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miércoles, 5 de noviembre de 2014

5 de noviembre de 1922 - Comienzan las excavaciones de la tumba de Tutakamón

En Egipto, en el Valle de los Reyes, situado en la orilla occidental del Nilo, frente a Karnak y a Luxor, las excavaciones emprendidas por el científico Howard Carter y Lord Carnarvon, a partir de 1906 los conducen años más tarde al hallazgo de una tumba real de la XVII Dinastía. La exploración de la tumba, cuyo acceso fue descubierto el 24 de noviembre de 1922 se prolonga durante los próximos 4 años y los lleva hasta la cámara sepulcral del faraón Tutankamon, quien ha reinado hacia el 1350 AJC. El descubrimiento representa uno de los mayores sucesos arqueológicos del siglo. 

La fama de que goza Tutankamón en nuestros días es debida a que su tumba es la única que ha evitado el trato de los saqueadores por más de 3000 años. La riqueza y maestría de los objetos pertenecientes al tesoro de su tumba son de incalculable valor artístico. Quizás la pieza más conocida y apreciada por el público sea la máscara funeraria que representa al joven faraón. Casi la totalidad de las piezas allí encontradas pueden ser contempladas en el Museo Egipcio del Cairo. 

Lord Carnarvon, coleccionista de antiguedades inglés, quien ha encabezado las exploraciones arqueológicas en Egipto junto a Howard Carter, muere en abril de 1923 como consecuencia de la picadura de un insecto, lo cual dara inicio a especulaciones sobre una supuesta maldición atribuida al faraón. Siete años más tarde habrán muerto la totalidad de los principales miembros de la expedición a excepción de Carter, aunque la mayoría por causas aparentemente naturales

Tutankamón accedió al Trono hacia el 1360 a. C. De hecho, hasta la muerte de su suegro, Tutankamón llevó el nombre de Tutankatón, en honor del dios solar Atón cuyo culto había impulsado Akenatón con carácter casi monoteísta. Tres años después de acceder al Trono, el nuevo faraón restableció el culto tradicional y, consiguientemente, el poderío de los sacerdotes de Amón, seriamente debilitado en el reinado anterior; al mismo tiempo, devolvió la capital a Tebas, abandonando la capital creada por Akenatón en Amarna; y para simbolizar estos cambios, sustituyó su propio nombre por el de Tutankamón (que significa «la viva imagen de Amón).

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