo XXI U 2511, hundido durante la Operación Deadlight el 7 de enero de 1946
El U 3514 (Tipo VIIc) fué el último submarino en ser hundido en la Operación Deadlight. En la mañana del 12 de Febrero el HMS Loch Arkaig le disparó cinco cañonazos de 4 pulgadas a corta distancia, pero sólo una pegó contra el casco a proa de la torre. Luego ametralló al submarino con armamento de corta distancia, pero el U 3514 no se hundía. El HMS Loch Arkaig luego le disparó cinco "proyectiles Shark". Dos explotaron en el centro del buque y uno rebotó en el casco sin explotar. El comandante del destructor entonces ordeno alejarse y prepararse para otra corrida usando misiles Squid. Mientras el buque se estaba preparando y poniendo a distancia razonable, el U 3514 comenzó a hundirse. Se mantuvo en posición vertical por un momento y luego desapareció bajo el agua. El HMS Arkaig finalmente perdió contacto con el submarino a los 600 pies de agua. El U 3514 había demostrado, en su última acción, muchas de las razones por la cual los Aliados habían encontrado tan difícil batallar contra la amenaza de los U-Boote durante la 2ª Guerra Mundial.

El día D para el comienzo de la operación fue el 25 de noviembre, cuando los U-Boote comenzaron a salir de los puertos, en grupos de 4 a 6 diariamente. Primero salieron 86 desde Loch Ryan, y una vez hundidos, las unidades de escolta fueron a Loch Foyle, desde donde saldría el resto de los submarinos. Los U-Boote iban amarrados a los buques de escolta, pero propulsados por sus propios motores, que manejaban submarinistas alemanes prisioneros. En cambio, los U-Boote del tipo XXI, cuyos motores estaban inutilizados, tenían que ser literalmente arrastrados. 

Particularmente difícil fue la conducción de los U-Boote desde Loch Foyle, sobre todo a causa de la fuerte marea una vez llegados al mar en Moville. Casi la mitad (56) de los submarinos tuvieron que ser hundidos antes de llegar al punto programado, por romperse los cabos de arrastre o por otros motivos técnicos. 

Desde 1954 el Museo de Ciencia e Industria de Chicago ha tenido el U ,505, uno de los dos submarinos alemanes capturados durante la Segunda Guerra mundial, y es actualmente el único en exhibición en el interior de un museo.
A fines de los noventa, una firma que planeaba rescatar a alrededor de 100 unidades solicitó permiso al Ministerio de Defensa de Gran Bretaña. Ya que los restos habían sido construidos en una era preatómica, contenían metales que no estaban contaminados por radioactividad y por lo tanto eran valiosos para ciertos propósitos de investigación. No se dio permiso debido a objeciones de Rusia y los EEUU y es probable que los U-Boote seguirán en el fondo del mar por muchos años más.

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